Bicicletas
Tuve de peque?o un mu?eco de cuerda que pedaleaba sobre una bicicleta. Parec¨ªa m¨¢gico, porque el ciclista, de lata, estaba hueco y no hab¨ªa nada dentro de ¨¦l que justificara esa capacidad motriz. Una tarde descubr¨ª que no eran las piernas las que mov¨ªan los pedales, sino los pedales los que mov¨ªan las piernas. Una estafa. Estos d¨ªas, contemplando al ciclista Gonz¨¢lez, y al ciclista Solbes, y a los ciclistas Guti¨¦rrez y Redondo, y, en fin, observando tambi¨¦n las piernas del ciclista Pujol, he tenido la impresi¨®n de que estaban huecos por dentro y que los movimientos que efectuaban sobre los pedales del d¨¦ficit o del paro eran ilusorios. Es la realidad que tanto han contribuido a crear entre todos ellos, con nuestro otorgamiento democr¨¢tico, la que mueve sus piernas, provocando en el espectador una falsa apariencia de actividad cerebral.El problema de esta bicicleta es que, adem¨¢s de moverse sola, es est¨¢tica; o sea, que no se cae, pero no va a ninguna parte, aunque viene de lejos, porque est¨¢ hecha en Jap¨®n, o en China, o en Vietnam. Viene, en fin, de donde se hacen las cosas destinadas a provocar en Occidente la ilusi¨®n de que todav¨ªa nos movemos.
A m¨ª me parece fascinante el ejercicio este de mirar para ver si logro descubrir en los movimientos de Gonz¨¢lez, o de Guti¨¦rrez, o de Redondo, alguna falta de sincronizaci¨®n con los del aparato en que van montados. Luego vuelvo la vista hacia m¨ª mismo y pedaleo un poco sobre mi bicicleta, pero no me canso, porque son los pedales los que mueven mis piernas, aunque s¨®lo un espectador muy atento podr¨ªa darse cuenta.
Vamos sobre un artefacto impulsado por un motor que est¨¢ fuera de nosotros. Los ¨²nicos que de verdad mueven la bicicleta son los que van en coche: o sea, Cuevas y C¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.