Los laboristas brit¨¢nicos centran su estrategia electoral en la clase media

Los laboristas brit¨¢nicos cerraron filas ayer en torno a su l¨ªder, John Smith, e hicieron lo posible por minimizar las heridas abiertas por la dram¨¢tica votaci¨®n del mi¨¦rcoles, en la que por un estrecho margen se puso fin a la hegemon¨ªa de los sindicatos dentro del partido. La nueva estrategia electoral impuesta por los renovadores, especialmente enfocada hacia las clases medias, se puso de manifiesto ayer en la intervenci¨®n de Tony Blair, portavoz de Interior en el Gabinete en la sombra: "Somos el partido de la ley y el orden", proclam¨® Blair.John Smith considera decisivas las elecciones al Parlamento Europeo de la primavera pr¨®xima. Una victoria laborista, apoyada sobre el previsible voto de protesta contra el err¨¢tico Gobierno conservador, inyectar¨ªa al partido una dosis de moral muy necesaria tras la traum¨¢tica derrota en las elecciones generales de 1992. En el bando rival, el conservador, una derrota podr¨ªa acarrear la ca¨ªda de John Major y su sustituci¨®n por Kenneth Clarke, actual ministro de Finanzas. De hecho, John Smith ha dado por supuesto, durante la conferencia laborista en Brighton (sur de Inglaterra), que su rival en las pr¨®ximas elecciones generales no ser¨¢ Major, sino Clarke.

Tony Blair, el m¨¢s destacado renovador y uno de los principales colaboradores de Smith, afirm¨® ante la conferencia que s¨®lo los laboristas pod¨ªan acabar con "la criminalidad y la inseguridad ciudadana creadas en 14 a?os de Gobierno conservador". Blair arrincon¨® las tradicionales recetas laboristas contra el crimen (prevenci¨®n y asistencia social) y subray¨® la necesidad de dureza: "Los ladrones, los v¨¢ndalos, los gamberros, los racistas, no caben en nuestra sociedad. Hay que apartarlos de ella", manifest¨® Blair.

Respecto a la Comunidad Europea, los laboristas reafirmaron su apoyo al Tratado de Maastricht "en las mismas condiciones que el resto de la Comunidad Europea, con legislaci¨®n laboral incluida", seg¨²n el diputado Robert Robertsk. De acuerdo con Robertson, es "una bomba de relojer¨ªa bajo los esca?os del Gobierno".