En ¨¦poca de crisis se piden resultados inmediatos de la investigaci¨®n, afirma el Nobel Rohrer
La industria se beneficia de lo que pagan los ciudadanos con sus impuestos, dice este f¨ªsico"En tiempos de situaci¨®n econ¨®mica poco boyante, como los actuales, se piensa mucho en las aplicaciones de la ciencia; todo el que gasta dinero quiere lograr cosas inmediatas por lo que paga, y la presi¨®n sobre la investigaci¨®n es muy fuerte". As¨ª presenta el premio Nobel de F¨ªsica Heinrich Rohrer el panorama actual de la relaci¨®n entre la sociedad y los cient¨ªficos. Es un tema candente en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, que est¨¢n viviendo un replanteamiento profundo de lo que se exige a los investigadores. Rohrer recuerda que la ciencia crea en el presente las bases de los resultados pr¨¢cticos de ma?ana.
"Se est¨¢ presionando a la investigaci¨®n orientada al conocimiento, a la ciencia, para que haga las cosas que la industria necesita", comenta Rohrer, que particip¨® la semana pasada en la XXIV Bienal de la Real Sociedad Espa?ola de F¨ªsica, celebrada en Jaca. No est¨¢ seguro de si se trata de una tendencia coyuntural o profunda, pero reflexiona: "Tal vez los cient¨ªficos no estamos explicando suficientemente a la sociedad que si usamos ahora toda la capacidad investigadora en solventar problemas de la industria, no dejaremos nada para crear la base de conocimiento sobre la que construir ma?ana tecnolog¨ªas y soluciones".Este cient¨ªfico suizo, que fue premiado con el Nobel en 1986 por sus trabajos pioneros en el desarrollo del microscopio electr¨®nico, recuerda que no hay tecnolog¨ªa actual que no se base en la creaci¨®n previa de la ciencia. "Antes o despu¨¦s se necesitar¨¢ lo que estamos investigando ahora", dice. Pone el ejemplo del sida, un problema que no exist¨ªa hace una d¨¦cada pero que si tiene soluci¨®n, ser¨¢ sobre la base de la investigaci¨®n b¨¢sica en medicina y biolog¨ªa que se ha venido haciendo desde mucho antes de que apareciera la enfermedad.
El ejemplo japon¨¦s
Tal vez la sociedad quiere tener mayor control sobre la ciencia. "?Que los resultados sean m¨¢s r¨¢pidos? S¨ª, muchas investigaciones b¨¢sicas podr¨ªan utilizarse antes si pens¨¢semos un poco m¨¢s en ello", reconoce. Recuerda el ejemplo de los japoneses en la prioridad dada a la aplicaci¨®n de la ciencia. "Pero ahora est¨¢n invirtiendo mucho en investigaci¨®n b¨¢sica, orientada al conocimiento. Han hecho avances fant¨¢sticos en tecnolog¨ªa y quieren ser tambi¨¦n la primera l¨ªnea en ciencia". Matiza que Occidente no est¨¢ detr¨¢s de los nipones en tecnolog¨ªa punta, "aunque no la explotamos tan bien como ellos".En cuanto al control sobre la utilizaci¨®n de la ciencia, Rohrer reconoce que los cient¨ªficos deben aplicar un mayor esfuerzo por corregir los usos irracionales de su trabajo, pero dice que el papel de la investigaci¨®n es simplemente dar la posibilidad de hacer cosas nuevas, que si luego se aplican de una forma razonable o no es cosa de toda la sociedad.
El f¨ªsico suizo se lamenta de que haya ahora poco reconocimiento social por la investigaci¨®n orientada principalmente al conocimiento, como la universitaria, cuyo principal objetivo es encontrar cosas nuevas, y todo lo nuevo es inesperado, recuerda. ?No est¨¢ la sociedad interesada en el conocimiento, no quiere pagar por ¨¦l? Pone el ejemplo de la arqueolog¨ªa o la astrof¨ªsica, que no tienen. aplicaciones inmediatas en la sociedad. "Yo dir¨ªa que es la industria, sobre todo, la que est¨¢ presionando muy fuerte por lograr retornos inmediatos" a?ade. "Muy a menudo se dice que las empresas y las universidades pagan la investigaci¨®n, y no es cierto; es cada ciudadano, pagando impuestos, quien la costea", dice. "Luego, la industria saca mucho, porque educar a un ingeniero, por ejemplo, es muy caro".
Rohrer trabaja en un campo de la ciencia, la f¨ªsica del estado s¨®lido, que, al estar m¨¢s pr¨®ximo que otros de las apl¨ªcaciones -por ejemplo, en la creaci¨®n de nuevos materiales-, puede salir mejor parado de las actuales apreturas econ¨®micas. "Me interesa encontrar v¨ªas de comunicar, de conectar el mundo a nuestra escala con el de la mol¨¦culas", dice, y a este tema dedic¨® su conferencia en la Bienal de Jaca. "Si aprendemos c¨®mo funcionan en detalle las mol¨¦culas individuales y c¨®mo interact¨²an entre ellas, tal vez aprendamos a manejar eficazmente algunos procesos ¨ªntimos de la naturaleza", comenta, y apunta las fronteras que este enfoque abrir¨ªa no s¨®lo en la biolog¨ªa, sino tambi¨¦n en la miniaturizaci¨®n, "porque con nuestra tecnolog¨ªa actual no podemos hacer las cosas arbitrariamente m¨¢s y m¨¢s peque?as".
En Espa?a, influida por las tendencias de los pa¨ªses cient¨ªfica y tecnol¨®gicamente m¨¢s desarrollados pero con un sistema de investigaci¨®n m¨¢s d¨¦bil que ellos, el equilibrio entre investigaci¨®n b¨¢sica y aplicaci¨®n industrial puede ser especialmente dif¨ªcil de hallar. Adem¨¢s, la relaci¨®n ciencia-industria, como se ha puesto de manifiesto en la reuni¨®n de Jaca, es, de por s¨ª, poco fluida. "La apreciaci¨®n social de la ciencia y la tecnolog¨ªa en Espa?a no es suficientemente alta", advierte Rohrer, buen conocedor de la investigaci¨®n espa?ola, con la que mantiene contactos estables de trabajo. Para ¨¦l son muy significativos, por ejemplo, los bajos salarios en Espa?a de los cient¨ªficos y t¨¦cnicos en comparaci¨®n con otros profesionales. "Tal vez haya que invertir m¨¢s en educaci¨®n, en Espa?a y en todos los pa¨ªses, porque es lo m¨¢s valioso que se puede tener", concluye.
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