El cuarto era una chiva
El cuarto era una chiva y hasta el m¨¢s despistado lo not¨®, aunque s¨®lo algunos de sol y sombra comenzaron a gritar "?toro, toro!"-pidi¨¦ndolo, naturalmente-. Bueno es que algunos, al menos, lo denuncien, lo protesten, y lo dejen claro. Aquello era una chiva y soltarla una tomadura de pelo.Ni?o de la Capea estuvo aseado con su primero, "que le costaba embestir un horror. En el cuarto mostr¨® ganas. La chivilla iba de lejos, pero al llegar a la muleta se paraba, mucho m¨¢s si la tropezaba, cosa que pas¨® de vez en cuando. Hubo alg¨²n derechazo de buen trazo que encontr¨® el comentario popular -"?Eso a un pavo!"-, capaz de quitar la moral a cualquiera, aunque no a Ni?o de la Capea que sigui¨® con voluntad y sigui¨® tambi¨¦n sin cruzarse y sin adelantar la muleta.
Aguirre / Ni?o de la Capea, Ortega, Caballero
Tres toros de Aguirre Fern¨¢ndez Cobaleda y tres de Atanasio Fern¨¢ndez, desiguales de presencia; 4?, insignificante, romos y sospechosos de pitones; mansos.Ni?o de la Capea: ovaci¨®n y saludos en ambos. Ortega Cano: vuelta; ovaci¨®n y saludos. Manuel Caballero: ovaci¨®n y saludos; aplausos. Plaza de la Glorieta, 18 de septiembre. Octava de feria. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
A Ortega Cano le dej¨® su primero compuesto y sin novia, genuflexo y sorprendido; el toro se le fue. Repuesto del desaire, sujet¨® al borreguete con suavidad, pero el susodicho borreguete se iba en cuanto pod¨ªa al estribo, a lo mejor a hechar una meadilla a gusto. En el quinto, que le quit¨® la muleta, guard¨® prudente espacio entre sus bordados y el toro y tuvo un cumplido recuerdo para la madre del animal, en vez de intentar alguna vez estar cruzado con ¨¦l.
Tambi¨¦n Caballero tuvo que andar listo para cortarle la retirada a su primero. Pero tampoco se cruzaba ni pon¨ªa la muleta donde hay que ponerla. En el ¨²ltimo, comenz¨® con garbo y logr¨® muletazos de calidad, pero hubo enganchones y un desarme.
Bel¨¦n triunfa en Albacete
Jos¨¦ Antonio Bel¨¦n cort¨® dos orejas y fue el triunfador de la novillada de ayer en Albacete, und¨¦cima y ¨²ltima de la feria. El novillero aplic¨® la lidia del maestro D¨¢maso Gonz¨¢lez: ligaz¨®n, temple y quietud, informa Emilio Mart¨ªnez.Victoriano Gonz¨¢lez (ovaci¨®n y oreja), alumbr¨® bell¨ªsimos muletazos y se faj¨® con el peligroso cuarto, que lleg¨® a voltearle. Rafel Garc¨ªa (ovaci¨®n en los dos), super¨® las dificultades de sus enemigos. Los novillos, de Las Ramblas, astifinos y muy bien presentados, dieron juego desigual.
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