El Barcelona aborta un duelo personal

El partido lo gan¨® el Barcelona. La partida qued¨® en tablas. Los jugadores decidieron. Los entre nadores se limitaron a cumplir sus papeles. Ni A¨ªto ni Maljkovic fueron preponderantes. Cumplieron su papel, el de dos buenos estrategas. Pero ninguno de ellos pudo ajustar en el terreno deportivo las cuentas pendientes de lo que ha sucedido fuera del mismo, de su enemistad y de sus acusaciones constantes desde que el t¨¦cnico serbio fue despedido del Barcelona en noviembre de 1991.Era demasiado presuponer de dos t¨¦cnicos de su alcurnia. No hubo jaque mate, aunque una victoria del Limoges hubiera podido ser interpretada como tal. Y no anduvo lejos. De hecho, la resoluci¨®n del encuentro demostr¨® lo obvio, que los que deciden son los jugadores, en un porcentaje mucho m¨¢s elevado de lo que lo hacen los entrenadores.

El estadounidense Mike Young fue la clave. Por dos veces err¨® en los dos tiros de gracia de los que dispuso al final de los 40 minutos, con empate a 71 tantos. El segundo, sobre la bocina, fue un lanzamiento relativamente c¨®modo. En los 40 minutos anteriores no hab¨ªa fallado nada similar, ni siquiera en posiciones mucho m¨¢s dif¨ªciles. Pero lo fall¨® y lleg¨® la pr¨®rroga. Y en ella fue el propio Mike Young el que pr¨¢cticamente despidi¨® de toda opci¨®n a su equipo. El Barcelona hab¨ªa entrado marcando el paso en la fase a?adida de la mano de un sobresaliente Galilea. Pero estaba a tiro de piedra. Ganaba por 77-73. Cuando, en esas, Mike Young se pone m¨¢s nervioso de la cuenta y le suelta un manotazo a Jim¨¦nez, su implacable marcador. La falta t¨¦cnica no fue aprovechada por el ala p¨ªvot azulgrana, pero la posesi¨®n del bal¨®n puso seis puntos de por medio a 1 minuto y 32 segundos.

El Barcelona gan¨® gracias al factor desequilibrante que aport¨® Galilea, a pesar de que en los minutos que fue el encargado del marcaje de Mike Young naveg¨®. Se impuso gracias a su dominio en el rebote, especialmente en el de ataque.