La herida sigue abierta en Chile 20 a?os despu¨¦s
El 20? aniversario del golpe de Estado del general Augusto Pinochet, que se cumple hoy en Chile, pone de manifiesto que contin¨²a abierta la herida por el recuerdo de las v¨ªctimas de la dictadura. El ex dictador y actual comandante en jefe del Ej¨¦rcito ha realizado declaraciones que provocaron "un serio disgusto" al presidente Patricio Aylwin. Al mismo tiempo, los obispos cat¨®licos chilenos apelan a "cumplir con el deber moral de pedir perd¨®n".
El Gobierno chileno considera que el 11 de septiembre no es un d¨ªa para conmemorar nada y trata de que el 20? aniversario del golpe pase con un m¨ªnimo de ruido. Las autoridades de Santiago ya han advertido que no se autorizan las manifestaciones que hab¨ªa solicitado el Partido Comunista (PC), frente al palacio de La Moneda, sede de la presidencia. A esta prohibici¨®n ha replicado el PC con una declaraci¨®n en la que atribuye a las autoridades la responsabilidad por "incidentes que no buscamos ni deseamos, ni se mantienen insensibles ante una demanda tan justa y legitima".Para caldear un poco el ambiente, Pinochet se descolg¨® el pasado martes con una de sus intervenciones, ya caracter¨ªsticas, en el Rotary Club de Santiago, escenario que parece haber elegido para escandalizar a la opini¨®n p¨²blica y producir regocijo a sus partidarios. El discurso del general transcurri¨® en tono jocoso, espont¨¢neo y con continuos chistes, que los asistentes jaleaban con risas.
"Homosexuales y melenudos"
Record¨® Pinochet que en ese mismo escenario se hab¨ªa referido en otra ocasi¨®n a los melenudos del Ej¨¦rcito alem¨¢n: "Todos se enojaron conmigo. Hubo llamados de atenci¨®n, problemas y, por ¨²ltimo, han pasado los a?os y el tiempo me ha dado la raz¨®n".
En su intervenci¨®n de a?os atr¨¢s, Pinochet hab¨ªa aludido a los soldados del Ej¨¦rcito alem¨¢n como "homosexuales, melenudos y drogadictos".
Sobre el 11 de septiembre de 1973, Pinochet dijo: "No quer¨ªamos intervenir, a pesar de que cuando pas¨¢bamos por las calles nos lanzaban monedas, nos dec¨ªan gallinas y otras cosas m¨¢s. Sab¨ªamos que la lucha era dif¨ªcil. Esta gente, todos angelitos, se lo pasaban por la Alameda desfilando con lanzas y cascos de mineros. Luego vino el 11 de septiembre, cuando el presidente de entonces [Salvador Allende] tuvo palabras en Mosc¨² o en otra ciudad sovi¨¦tica y manifest¨® que nosotros ¨¦ramos los hermanos menores y otras palabras m¨¢s que nos llevaron a pensar que estaba entregando lisa y llanamente, nuestra soberan¨ªa".
A?adi¨® Pinochet que en Chile se encontraban "15.000 guerrilleros al mando del general cubano La Guardia, que fue procesado en La Habana por narcotr¨¢fico. ?A qu¨¦ vinieron ac¨¢? ?A jugar las bolitas o a rezar el rosario? No, se?ores, vinieron a preparar a gente que iban a dar de baja a un mill¨®n de personas para aliviar al pa¨ªs. ?sas eran las personas contra quienes luchamos".
Sobre las violaciones de los derechos humanos, Pinochet parece haber encontrado una explicaci¨®n para los desaparecidos: "Se actu¨® duro, pero no s¨®lo el d¨ªa 11 [de septiembre 1973], sino que fueron cuatro o cinco meses. Nunca quedaban heridos en el otro bando. Nosotros s¨ª los ten¨ªamos. Curiosamente, s¨®lo observ¨¢bamos manchas de sangre. Entonces nos convencimos de que sacaban a los heridos o a los muertos y de que se los llevaban para no dejar huellas. ?Que se pas¨® la mano? Bueno, est¨¢bamos en una guerra antisubversiva".
Se refiri¨® Pinochet a la llamada Ley Aylwin, sobre los juicios a los militares por cr¨ªmenes cometidos durante la dictadura, que les garantizaba una r¨¢pida tramitaci¨®n y el anonimato en su comparecencia ante la justicia. Aylwin retir¨® la ley del Congreso porque no contaba con los votos de los socialistas y habr¨ªa salido aprobada con el apoyo de la derecha. Seg¨²n Pinochet, "este ni?o bonito, bien peinadito [el proyecto de ley] que arm¨® el presidente lo mand¨® a la C¨¢mara de Diputados y all¨¢ ese ni?o bonito se lo transformaron en un monstruo, con un ojo por aqu¨ª y otro por all¨¢". Al mismo tiempo, Pinochet se llevaba una mano a la frente y otra al est¨®mago para explicar la ubicaci¨®n de los ojos del monstruo.
Cuando se refiri¨® al Ej¨¦rcito chileno, Pinochet advirti¨®: "Se?ores, yo quiero que sepan una cosa [ovaci¨®n]. Este Ej¨¦rcito tiene una tradici¨®n. No es deliberante, perdonen la licencia, estimados amigos, pero tampoco es castrado mental, piensa [nueva ovaci¨®n]. Tenemos que pensar, se?ores. ?C¨®mo no vamos a pensar!".
En nombre del Gobierno respondi¨® a Pinochet el ministro secretario general, Enrique Correa: "El presidente est¨¢ profundamente disgustado con las expresiones del comandante en jefe. Ellas ofenden a un pa¨ªs amigo [Alemania], se inmiscuye en pol¨ªtica al opinar sobre tr¨¢mites en la C¨¢mara de Diputados y agravia la sensibilidad del pa¨ªs al referirse en t¨¦rminos que son inaceptables a las v¨ªctimas de violaciones de derechos humanos".
Tras la tormenta provocada por las manifestaciones de Pinochet, fuentes militares trataron de quitar hierro al asunto. El peri¨®dico La Tercera recogi¨® declaraciones de esas fuentes que afirmaban: "El Ej¨¦rcito est¨¢ tranquilo y sigue siendo un le¨®n dormido, aunque algunos est¨¦n intentando despertarlo pis¨¢ndole la cola".
El presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, el obispo de Copiap¨®, Fernando Aritzia, se pronunci¨® tambi¨¦n sobre las declaraciones de Pinochet, cuando advirti¨®: "No contribuyen a la reconciliaci¨®n nacional, pues son hirientes frente al hondo sufrimiento de los familiares de los detenidos desaparecidos".
Documento episcopal
En un documento pastoral, los obispos se pronunciaron sobre el aniversario e insisten en el convencimiento de que as¨ª como en 1978 hab¨ªan llegado a la conclusi¨®n de que los desaparecidos estaban muertos, ahora piensan que muchos no ser¨¢n encontrados jam¨¢s.
Los obispos reiteran "con urgencia" la petici¨®n de que los que tengan informaci¨®n "la hagan saber a la brevedad posible. La Iglesia ofrece nuevamente su colaboraci¨®n para recibir esa informaci¨®n, y para contribuir con ella a cicatrizar en algo las heridas".
Tambi¨¦n reconoce el documento: "Para ser ecu¨¢nimes y entender, en parte, lo que pas¨® es necesario recordar que hubo tiempos en que ciertos grupos defend¨ªan la violencia como ¨²nico m¨¦todo eficaz para alcanzar la justicia y la lucha armada como v¨ªa pol¨ªtica."
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