Pek¨ªn aspira a ganar en la primera votaci¨®n
"Pek¨ªn, un nuevo horizonte ol¨ªmpico" frente al "Esp¨ªritu de Sidney". ?se es el gran duelo que se celebra hoy en Montecarlo para decidir la sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de un a?o tan emblem¨¢tico como el 2000. Aunque el resultado final siempre es una inc¨®gnita al votar personas tan particulares como los miembros de Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, todos los sondeos parecen se?alar que Pek¨ªn incluso podr¨ªa ganar una batalla m¨¢s pol¨ªtica que deportiva en la primera votaci¨®n, si saca la mayor¨ªa absoluta de 45 sufragios. Sidney tendr¨¢ m¨¢s posibilidades si se necesitan m¨¢s rondas.
Lo m¨¢s claro de la elecci¨®n es que han quedado descartadas en la lucha las otras tres ciudades candidatas: Manchester, Berl¨ªn y Estambul. Cualquier otro resultado ser¨ªa una sorpresa mucho mayor que el triunfo de Atlanta sobre Atenas en 1990.El sistema de votaci¨®n sufrir¨¢ un cambio sustancial. Por primera vez, y en el caso de que no se produzca el triunfo de alguna candidata en la primera votaci¨®n, los miembros no conocer¨¢n en las siguientes (esta vez hasta un m¨¢ximo de cuatro), m¨¢s que la ciudad eliminada por haber tenido menos votos. Pero no sabr¨¢n los que han conseguido las que contin¨²en en la lucha hasta el anuncio final. De esta forma, cada ronda de votaci¨®n ser¨¢ nueva, con la salvedad de que ir¨¢n cayendo una a una las ciudades. Se trata de que los miembros voten a su candidata o a sus sucesivas preferencias reales y no como hasta ahora, en que las repart¨ªan en cada votaci¨®n con c¨¢lculos sobre resultados anteriores, por lo que se produc¨ªan demasiadas veces sorpresas no deseadas.
La inc¨®gnita siempre es que los miembros son impredecibles y, al menos un tercio de ellos, como volv¨ªa a confesar ayer un destacado integrante de la familia ol¨ªmpica, no deber¨ªan tener la posibilidad de votar. Pero esa es una de las asignaturas pendientes que le quedan por aprobar al olimpismo y a su presidente, Juan Antonio Samaranch. Por ¨¦l decidir¨ªan en momentos clave como el de hoy quienes verdaderamente conocen ¨¦l deporte, en especial los representantes de las distintas federaciones internacionales, e incluso solamente la c¨®misi¨®n ejecutiva del COI. P¨¦ro en el proceso de modernizaci¨®n del movimiento ol¨ªmpico el ¨²ltimo reducto que queda es precisamente el de los miembros elegidos a dedo, te¨®ricamente independientes y con prestigio personal, pero que son pr¨¢cticamente, una buena parte de ellos, bastante desconocedores del ya complicado fen¨®meno deportivo actual.
La clave, entonces, en la votaci¨®n de hoy residir¨¢ en qu¨¦ opci¨®n preferir¨¢ un colectivo tan especial y que se deja influir incluso por una ¨²ltima pel¨ªcula de presentaci¨®n o un discurso brillante del primer ministro de turno. El brit¨¢nico John Major, el australiano Peter Keating y la turca Tansu Ciller tienen anunciada su presencia. Las diferencias en apoyos e infraestructuras de las cinco aspirantes son m¨ªnimas y se han destacado Pek¨ªn y Sidney por su oferta de futuro con gran peso pol¨ªtico y humano, la primera, y por su capacidad deportiva y respeto ecol¨®gico, id¨ªlico, la segunda.Efecto contrario
La capital china se ha puesto en cabeza te¨®ricamente por la torpe campa?a anglosajona de desprestigio hacia su candidatura que ha tenido el efecto contrario. Hace cinco a?os, sin la ca¨ªda de los muros del Este, nadie hubiera apostado por su opci¨®n, que tampoco se habr¨ªa presentado. Hoy, como dice su propaganda, es un nuevo horizonte y el olimpismo quiere tomar parte en los cambios que ofrece, como ya ha hecho en Sur¨¢frica o lo hizo en Corea del Sur. "Una China m¨¢s abierta aspira a los Juegos del 2000 es otro de sus esl¨®ganes. Y como le han llegado a decir a Samaranch en una de sus visitas, "si no se le dan los juegos a cualquiera de los tres aspirantes, ?cu¨¢ntos millones van a llorar? ?20, 50? Pero si no se los dan a Pek¨ªn van a llorar 1.200...".
