Un acuerdo libre
El hecho casi incre¨ªble de que el acuerdo de reconocimiento mutuo firmado entre la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) e Israel se haya conseguido sin presiones de Estados Unidos o de la Comunidad Europea ni bajo una amenaza militar externa, sino exclusivamente por la presi¨®n de saber los factores reales y por la libre voluntad de las dos partes, no s¨®lo convierte este acuerdo en aut¨¦ntico y duradero, sino que tambi¨¦n le confiere un mayor significado moral.Por duro y grave que sea, un acuerdo que emerge de la libre voluntad posee una mayor validez que aquel menos grave en sus condiciones que se realiza bajo presiones de una tercera parte, poderosa y amenazante.
La retirada israel¨ª del Sina¨ª en 1957 tras la Operaci¨®n Sina¨ª y los acuerdos verbales alcanzados con Nasser, y que se realizaron en su totalidad bajo la presi¨®n de las dos grandes potencias, no resistieron la llegada de mayo-junio de 1967 y se desmoronaron como un castillo de naipes. Asimismo, los acuerdos de alto el fuego y de armisticio a los que se lleg¨® bajo presi¨®n de la ONU o de las potencias se revelaron, a fin de cuentas, como endebles. Adem¨¢s, el acuerdo con Egipto, que se logr¨® en gran parte a ra¨ªz de la libre voluntad de las dos partes, se ha mantenido durante los a?os que han pasado desde su firma.
Desde la guerra de los Seis D¨ªas, siempre hubo personas en el campo de los palomas que rezaban para que un buen d¨ªa viniese EE UU o la CE y, por medio de sanciones econ¨®micas, nos impusieran la retirada. Isa¨ªas Leibovich ha sido el campe¨®n de aquella "profec¨ªa de la liberaci¨®n" y pronostic¨® que las dos superpotencias nos impondr¨ªan la paz. Pero los acuerdos impuestos son buenos a corto plazo, ya que la resistencia interna contra ellos produce un veneno que lleva a la gangrena. Por otro lado, todas las partes se plantean siempre la pregunta dolorosa: ?se podr¨ªa haber hecho frente mejor a las presiones, o realmente no hab¨ªa alternativa? El hecho de que siempre es posible culpar a una tercera parte ajena a la imposici¨®n de un acuerdo exime a los firmantes del sentimiento de responsabilidad sobre el acuerdo firmado.
El acuerdo con los palestinos se ha realizado en un clima de creciente indiferencia por parte de Estados Unidos hacia la regi¨®n y con la total desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de la arena pol¨ªtica internacional. El acuerdo no se ha hecho bajo la amenaza de guerra, ni de los pa¨ªses ¨¢rabes contra Israel ni de Israel contra los pa¨ªses ¨¢rabes. Se ha logrado sin presiones econ¨®micas artificiales y sin crisis del petr¨®leo. Es, por tanto, un acuerdo libre de presiones externas artificiales y debido en su totalidad a la atenci¨®n de las presiones naturales de la realidad. Se ha hecho por iniciativa de las dos partes, que se dijeron a s¨ª mismas las dos frases m¨¢s sabias jam¨¢s pronunciadas: "Si no lo hago yo para m¨ª, qui¨¦n lo va a hacer" y "Si no ahora, entonces, cu¨¢ndo". Por tanto, un acuerdo logrado desde la libertad magnificar¨¢ a fin de cuentas la libertad de los pueblos que lo firmaron.
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