Integristas cristianos
Un partido pol¨ªtico holand¨¦s acaba de excluir de sus filas a las mujeres para seguir los preceptos b¨ªblicos. Y con raz¨®n, pues bien expl¨ªcito est¨¢, desde la primera p¨¢gina del G¨¦nesis, en que la mujer aparece como un "hueso supernumerario" de Ad¨¢n, hasta que "la mujer calle en la asamblea", de san Pablo.Podemos y debemos asumir nuestra propia historia. Pero una cosa es reconocer Las siete partidas, de Alfonso X el Sabio, e incluso estar orgullosos en parte de ellas, y otra muy distinta es seguir condenando a muerte o mutilaci¨®n a los ladrones, como en ellas, o como todav¨ªa hacen en nombre del Cor¨¢n algunos pa¨ªses isl¨¢micos fundamentalistas. Es una peculiar lectura de la letra impresa del Libro, que los mismos integrist¨¢s llaman interpretaci¨®n "sagrada", es decir, separada de su contexto hist¨®rico y temporal. Esa indebida abstracci¨®n de su situaci¨®n real (ya sea por ignorancia, ya con otras intenciones) proporciona a la letra impresa un falso aire de atemporalidad y eternidad, milagrosa transformaci¨®n que aprovechan para pretender aplicar aquellas primitivas recetas para resolver los problemas de hoy, con los catastr¨®ficos resultados que constatamos.
Esos integristas han defendido entre nosotros a golpe de vers¨ªculo la discriminaci¨®n racial o la esclavitud ("el que sea esclavo no pretenda ser libre", leemos en el Nuevo Testamento). Incluso lo que desde Einstein y Russell hasta L¨¦vi-Strauss y Cousteau est¨¢ siendo denunciado como el peor problema de nuestra ¨¦poca, la superpoblaci¨®n, ha sido agravado por algunos fundamentalistas, que todav¨ªa creen que sigue siendo v¨¢lido hoy, con cerca de 6.000 millones de seres humanos, el "creced y multiplicaos" dicho a la primera pareja. Ojo, pues, a las insensateces de los integristas de todo tipo, que no s¨®lo da?an su vida, sino la de todos nosotros.-
Religi¨®logo.
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