El 'caso Lockerbie' provoca divergencias en el r¨¦gimen libio
El Ministerio libio de Asuntos Exteriores ha convocado a diplom¨¢ticos occidentales en Tr¨ªpoli para reafirmarles que su pa¨ªs acepta el principio de un juicio en Escocia contra los dos sospechosos del atentado contra un avi¨®n de la Pan Am sobre Lockerbie (Escocia) en 1988, que caus¨® la muerte a 270 personas. Sin embargo, ayer mismo la abogada escocesa de los dos libios, Alistair Duff, declar¨® en Edimburgo que sus defendidos no comparecer¨¢n jam¨¢s ante un tribunal en Escocia o en Estados Unidos. A juicio de los observadores en Tr¨ªpoli, estas contradicciones se deben a divergencias internas en el r¨¦gimen libio."Los dos sospechosos quieren ser juzgados, pero no en Estados Unidos ni en el Reino Unido, ni ahora ni m¨¢s adelante", declar¨® la abogada de los libios en una entrevista a un peri¨®dico escoc¨¦s. No obstante, indic¨® que los acusados no se opon¨ªan a entregarse a un tercer pa¨ªs.
Entretanto, la prensa libia, totalmente controlada por el r¨¦gimen que preside Muammar el Gaddafi, ha criticado a la diplomacia de su pa¨ªs por su inclinaci¨®n a un compromiso para tratar de impedir el endurecimiento de las sanciones internacionales contra Tr¨ªpoli.
Juicio justo
El peri¨®dico libio Ach Chams acus¨® el lunes a la diplomacia de su pa¨ªs de "violar el derecho de los dos acusados e ignorar la opini¨®n de los dos equipos de abogados que los defienden". El comit¨¦ de defensa de los acusados se opuso el domingo a la comparecencia de los acusados ante los tribunales escoceses por considerar que no se daban las condiciones para un juicio justo.Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas europeas en Tr¨ªpoli, el coronel Gaddafi dio en un primer momento su pl¨¢cet para que el Ministerio de Asuntos Exteriores comunicase a la ONU a finales del pasado mes de septiembre la aceptaci¨®n para que se celebrase el juicio en Escocia. El n¨²mero uno libio pretend¨ªa as¨ª lanzar un globo sonda para saber si, a cambio de esa aceptaci¨®n, Estados Unidos y Reino Unido acced¨ªan a normalizar las relaciones con Libia y poner fin a las sanciones. La ONU impuso en abril de 1992 un embargo militar y a¨¦reo contra Libia para forzar la entrega de los sospechosos del atentado, Abdel Basset al Megrahi y Al Amin Jalifa Fim¨¢.
El coronel Gaddafi trataba igualmente de asegurarse de que un eventual juicio contra los dos acusados no se convirtiera en un proceso al r¨¦gimen libio.
El ministro de Exteriores libio, Omar al Muntasser, no logr¨® obtener tales garant¨ªas la pasada semana durante su visita a Nueva York, lo que permiti¨® a los partidarios de la l¨ªnea dura, opuestos a la extradici¨®n de los acusados, hacer prevalecer sus puntos de vista, estiman las fuentes diplom¨¢ticas occidentales.
Esas fuentes se?alan que la l¨ªnea dura est¨¢ representada por un sector de los servicios secretos y por el clan de uno de los acusados, Megrahi, al que pertenece el numero dos libio, el comandante Abdesalam Jallud.
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