Cirug¨ªa mayor
El autor descubre los entresijos de la crisis de Seat a trav¨¦s de sus principales protagonistas
"Se?ores consejeros: os hemos llamado para discutir la situaci¨®n dram¨¢tica de esta empresa...". El castellano macarr¨®nico del presidente de Volkswagen, el austriaco Ferdinand Pi?ch, dio un tono marcial a la reuni¨®n del Consejo de Administraci¨®n de Seat desde el comienzo, a las tres en punto de la tarde del pasado martes 14 de septiembre. Ley¨® un par de cuartillas: las p¨¦rdidas de Seat ser¨¢n en 1993 de unos 100.000 millones de pesetas. Pi?ch ha comenzado a aplicar su filosof¨ªa: "No se gana un combate a muerte pidiendo perd¨®n". Seg¨²n dijo, es.la ¨²ltima vez que ven¨ªa a Espa?a "para esto" (ayudar a Seat), al dar la "¨²ltima oportunidad" al equipo de Juan Antonio D¨ªaz ?lvarez. Acto seguido cedi¨® la palabra a D¨ªaz ?lvarez, quien expuso en ingl¨¦s la situaci¨®n. Alguien pregunt¨®: "?C¨®mo es posible que el 21 de junio pasado la previsi¨®n de p¨¦rdidas fuese de 12.000 millones de pesetas?". El austriaco dio un paso al costado: "Yo me enter¨¦ de esto el 16 de agosto".Pi?ch sustituy¨® a Carl Hahn en medio de una marea de n¨²meros rojos en Volkswagen. Seat, como otras, es una de las piezas de ese rompecabezas negativo. Las inversiones en la planta de Martorell han costado tres veces lo previsto al comienzo: 3.000 millones de marcos. La financiaci¨®n con cr¨¦ditos en marcos ha sido sangrante. La reestructuraci¨®n de personal s¨®lo la aplic¨® el INI antes de entregar la empresa: de casi 22.000 trabajadores se pas¨® a 18.000 y se provisionaron fondos para financiar la reducci¨®n de otros 2.000, que deb¨ªa ejecutar la nueva propiedad. Ahora, la plantilla ronda los 23.000 trabajadores. En resumen: el paso de Seat de manos del Estado a VW, en un periodo dulce del mercado del autom¨®vil, permiti¨® al lobby t¨¦cnico de Wolfsburg potenciar Seat sin reparar en costes y creando una sobrecapacidad desproporcionada.
En una empresa como Seat, que ven¨ªa de crisis en crisis, el pase a manos de VW result¨® una ocasi¨®n para consolidar los rasgos de su pasado antes que romper con ¨¦l. Todo el problema de Seat era estos a?os, seg¨²n Werner Schmidt, el hombre que negoci¨® la entrada de VW, la sobrevaluaci¨®n de la peseta. Y ahora, parad¨®jicamente, es la devaluaci¨®n del 23% frente al marco una de las grandes fuentes de p¨¦rdidas. Por dos razones: los componentes que se compran obligadamente en Alemania valen m¨¢s caros en marcos y la deuda en marcos exige m¨¢s pesetas. Las mayores ventas al exterior, en raz¨®n de la depresi¨®n, brillan por su ausencia.
El 16 de abril pasado, al presentar las p¨¦rdidas de 1992, D¨ªaz ?lvarez dijo: "Seat est¨¢ en una posici¨®n infinitamente mejor que hace cinco a?os y es una de las compa?¨ªas que goza de mejores expectativas con vistas al futuro". El 21 de junio anunci¨® en el consejo unas p¨¦rdidas de 12.000 millones para 1993; ahora son 100.000 millones.
Es razonable, pues, que, como dice una fuente bien informada, Pi?ch piense que esta desviaci¨®n se deba fifty-fifty a la depreciaci¨®n y a problemas serios de gesti¨®n. D¨ªaz ?lvarez puede terminar pagando por su conducta german¨®fila a ultranza al no defender que lo que era bueno para VW (la obligada compra de componentes alemanes) no lo era para Seat. En todo caso, la batalla por el enderezamiento de Seat supondr¨¢ una operaci¨®n quir¨²rgica a la alemana: dejar en 9.000 personas la plantilla total.
La redacci¨®n del comunicado del martes pasado resume la tensi¨®n existente. Pi?ch dict¨® una versi¨®n en alem¨¢n que se pas¨® al espa?ol. En la pantalla del consejo se proyectaron ambos. La versi¨®n espa?ola omit¨ªa las cifras aterradoras y las palabras fuertes. "A los periodistas espa?oles no hay que darles cifras", dijo un buen amigo de la prensa. Pi?ch bram¨®.
Los 100.000 millones fueron incluidos as¨ª como la inevitable reducci¨®n de personal. Ahora, Schmidt, director financiero de VW, investigar¨¢ las cuentas de Seat. Quiz¨¢ evoque el di¨¢logo que cruz¨® con el entonces presidente del INI, Luis Carlos Croissier, en 1986, cuando esta aventura comenz¨®:
"Sigue en pie la posibilidad de tomar un 10% de Seat por parte de VW", inquiri¨® el entonces jefe de ventas de Volkswagen.
"S¨ª, por supuesto... Y si quer¨¦is, comprad el 51% o el 100% de la compa?¨ªa", respondi¨® Croissier.
"Se?or presidente, ?sabe usted lo que est¨¢ diciendo? ?Acaso tiene el INI la cantidad de dinero para pagar por la venta de Seat?", pregunt¨® Schmidt.
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