La exageraci¨®n de un pianista

Ocup¨® el martes la escena del Auditorio Nacional la Sinf¨®nica de la Radio de Finlandia dirigida por su titular, Jukka-Pekka Saraste. Como es l¨®gico, tuvimos pentagramas de Jan Sibelius, y por partida doble: Tapiola, poema sinf¨®nico, opus 112, de 1925, y la Sinfon¨ªa en mi menor, opus 39, de 1899. Entre una y otra obra, otro artista finland¨¦s, el pianista de 26 a?os Olli Mustonen, protagoniz¨® el Concierto n¨²mero 3, de Bela Bartok.El enfrentamiento o diferenciaci¨®n Norte-Sur, eje del que tanto se habla hoy, queda claro en la m¨²sica de Sibelius, tan abierta a la naturaleza, m¨¢s evidentemente a otra naturaleza, m¨¢s sombr¨ªa aunque menos dram¨¢tica que la de los eslavos y los centroeuropeos y menos luminosa que la de los meridionales.

En la obra de Sibelius, desde su Primera sinfon¨ªa hasta Tapiola, que podemos considerar su ¨²ltima obra importante, la personalidad y la obra de Sibelius evolucionan dentro de los l¨ªmites que marcan su estilo. Estilo que no deja de presentar trazos originales y f¨¢cilmente reconocibles.

La calidad de la formaci¨®n finlandesa, el talento y las dotes de su maestro quedaron ampliamente demostrados en las versiones de Sibelius y podr¨ªa haberse reafirmado totalmente en el Concierto n¨²mero 3 de Bartok. Lo impidi¨®, en buena parte, el solista Olli Mustonen, de tan excelente t¨¦cnica virtuos¨ªstica como extremado amaneramiento expresivo. Se advirti¨® ya en el comienzo de la obra por la exageraci¨®n de las notas acentuadas que casi eran las ¨²nicas que escuch¨¢bamos y la discontinuidad del curso mel¨®dico, todo ¨¦l tan afectado como el mismo gesto. Mustonen es joven y a buen seguro modificar¨¢ unos criterios claramente contradictorios con la partitura de este Bartok terminal y espl¨¦ndido. Hubo aplausos cuantiosos y fueron imprescindibles las propinas, entre ellas el poema l¨ªrico y heroico Finlandia.