Bigas Luna inaugura la participaci¨®n espanola con un filme desigual
Una pel¨ªcula h¨²ngara y una china comparten el tono amargo de la jornada
La ¨²ltima y esperada pel¨ªcula de Bigas Luna, Huevos de oro, que se anunciaba pol¨¦mica antes de su estreno, inaugur¨® anoche la amplia representaci¨®n espa?ola en la secci¨®n oficial de la 4l? edici¨®n del festival donostiarra. Se trata de un filme fallido, en el cual Bigas sigue demostrando su excelente ojo para atraer la atenci¨®n del p¨²blico pero que se queda lejos de la riqueza visual y de la distanciada iron¨ªa de Jam¨®n, jam¨®n, su filme anterior.
La de Huevos de oro es la historia de una derrota, la de un triunfador que se anuncia desde las primeras secuencias. Benito Gonz¨¢lez sue?a con erigir edificios "como pollas", pero es un hombre sin recursos econ¨®micos que s¨®lo tiene en su haber una irrefrenable ambici¨®n y una notoria capacidad para atraer a las mujeres. Que sus pasiones est¨¦ticas sean Julio Iglesias y Dal¨ª no parece provocarle contradicci¨®n alguna: en el fondo lo ¨²nico que le preocupa es su ascensi¨®n social y no dejar¨¢ de utilizar sus encantos para obtenerla.El filme est¨¢ construido por entero alrededor de este personaje singular, a quien Bardem -que ofrece una soberana lecci¨®n de interpretaci¨®n- da toda la carnalidad animal que de ¨¦l se espera: quien le haya visto en sus dos pel¨ªculas anteriores con Bigas Luna sabe bien de que hablamos. Pero el problema del filme es que el director es el primero en sucumbir a los encantos de tan singular personaje, y en lugar de poner en la picota sus delirios de grandeza por el expeditivo recurso de la iron¨ªa m¨¢s vitri¨®lica, como en Jam¨®n, jam¨®n, aqu¨ª duda, y sus vacilaciones se transmiten por entero a todo el filme.
De este modo, y sin que falten referencias sard¨®nicas, las peripecias de Gonz¨¢lez se narran desde un prisma m¨¢s dram¨¢tico y comprensivo del que hubiera convenido a un personaje de su naturaleza.
Se dir¨ªa que Bigas quiere a su Pijoaparte mucho m¨¢s que a ning¨²n otro de los que han aparecido en sus filmes anteriores, y esa debilidad contagia tambi¨¦n a la pel¨ªcula, que da muestras de un cierto mecanicismo en la puesta en escena: la proverbial habilidad de Bigas Luna para la composici¨®n del encuadre da paso aqu¨ª a un empleo menos barroco y m¨¢s pobre de los recursos f¨ªlmicos, y hasta la secuencia on¨ªrica que, en la misma l¨ªnea de Jam¨®n, jam¨®n, se abre paso en el tercio final del filme, parece un clich¨¦ cansino.
Habr¨¢ tiempo para volver sobre ella -su estreno se producir¨¢ el pr¨®ximo jueves-, pero vaya por delante que contiene tambi¨¦n elementos de indudable fuerza y belleza: el trabajo de los actores, por ejemplo, es sencillamente espl¨¦ndido (Maribel Verd¨² y Mar¨ªa de Medeiros bordan el encargo), pero resulta superlativo en Bardem, sin el cual el filme sencillamente no existir¨ªa: si a alguien le cab¨ªa alguna duda, ya es hora de reconocer que en ¨¦l tiene el cine espa?ol un valor plenamente maduro.
Derrota
No gris oscuro, color que vendr¨ªa bien al filme de Bigas, sino negro noche sin luna es el que le va a Historia sensible a la luz, de Pal Erd?ss. Su trama se desarrolla, al igual que en el filme del catal¨¢n y en Por diversi¨®n, alrededor de un personaje omnipresente, en este caso J¨²li, una joven fot¨®grafa divorciada y con un ni?o, que diariamente tiene que buscar como sea el sustento cotidiano. Bodas, bautizos y hasta fotos para un detective configuran su trabajo y su vida, marcada por una prematura sensaci¨®n de derrota.
Tal como hiciera tambi¨¦n Istvan Szab¨® en Dulce Emma, querida B?be, pero con un talento infinitamente menor, Erd?ss emplea a J¨²li como un espejo que muestra las miserias de la actual sociedad magiar, convulsionada por el paso del socialismo de Estado al capitalismo feroz, con su secuela de insolidaridad, desempleo y regresi¨®n machista. Y como en el filme de Szab¨®, la nota aqu¨ª predominante es la desesperanza m¨¢s atroz: no hay nada que hacer, parece decir Erd?ss, no queda el menor atisbo de esperanza de que las cosas cambien.
No parece pensar as¨ª la china Ning Ying, autora de un filme de tersa factura, Por diversi¨®n, meridiana par¨¢bola sobre el destino actual de la China y sabrosa caricatura de sus gerontocr¨¢ticos dirigentes, narrada a partir de un anciano, reci¨¦n jubilado de la ¨®pera China de Pek¨ªn. Baluarte del conservadurismo ideol¨®gico, la ¨®pera fue en los a?os de la revoluci¨®n Cultural el m¨¢s s¨®lido basti¨®n contra los "valores burgueses" occidentales.
Hura?o, malhumorado y amante del orden, el jubilado dirige a un grupo de ancianos que, como ¨¦l, profesan admiraci¨®n por la ¨®pera popular. A partir de una observaci¨®n casi maniaca de los detalles, la cr¨ªtica se abre paso en sordina, a pesar de matices culturales que a veces escapan a nuestra comprensi¨®n. No obstante, no tanto como para entender que la pel¨ªcula tiene suficientes valores como para erigirse ya en un firme aspirante al premio que otorga el festival a los nuevos realizadores.
[La Ministra de Cultura, Carmen Alborch, dijo ayer en San Sebasti¨¢n que ha propuesto al Gobierno que apoye la exclusi¨®n del sector audiovisual de las negociaciones del GATT, informa Efe. La ministra, que ofreci¨® una rueda de prensa en el festival de cine donostiarra, se?al¨® que mantiene contactos con su hom¨®logo franc¨¦s Jacques Toubon en ese sentido.]
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