Un riguroso melodrama mexicano se coloca entre los favoritos
Principio y fin, adaptaci¨®n de la, novela hom¨®nima del Nobel egipcio Naguib Malifuz realizada por el mexicano Arturo Ripstein, un largo (188 minutos) y riguroso melodrama sobre la descomposici¨®n de una familia de clase media, se a?adi¨® ayer a la todav¨ªa parca lista de favoritos para alzarse con el m¨¢ximo galard¨®n del jurado de esta edici¨®n del festival donostiarra.Rodado con extrema elegancia formal, y manteniendo en todo momento la coherencia de una est¨¦tica descarnada con la materia de su narraci¨®n, el filme resulta una disecci¨®n implacable de un microcosmos familiar que es tambi¨¦n, por extensi¨®n, el retrato terrible de una visi¨®n conservadora del mundo, as¨ª como una diatriba contra el machismo a base de mostrar su otra cara legitimadora, el matriarcado.
El filme cuenta las vicisitudes de una mujer de mediana edad, madre de cuatro hijos, para recuperar el estatus social perdido tras la s¨²bita muerte de su esposo. Y c¨®mo, para obtenerlo, sacrificar¨¢ el porvenir de tres de sus hijos para que s¨®lo uno, que es adem¨¢s el m¨¢s guapo, pueda terminar la carrera de derecho y "sacarla del hoyo", seg¨²n sus propias palabras.
Ripstein, que ya tiene acostumbrado al p¨²blico donostiarra a las lecturas el¨ªpticas que propician sus filmes -gan¨® ya aqu¨ª el premio especial del jurado en 1978, con El lugar sin l¨ªmites, y casi toda su producci¨®n se ha visto en este festival-, muestra no s¨®lo c¨®mo el amor filial se puede convertir en un tremendo lastre, sino que introduce la sospecha de que detr¨¢s de todo sacrificio por amor planea, acechante, el incesto.Contraste
Pero no todo el cine latinoamericano visto estos ¨²ltimos d¨ªas tiene la calidad de Principio y fin. Tango feroz, de Marcelo Pi?eyro, por ejemplo, es s¨®lo el desdichado ejemplo de lo que no se debe hacer en el cine para despertar la adhesi¨®n del espectador -dos millones de entradas vendidas en su Argentina natal. Se trata de un biopic musical almibarado y cursi hasta la n¨¢usea, construido a mayor gloria de una leyenda menor de la m¨²sica rioplatense, un joven contestatario apodado Tanguito quien, a fines de los 60, inaugur¨® sin saberlo el pop argentino. S¨®lo hay una ambici¨®n en este filme producido por Imanol Arias: complacer a los espectadores a cualquier precio.
As¨ª, Pi?eyro echa mano de un verdadero arsenal de trampas y marruller¨ªas tan viejas como el cine: polic¨ªas tremendos, j¨®venes idealistas e incomprendidos, confesiones transcendentales ante puestas de sol de spot publicitario. Por el camino se queda el menor atisbo de contextualizaci¨®n hist¨®rica, y hasta el dise?o de unos personajes que resulten si quiera un poco veros¨ªmiles. S¨®lo se salva e1joven Ferm¨ªn Mir¨¢s, cuyo espl¨¦ndido trabajo salva a este filme falso y mentiroso de ser todav¨ªa m¨¢s insoportable.
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