La obesidad empieza a determinar el nivel social
Las mujeres obesas sufren enormes consecuencias sociales y econ¨®micas a causa de su sobrepeso. Tienen muchas menos posibilidades de casarse que las mujeres de peso normal y tienen m¨¢s posibilidades de ser pobres y ganar bastante menos salario.Los hombres obesos son tambi¨¦n menos afortunados que los hombres esbeltos, pero m¨¢s que las mujeres obesas, al menos por lo que a las cuestiones monetarias se refiere. La discriminaci¨®n que sufren los obesos, una constataci¨®n extensamente compartida, ha sido ahora demostrada cient¨ªficamente en un estudio dirigido por Steven L. Gortmarker, de la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard.
Los investigadores han estudiado la evoluci¨®n de 10.039 personas, que ten¨ªan entre 16 y 24 a?os en el momento de comenzar el estudio, y han comparado su evoluci¨®n social, econ¨®mica y afectiva lo largo de 10 a?os. Los resultados han sido publicados en el New England Journal of Medicine. Se trata de la primera investigaci¨®n encaminada a estudiar las consecuencias sociales de la obesidad.
La obesidad se defini¨® en la investigaci¨®n como un peso, en relaci¨®n con la talla y la edad, por encima del que presenta el 95% de la poblaci¨®n. Siguiendo estos par¨¢metros, la media de las mujeres obesas pesaba 91 kilos, y los hombres obesos, alrededor de 103 kilos.
La mayor proporci¨®n de mujeres obesas se encuentra entre las capas sociales m¨¢s pobres. Hasta ahora se hab¨ªa interpretado que entre los pobres hab¨ªa m¨¢s obesidad porque el tipo de dieta favorece el sobrepeso y porque los patrones culturales no incorporan el ejercicio f¨ªsico como un h¨¢bito.
Sin embargo, Steven L. Gortmarker afirma que hay motivos para sospechar que no es exactamente as¨ª: "Nuestros datos indican que en muchos casos la situaci¨®n econ¨®mica puede ser la consecuencia indirecta de una obesidad". El estudio ha demostrado que las mujeres obesas ten¨ªan m¨¢s posibilidades de perder estatus econ¨®mico, independientemente de la posici¨®n social de sus familias.
Adem¨¢s, las mujeres obesas demostraron tener un, 20% menos de posibilidades de casarse, de disponer de cr¨¦ditos hipotecarios para comprar casas y ganan, por t¨¦rmino medio, casi 7.000 d¨®lares menos al a?o que las mujeres delgadas. Por el contrario, ten¨ªan un 10% m¨¢s de posibilidades de caer en la pobreza.
Los efectos de la obesidad en los hombres eran comparativamente m¨¢s modestos. En concreto, sus posibilidades de casarse eran un 11% inferiores a las de los hombres de peso normal. Y entre los hombres, los menos afortunados eran los que, adem¨¢s de obesos, eran bajos. ?stos tienen un 10% m¨¢s de probabilidades de ser pobres que los hombres altos y ganan 3.000 d¨®lares menos de media al a?o.
Prejuicios
Los expertos se muestran alarmados por los resultados de estos estudios, sobre todo cuando constantan que la discriminaci¨®n contra los obesos parece haberse puesto de moda en los ¨²ltimos tiempos. La forma de justificar este prejuicio, seg¨²n Albert J. Stunkard, investigador de la Universidad de Pennsylvania, es creer que las personas obesas son incapaces de controlar su glotoner¨ªa y que podr¨ªan ser delgados si lo desearan realmente.Esta actitud es una de las m¨¢s injustas y descaradamente discriminatorias que puedan encontrarse, se?ala este especialista. Todos los estudios han demostrado que es pr¨¢cticamente imposible reducir el exceso de peso a largo plazo de forma estable. "Las personas gordas no tienen la culpa de sus kilos de m¨¢s, y pensar lo contrario es culpabilizar a quien, en realidad, es una v¨ªctima", concluye.
El desprecio y los abusos que propicia esta mentalidad son tan frecuentes y est¨¢n tan arraigados que los especialistas consideran que el Congreso de EE UU deber¨ªa aumentar la protecci¨®n legal contra las personas obesas. "La discriminaci¨®n que sufrimos los obesos es parecida a los prejuicios raciales", afirma Frances White, presidenta de la Asociaci¨®n Nacional para la Aceptaci¨®n de los Obesos. "Nadie quiere reconocerla, y las formas de rechazo son sutiles y encubiertas".
"Por ejemplo, deciden no darte un trabajo al conocerte personalmente", contin¨²a White. "Por tel¨¦fono te dicen que est¨¢n encantados con tu preparaci¨®n y tus cualificaciones y, al conocerte personalmente en la entrevista, notas perfectamente que se han llevado un chasco. Entonces te ponen cualquier excusa para no darte el trabajo", a?ade.
Susan Wooley, directora de una cl¨ªnica para el tratamiento de los des¨®rdenes alimentarios, se muestra, sin embargo, exc¨¦ptica ante la posibilidad de que la gente cambie su actitud ante la obesidad. El efecto, en opini¨®n de esta especialista, puede ser el contrario. "Es posible que estos resultados les reafirmen en su convencimiento de que hay que tratar a toda costa la obesidad, en vez de considerarla como una grave enfermedad. Es dif¨ªcil cambiar la mentalidad de la gente", afirma.
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