"No hago pel¨ªculas para imitar a la vida"
El ¨²ltimo filme de Sidney Pollack, La tapadera, con Tom Cruise y Gene Hackman, inaugur¨® ayer el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. En declaraciones a los periodistas, el director de Todos los hombres del presidente y Tootsie dijo que no hace pel¨ªculas para imitar a la vida.
Sidney Pollack tiene 58 a?os, m¨¢s o menos la edad de Robert Redford, con quien estudi¨® para actor y que figura en un buen n¨²mero de pel¨ªculas suyas como h¨¦roe solitario representativo de su generaci¨®n. De hecho, Havana, ¨²ltimo filme en el que utiliz¨® a Redford, mostraba la evoluci¨®n de aquel muchacho ingenuo de Los tres d¨ªas del C¨®ndor que fue Redford. En La tapadera, que inaugur¨® ayer el festival fuera de concurso, habla por primera vez de los problemas de un joven de hoy: de la ambici¨®n y el dinero a cualquier precio. En sus declaraciones a los medios de comunicaci¨®n se mostr¨® locuaz, positivista, y encantado de hablar de cine.Pregunta. ?Le ayuda su pasado como actor a manejar a sus int¨¦rpretes?
Respuesta. Bueno, no es una caracter¨ªstica imprescindible para un director, pero este hecho, as¨ª como el de haber sido profesor de interpretaci¨®n, me ha ayudado a tener una buena relaci¨®n con gente como Tom Cruise o Gene Hackman. El cine que yo hago se apoya m¨¢s que otros en la actuaci¨®n de los actores, y por tanto necesito tener mucha confianza en quienes llevan la pel¨ªcula.
P. ?C¨®mo se las arregl¨® para adaptar la complicada trama de la novela de Tom Grisham en que se basa La tapadera?
R. Cuando le¨ª el libr¨® no pens¨¦ en adaptarlo. Sin embargo, cuando lo rele¨ª, me interes¨® porque pens¨¦ que era un thriller, que es un g¨¦nero que requiere mucha disciplina. He hecho s¨®lo dos en toda mi carrera, y me interesaba intentarlo de nuevo. Y ¨¦ste era muy tradicional, se parec¨ªa a los que sol¨ªa ver cuando era joven, con un ingrediente contempor¨¢neo: la ambici¨®n, la avaricia y otras pasiones humanas t¨ªpicas de los a?os ochenta y principios de los noventa. Hice varias modificaciones, la m¨¢s importante, que cambi¨¦ el final. En el libro, el protagonista se deja corromper como los otros y se larga con varios millones de d¨®lares.
P. ?Es que en el Hollywood de hoy no est¨¢n bien vistos los finales negativos?
R. Puedo decir que todas mis pel¨ªculas han carecido de happy end excepto Tootsie, que era m¨¢s o menos feliz. En todo caso, en La tapadera no lo he usado para tener m¨¢s ¨¦xito, sino porque me pareci¨® la ¨²nica forma de acabarla de una manera satisfactoria para m¨ª. Cre¨ª que si Cruise acababa siendo un corrupto como los dem¨¢s era un final banal. Que consiga vencer a los malos utilizando la ley sin violarla en ning¨²n momento es, en mi opini¨®n, una declaraci¨®n de principios mucho m¨¢s importante.
P. En cualquier caso, ?cu¨¢l de los dos finales est¨¢ m¨¢s cerca de la realidad?
R. El final negativo, creo. Pero yo no hago pel¨ªculas para imitar a la vida: s¨¦ perfectamente c¨®mo es la vida, pero en mi cine busco alternativas mejores.
P. ?Hay tambi¨¦n corrupci¨®n en el cine norteamericano?
R. Es obvio que s¨ª, pero de dos clases. La literal, que consiste en trampear dinero, y la moral, que radica en hacer pel¨ªculas malas, sabiendo que atraen a mucha gente. Claro que el personaje de Tom Cruise es una absoluta excepci¨®n. Lo que ocurre es que a m¨ª me resulta m¨¢s interesante.
