Los gordos de Botero, entre los rascacielos
El artista colombiano expone sus esculturas en Nueva York
Junto a la gorda tumbada de Botero descansa un homeless., casi en la misma pose que la figura que le da sombra. En la esquina de enfrente, dos secretarias consumen velozmente las hojas de lechuga de su almuerzo. "?Qu¨¦, las estatuas?", pregunta una de las dos J¨®venes pelirrojas. "?Ah! No sab¨ªa que eran una exposici¨®n. Cre¨ªa que las hab¨ªa puesto el alcalde para hacerse notar, ahora que est¨¢n cerca las elecciones!". El mendigo sin hogar persiste en su reposo aferrado a una bolsa de papel color caf¨¦.La escena ocurre una ma?ana de finales de septiembre en Park Avenue, a la altura de la Calle 56, en las estribaciones de la parte alta de Manhattan, ciudad de Nueva York, un lugar en el que es muy dif¨ªcil llamar la atenci¨®n. Las colosales estatuas del colombiano Fernando Botero lo intentan. Catorce figuras desplegadas en esa famosa traves¨ªa, en las ocho manzanas que ocupan, desde la Calle 54 hasta la 61, aportan -hasta el 14 de noviembre- un toque diferenciador a esta ¨¢rea de la Gran Manzana. Pero la gente camina por all¨ª demasiado r¨¢pido, los taxistas tocan demasiado el claxon y hay demasiadas cosas que mirar en Nueva York como para que la estupenda exposici¨®n de Botero capte la atenci¨®n del p¨²blico.
Barbara Goldner, del Public Art Found, la organizaci¨®n que patrocina esta muestra callejera, afirma que "las esculturas han levantado m¨¢s inter¨¦s del esperado". "S¨¦ de mucha gente", dice, "que se re¨²ne a charlar sentada junto a las estatuas, y otros que cruzan la calle en cada sem¨¢foro para observar las figuras de cerca". Al director ejecutivo del Public Art Fund, James Clark, se le ocurri¨® la idea de esta exposici¨®n despu¨¦s de haber visto esa obra exhibida en los Campos El¨ªseos, en Par¨ªs.
Esta fundaci¨®n, de financiaci¨®n privada y especializada en el arte al aire libre, considera que supone un gran reto exponer esculturas en una ciudad con tanta personalidad, y en medio de los poderosos rascacielos de Midtown Manhattan, que convierten visualmente en seres insignificantes todo lo que queda por debajo. Y no porque las esculturas sean peque?as. Cada una de las piezas, que reproducen figuras humanas y de animales, pesa alrededor de las dos toneladas y mide casi cinco metros.
James Clark estima que esta exposici¨®n es el desaf¨ªo m¨¢s importante de la ciudad de Nueva York desde la exhibici¨®n callejera de Henry Moore, en 1984. "Para muchos neoyorquinos, la exposici¨®n de Henry Moore permanece como uno de sus principales recuerdos sobre las calles de la ciudad. Esperamos que tambi¨¦n la de Botero sea recordada durante mucho tiempo", opina el director de la mencionada fundaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.