El Madrid mantuvo las distancias ante el Joventut
Ni Obradovic, su nuevo entrenador. Ni mucho menos Dawson, su fichaje extranjero que estuvo m¨¢s perdido que un elefante en una cacharrer¨ªa. Lo m¨¢s sorprendente en la presentaci¨®n del Joventut en Madrid fue un solo numerito. El 64, con el que no cantaron bingo sino m¨¢s bien derrota. Hac¨ªa bastante tiempo que el equipo verdinegro no cuajaba una actuaci¨®n ofensiva tan desafortunada en un campo tradicionalmente propicio como el Palacio madrile?o. El poco acierto a la hora de meter la pelotita condicion¨® cualquier movimiento t¨¢ctico de Obradovic (que los hubo e interesantes) y acab¨® siendo raz¨®n ¨²nica y directa de no s¨®lo la p¨¦rdida del partido, sino de que ni siquiera tuviesen opci¨®n para ganarlo.El t¨¦cnico serbio arriesg¨®, e incluso tuvo la osad¨ªa de intentar contrarrestar el dominio interior del Real Madrid llevando la guerra por otro lado. Si t¨² me pones a un gigante, yo te coloco a cuatro peque?os y a ver si me coges, plane¨® Obradovic. La artima?a tuvo un efecto pasajero (comienzos del segundo tiempo), aunque el Madrid acab¨® acostumbr¨¢ndose y logr¨® conectar varios balones en buenas condiciones a sus pivotes que sirvieron para mantener las distancias y evitar que el Joventut lograse igualar el encuentro.
A falta de punter¨ªa, el partido deriv¨® hacia un juego de estrategias, que como el resultado final, acab¨® decantado hacia el banquillo madridista. El Madrid fue m¨¢s coherente y respondi¨® mejor a los c¨¢nones esperados. Sin gozar de un d¨ªa excelso, rentabiliz¨® en mayor medida a sus peones. Biriukov por fuera y los tres pivotes en las cercan¨ªas de la canasta dispusieron un cuadro equilibrado. No logr¨® romper el partido, pero supo adaptarse a la mala punter¨ªa del rival con una zona que dificult¨® en muchas ocasiones la ya notable espesura del ataque verdinegro.
El marcador se movi¨® con una pereza inusual, aunque eso s¨ª, con una gran regularidad. El Madrid logr¨® 35 puntos por parte, y el Joventut 30 y 34 respectivamente. Los badaloneses vivieron su infierno en los 9 primeros minutos de cada parte, donde s¨®lo fueron capaces de conseguir 9 puntos en cada una de ellas.
El detalle anecd¨®tico-estad¨ªstico lo puso el equipo catal¨¢n cuando despu¨¦s de su primera sequ¨ªa, encaden¨® una sensacional serie de cuatro triples seguidos en poco m¨¢s de un minuto que le hicieron despertar moment¨¢neamente. Del 23-11 en el minuto 13 se pas¨® al 26-23 en el 14. Un derroche anotador que se disolvi¨®, haciendo honor a su patrocinador, como una gaseosa. Salvo Thompson, que bastante ten¨ªa con luchar en inferioridad, ni Villacampa ni los Jofresa (mejor esperar otro d¨ªa para evaluar a Dawson) tuvieron el acierto de otras tardes.
En el minuto 6 de partido ya ganaba el Madrid por 5 puntos, diferencia que fue la t¨®nica de oda la noche. Ni unos tiraban, ni los otros recortaban. Entre variantes t¨¦cnicas y m¨¢s sudor que belleza se consumieron los 40 minutos sin que la temperatura subiese, machaque de Smith y alguna que otra acci¨®n de contraataque del Madrid. Poca cosa para un esperado deb¨² de un Joventut te¨®ricamente yugoslavizado y en la pr¨¢ctica en proceso de adaptaci¨®n a su nuevo entrenador.
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