Papeles f¨¢ciles
P. Cuando hace de actor, ?se siente c¨®modo?R. Me resulta muy f¨¢cil, y puede parecer ofensivo con el resto de los actores, pero se debe, en primer lugar, a los papeles que me ha tocado representar, que eran muy f¨¢ciles, y, en segundo, a que no tengo que hacerlo para vivir. El medio bobo que hice con Woody Allen en Maridos y mujeres no era precisamente Hamlet.
P. ?Qu¨¦ tal result¨® trabajar con Allen?
R. Hice el papel porque le adoro. No le conoc¨ªa, y sigo sin conocerle. Es muy t¨ªmido, tanto que no dice nada, y cuando digo nada quiero decir ni buenos d¨ªas. De modo que yo iba al rodaje cada d¨ªa y nunca me dijo qu¨¦ quer¨ªa. Pero un vez acabada, me gusta mucho la pel¨ªcula. Le¨ª el gui¨®n, me gust¨®, odi¨¦ el papel que me adjudic¨® y me deprim¨ª mucho porque s¨¦ que Woody es un genio eligiendo repartos, as¨ª que me dije: ?por qu¨¦ piensa que soy as¨ª de tonto?
P. No suele hacer de actor en sus pel¨ªculas, pero estaba en Tootsie. ?Por qu¨¦?
R. La ¨²nica raz¨®n se debe a Dustin Hoffman. Estaba muy preocupado acerca de las razones por las que deb¨ªa vestirse de mujer. En Con faldas y a lo loco, Jack Lemmon y Tony Curtis lo hac¨ªan para salvar su vida, y me pregunt¨® cu¨¢l ser¨ªan sus motivos. 'Porque tu agente te dice que nunca m¨¢s conseguir¨¢s trabajar'. Y Dustin dijo: 'OK. Si eres t¨² quien me lo dice, me pongo el vestido'. Pens¨¦ que estaba bromeando y no le hice caso, pero empec¨¦ a recibir grandes ramos de rosas, con tarjetas que dec¨ªan: 'Por favor, s¨¦ mi agente. Con amor, Dorothy'. El tratamiento de las flores sigui¨® hasta que acept¨¦, pero no fue una buena experiencia, porque es muy dificil estar en dos sitios a la vez.
P. ?Es usted tambi¨¦n un h¨¦roe solitario, en su trabajo en el sistema, como sus protagonistas?
R. No hay nada heroico en lo que yo hago. Mis pel¨ªculas se inscriben en lo que podr¨ªa llamarse la corriente mayoritaria de Hollywood. Lo que s¨ª hago es, dentro de ese formato, tratar temas que a m¨ª me interesan y que creo que tambi¨¦n al p¨²blico. Hablo de ello lo menos posible con la gente que pone el dinero, y en este sentido pienso que soy un poco mentiroso.
P. Havana es una de sus pel¨ªculas favoritas, pero fue muy mal en Estados Unidos. ?Fue por el tema de Cuba?
R. Todos los filmes que he hecho tienen una suerte de idea pol¨ªtica, moral o filos¨®fica subyacente, nunca obvia o primordial, porque eso me impedir¨ªa seguirlos dirigiendo. Todos son, tambi¨¦n, historias de amor, porque creo que las historias de amor son tambi¨¦n, de alguna manera, historias pol¨ªticas. No se me ocurri¨® que el hecho de tratar de una manera literal la historia de la revoluci¨®n cubana har¨ªa que el p¨²blico norteamericano no quisiera ver la pel¨ªcula, y asumo que pens¨¦ que ser¨ªa la historia de amor lo que les atraer¨ªa, y que su escenario, los ¨²ltimos d¨ªas previos al triunfo de la Revoluci¨®n, no les espantar¨ªa. No s¨¦ si ¨¦sta fue la raz¨®n del fracaso de Havana. Bueno, s¨ª lo s¨¦: estoy seguro de que lo fue. Pero, en cualquier caso, era una Revoluci¨®n contra un hombre apoyado por los norteamericanos, de quien todos sab¨ªan, incluidos los norteamericanos, que era un malvado.
P. ?Se estren¨® en Miami?
R. S¨ª, y estuvo uno o dos d¨ªas en cartel, como en el resto de Estados Unidos. Lo que s¨ª hicieron los cubanos de Miami fue, antes de que empezara a rodar, formar lobby con sus compatriotas de todo el pa¨ªs para presionar con objeto de que nunca se hiciera.
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