El d¨ªa en que decapitaron a Andreotti
Una novela an¨®nima satiriza la pol¨ªtica italiana a trav¨¦s de una imaginaria revoluci¨®n
"La d¨®cil cabeza de Giulio fue apoyada sobre el tajo. El hombre cerr¨® los ojos. El golpe de hacha fue preciso. La muchedumbre, que hasta un instante do antes hab¨ªa gritado e insultasto, ahora callaba. Un imprevisto silencio inund¨® el Coliseo. Luego se supo que muchos camar¨®grafos, demasiado emocionados, hab¨ªan errado el enfoque. Se oy¨® un gemido. Numerosas mujeres comenzaron a llorar sin explicarse por qu¨¦. Un minuto despu¨¦s, lloraban todos".Es la cr¨®nica de la decapitaci¨®n de Giulio Andreotti, el siete veces primer ministro italiano -desde esta semana director de 30 Giorni, revista religiosa del movimiento cat¨®lico Comuni¨®n y Liberaci¨®n-, transmitida en directo por Mundovisi¨®n desde el Coliseo romano.
En Italia estalla la revoluci¨®n, explota el cansancio popular ante la revoluci¨®n metaf¨®rica que el pa¨ªs vive desde hace 18 meses. Andreotti, sospechoso de connivencias con la Mafia y de otros delitos de corrupci¨®n, aprovecha el marasmo para huir de la c¨¢rcel de Regina Coeli a trav¨¦s de una cloaca que aflora junto a la casa madre de los jesuitas, cerca del Vaticano. Pero vuelve a ser detenido d¨ªas despu¨¦s en un falso taxi mientras huye de Roma con su esposa, Livia, tocado con una peluca rubia y unas gafas de brillantes. Un tribunal popular, presidido por Armando Cossutta, el l¨ªder de Refundaci¨®n Comunista, le condena a muerte.
En Roma y en Italia la confusi¨®n es enorme. A Umberto Bossi, el l¨ªder de la Liga Norte, la sublevaci¨®n le sorprende retozando con una casada. Llega el marido deshonrado con los revolucionarios y arrestan a Bossi sin reconocerle. Giananco Miglio, el padre intelectual de la Liga, convertido en desp¨®tico gobernador de Mil¨¢n, hace poco por liberar a su jefe.
El ex radical Marco Pannella acepta el cargo de primer ministro para contener a los rebeldes.
Pero cae en manos de la masa, que a trav¨¦s de un embudo le atiborra de pizzas, canelones y tortellinis, en recuerdo de sus huelgas de hambre y en venganza por haberse convertido en el ¨²ltimo basti¨®n del r¨¦gimen. Ciriaco de Mita, l¨ªder de la izquierda democristiana, simula ser envenenado con un caf¨¦ para poder huir en el barco que ha de arrojar al mar su cad¨¢ver.
Para que cese la violencia, el presidente de la Rep¨²blica, Oscar Luigi Scalfaro, se ofrece como chivo expiatorio ante la Asamblea revolucionaria, dominada por comunistas, ex comunistas y la Liga Norte. Pero la Asamblea le confirma como presidente a propuesta de Leoluca Orlando, l¨ªder de la Rete. "Dios no me quiere", solloza Scalfaro.
Todo esto se cuenta en una novela de autor an¨®nimo titulada La rivolta (La revuelta), que sigue en las listas de ventas de Italia tras haber alcanzado los primeros puestos el pasado verano. Sus editores, Baldini & Castoldi, aseguran que donde m¨¢s se ha vendido ha sido en Roma, la ciudad con mayor concentraci¨®n de pol¨ªticos.
Nadie se ha querellado por el contenido de este relato. El humor frente a las circunstancias m¨¢s dram¨¢ticas es una caracter¨ªstica bien conocida del italiano. Pero quiz¨¢s no sea inagotable. Enzo Biagi, un influyente columnista, al volver de una estancia en China, ha escrito: "He encontrado la Italia de siempre. Una escena algo repetitiva: el circo de costumbre y los payasos, que cada vez hacen re¨ªr menos".
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