Favor¨ªtos?, s¨ª ?y qu¨¦?
Los componentes del equipo italiano aceptan sin complejos su papel de enemigo p¨²blico n¨²mero uno
Miguel Indur¨¢in, que saldr¨¢ con el dorsal 76, ha dicho que no habr¨¢ sorpresas, que en Oslo, entre el Ayuntamiento y el puerto, se impondr¨¢ uno de los favoritos. La pelota, de un patad¨®n, ha ca¨ªdo en el patio italiano. All¨ª, MauriZi0 Fondriest la ha recogido con inigualable elegancia. "S¨ª, soy favorito, ?Y qu¨¦?", se ha encogido de hombros el trentino. Le encanta esta responsabilidad, que todo el mundo le considere el ciclista de referencia. Pero ¨¦l, Fondriest, ya campe¨®n del mundo en 1988 y mejor hombre esta temporada en las pruebas de un d¨ªa, no es el ¨²nico hombre fuerte, ni siquiera dentro de su propio equipo.Las casas de apuestas belgas ya han fijado las paridades para quien quiera arriesgar su dinero. El m¨¢s favorecido es Fondriest (2 a l), por delante, evidentemente de otros dos compatriotas, Gianni Bugno y Claudio Chiappucci (4 a 1, los dos). Esto sobre el papel parece que ser¨¢ coser y cantar. En teor¨ªa nada deber¨ªa fallar para que una vez m¨¢s un ciclista vestido de azul cruzara primero la meta del' Mundial. Todo est¨¢ a su favor: capacidad, casi especializaci¨®n, para las carreras de un d¨ªa; fervor por vestir la maglia azzurra, y un circuito que favorece sobremanera las t¨¢cticas de equipo. Hay un par de subidas donde alg¨²n corredor se puede aventurar, pero despu¨¦s, hasta la meta, es terreno ideal para los cazadores: casi una autopista en suave descenso. Adem¨¢s, puede que los italianos no creen las escapada s, pero ninguna funciona si no hay un azul en ella.
La motivaci¨®n tambi¨¦n juega a su favor. Fondriest (dorsal 116) es el actual l¨ªder de la Copa del Mundo, pero este premio, ganado a lo largo de la temporada, m¨¢s que saciarle parece haberle dado m¨¢s hambre. A su favor tiene su rapidez final, su sentido t¨¢ctico y una llegada que le va como anillo al dedo. En contra, el ser italiano. Un equipo tan potente, con tantas bazas, no apostar¨¢ s¨®lo por su carta.
Bugno (109) es el caso. Toda su concentraci¨®n. estuvo en las dos ¨²ltimas temporadas en las pruebas por etapas, y sucumbi¨® frente a Indur¨¢in. Pero tanto en 1991 como el a?o pasado se llev¨® un premio de consolaci¨®n nada despreciable: un maillot arco iris para vestir el siguiente a?o. A su favor, su clase y una especie de fuerza interior que le hace imbatible en cualquier circunstancia cuando ¨¦l se siente ganador. Tambi¨¦n su carisma; es el ¨²nico italiano por el que el resto de compatriotas dejar¨ªa la piel. En su contra, su flojedad mental, hasta ahora s¨®lo apreciable en el Tour y en el Giro, pero que puede haberse extendido.
Chiappucci (112) es el hombre cansado de los segundos puestos. En las pruebas de un d¨ªa, cuando no existe dureza ¨¦l la crea, pero siempre hay alguien m¨¢s r¨¢pido. Su fuerza es su . mentalidad, muy superior a lo que le puede dar su cuerpo. A su favor: su arrojo. Si el Mundial es excesivamente t¨¢ctico bullir¨¢ de impaciencia para romper los puntos muertos. En contra: que no es un terreno lo suficientemente duro para que logre cansar ¨¦l solo a los dem¨¢s:
Quien desconf¨ªa de tanto optimismo es el seleccionador italiano, el veterano Alfredo Martini, de 72 a?os. "No es bueno que hayamos ganado los dos ¨²ltimos Mundiales", dice. "Los dem¨¢s ya habr¨¢n aprendido c¨®mo pararnos". Martini no s¨®lo se refiere al tr¨ªo grande, sino tambi¨¦n a Moreno Argentin (108) o Davide Cssani (110). Aunque tambi¨¦n a?ade: "Bueno, puede que sepan c¨®mo pararnos, pero nosotros sabemos seguro c¨®mo parar a los dem¨¢s".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.