La Coca-Cola revoluciona Cuba
Aglomeraciones ante m¨¢quinas de refrescos instaladas por una empresa espa?ola
Los cubanos han vivido con pasi¨®n la instalaci¨®n de la primera m¨¢quina de venta de latas de Coca-Cola en el centro del Vedado este mes de agosto. S¨®lo unos minutos despu¨¦s de que varios forzudos de la empresa tur¨ªstica espa?ola Guitart descargaran el macizo aparato a las puertas del hotel Habana Libre, el rumor se extendi¨® por las calles aleda?as haciendo temblar el asfalto de la Rampa, a calle L y la helader¨ªa Coppelia. Un r¨ªo de curiosos peregrin¨® bajo los soportales de hormig¨®n del antiguo hotel Hilton, mirando alucinados el espect¨¢culo. Cada vez que un cubano intr¨¦pido o un turista alem¨¢n sacaba un d¨®lar y compraba un refresco, una nube de gente cercaba el lugar y se o¨ªan exclamaciones de j¨²bilo y admiraci¨®n. El primer d¨ªa de trabajo, la m¨¢quina de tecnolog¨ªa norteamericana, recaud¨® 800 d¨®lares.Tras varios d¨ªas de aglomeraciones, la euforia inicial descendi¨®. Muchos transe¨²ntes se han acostumbrado ya a convivir con este s¨ªmbolo del capitalismo, y s¨®lo los m¨¢s j¨®venes siguen militando con verdadera chispa en el bando de la Coca-Cola. Los nuevos gestores del Habana Libre, los espa?oles de la firma Guitart, han puesto ya tres m¨¢quinas a la entrada del hotel. Una es de cerveza, y dos de Coca-Cola, y entre todas re¨²nen diariamente cerca de 500 d¨®lares, si bien ya se han empezado a presentar los primeros problemas.
Debido a las recientes reformas econ¨®micas introducidas por el r¨¦gimen, entre ellas la despenalizaci¨®n de la tenencia de divisas en la isla, ahora los principales clientes son cubanos, y algunos aprovechan la nube de ni?os y curiosos y echan monedas de peso en vez de d¨®lares.
"Todav¨ªa las m¨¢quinas no est¨¢n bien adaptadas", explica un directivo de Guitart. Esta firma tur¨ªstica ha llegado a un acuerdo de explotaci¨®n con la empresa mixta Inel K, con participaci¨®n cubana, propietaria de las m¨¢quinas. El grupo Guitart lleva tambi¨¦n la gesti¨®n de dos hoteles cubanos en Varadero, y otro m¨¢s en Cayo Coco, y en la mayor¨ªa de ellos han colocado m¨¢quinas de refrescos, caf¨¦ y chocolates. Los resultados han sido excelentes, pero chocantes.
Cuando pusieron la primera m¨¢quina en el hotel Paradiso, en Varadero, no sab¨ªan qu¨¦ productos ser¨ªan los mejor recibidos. A alguien se le ocurri¨® poner jabones, un producto superdeficitario en Cuba. "Las existencias se agotaron en quince minutos", reconoce un directivo de Guitart, "y hubo que cargar la m¨¢quina varias veces".
El empresario espa?ol afirma que esto s¨®lo son an¨¦cdotas si se compara con la situaci¨®n que se han encontrado en el Habana Libre. Cuando, hace dos meses, asumieron la direcci¨®n, la plantilla estaba tan inflada que para atender a 534 habitaciones hab¨ªa casi 1.000 empleados. Sin embargo, eso no fue todo. Tras las primeras auditor¨ªas se calcul¨® que los faltantes diarios, es decir, la cantidad de lo robado, era de 2.000 d¨®lares, y que el hotel estaba inundado de cucarachas. "Al fumigar matamos millones de cucarachas. Tantas, que todav¨ªa no me explico por qu¨¦ el Habana Libre no caminaba solo".
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