En esta l¨ªnea, sin atacar a los rivales, salvo la amenaza de boicoteo a Atlanta 96 inmediatamente desmentida, la candidatura china ha tratado con gran habilidad de salvar las continuas cr¨ªticas sobre los derechos humanos haciendo hincapi¨¦ en lo importante que es para su pa¨ªs y. para el mundo la concesi¨®n de los Juegos. Un fracaso tendr¨ªa consecuencias imprevisibles. Seg¨²n un funcionario chino, unidades militares est¨¢n preparadas en su pa¨ªs por los posibles disturbios que podr¨ªan producirse.
Ayer mismo cerr¨® la campa?a el viceministro Li Lang Qing, que fue mucho m¨¢s prudente al reducir el impacto de la elecci¨®n al plano deportivo, eludiendo en lo posible el pol¨ªtico. Casi disculp¨® las declaraciones del ministro de Exteriores brit¨¢nico, Douglas Hurd, en las que dijo que dar la sede a Pek¨ªn ser¨ªa una mala decisi¨®n. "Es una tradici¨®n del pueblo chino no atacar a nadie", a?adi¨® en pura diplomacia, y reafirm¨® su confianza en la independencia de los miembros del COI ante todas las presiones y la participaci¨®n china en Atlanta 96. Su optimismo en el triunfo fue total y dijo que China no piensa por ello presentarse para los Juegos del 2004.
Lang Qing ha venido a Montecarlo como presidente honorario de la delegaci¨®n, pero el presidente ejecutivo, Chen Xitong, no ha aparecido por ning¨²n lado. Xitong fue el alcalde de Pek¨ªn cuando la matanza de la plaza de Tiananmen.
El desarrollo del gigante que despierta es precisamente una de las bazas favorables a ojos de los miembros del COI, en especial los del Tercer Mundo, que tambi¨¦n comparten el razonamiento chino sobre los derechos humanos. Las presiones econ¨®micas ya se han hecho notar ante un posible mercado tan inmenso en los pr¨®ximos siete a?os.
Frente a todo ello, Sidney, con el mayor respaldo ecol¨®gico de la historia ol¨ªmpica, es tan potente y mucho m¨¢s perfecta. Pero en su id¨ªlica tranquilidad quiz¨¢ haya cometido un grav¨ªsimo error. Ante la campa?a norteamericana y brit¨¢nica de ataque a Pek¨ªn debi¨® desmarcarse con claridad y astucia, aunque ello supusiera ir en contra de su ra¨ªz anglosajona. El fracaso llegar¨ªa, adem¨¢s, frente al primer intento chino, en el tercero australiano, pues el pa¨ªs oce¨¢nico s¨®lo ha organizado una vez los juegos, en Melbourne en 1956, y ha fracasado ya en las dos elecciones anteriores.Beneficios de Barcelona 92
Por su parte, el Comit¨¦ Organizador Ol¨ªmpico de Barcelona 92 (COOB 92), encabezado por Josep Miquel Abad, present¨® ante el COI el informe final, incluido el balance econ¨®mico definitivo que arroja unos beneficios de unos 400 millones de pesetas, y la memoria de los Juegos de 1992.
Noventa miembros del COI est¨¢n presentes en Montecarlo para la elecci¨®n. Ayer mismo lleg¨® el representante de Jamaica, Roy Anthon y Bridges, y tambi¨¦n votar¨¢ el norcorecano Yu Sun Kim, aunque renunciar¨¢ a su calidad de miembro ma?ana viernes.El ¨²nico que faltar¨¢ ser¨¢ el b¨²lgaro Ivan Slavkov, al que las nuevas autoridades de su pa¨ªs a¨²n no dejan salir pese a llevar casi cuatro a?os en un proceso de claro matiz pol¨ªtico por unos supuestos delitos monetarios y de tenencia de armas de fuego.
El presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, reelegido ayer por otros cuatro a?os al ser el ¨²nico candidato, como se esperaba, no votar¨¢, seg¨²n su costumbre, por lo que los sufragios emitidos ser¨¢n 89: 36 de miembros europeos, 19 de americanos, 16 de africanos, 14 de asi¨¢ticos y cuatro de Ocean¨ªa.
Seg¨²n los sondeos razonables, la mayor¨ªa de los votos africanos, asi¨¢ticos y americanos ir¨¢n a Pek¨ªn, lo que sumado a 10 o 15 europeos puede suponer la mayor¨ªa absoluta de 45 en cualquiera de las rondas de votaci¨®n.
S¨®lo los miembros que hacen el escrutinio, el senegal¨¦s Keba Mbaye, el suizo Marc Hodler y la norteamericana Anita DeFrantz, los tres de la comisi¨®n ejecutiva del COI, conocer¨¢n las cifras de las votaciones. Samaranch leer¨¢ el resultado, sin conocerlo, a las 20.20 horas.
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