Los 'reclutas' del mar

Los congrios son los m¨¢s agresivos. Los de agon¨ªa m¨¢s larga fuera del agua, las pintarrojas. Los que salen con m¨¢s ¨ªmpetu, brincando en zona seca: los jureles. Las capturas mejor recibidas: aced¨ªas, merluzas, langostinos. Los botines m¨¢s sorprendentes, cuando salen rayas y quimeras, llegan cuando las redes alcanzan m¨¢s de 400 metros de profundidad.El profano en las artes de pesca y la investigaci¨®n oceanogr¨¢fica se dedica a hacer sus propias y muy modestas composiciones de la faena y traves¨ªa. A medida que pasa el tiempo, del trato con los 27 marineros y los 10 bi¨®logos que viajan a bordo del Cornide de Saavedra -67 metros de eslora- por el Golfo de C¨¢diz, van saliendo deducciones m¨¢s sustanciosas. Aprende a distinguir datos y conclusiones que sirven para negociar cuotas y reglamentaciones pesqueras en Bruselas, en los Consejos de ministros de pesca de la CE.

La campa?a ARSA 1093 -acr¨®nimo de arrastre suratl¨¢ntico-, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa QE0), dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, se ha llevado a cabo en las ¨²ltimas semanas de octubre. Su objetivo: la prospecci¨®n pesquera con artes de arrastre (redes que se arrastran por el fondo del mar) en esas aguas que quedan frente a Conil, C¨¢diz, Do?ana...

Jorge Baro, de 34 a?os, ocean¨®grafo-bi¨®logo del centro de Fuengirola del IEO y jefe de ARSA 1093, explica para qu¨¦ sirven estas investigaciones en alta mar: "Primero, para estimar la abundancia relativa de especies demersales (las que viven en el fondo marino o asociadas a ¨¦l)". O sea, el estado, a?o a a?o, de caladeros y card¨²menes. "Segundo, para obtener un cat¨¢logo faun¨ªstico de la zona. Y tercero, para hacer estudios de selectividad del arte de pesca; para seleccionar la talla de las redes y ver qu¨¦ repercusiones puede tener un cambio de malla en las capturas de los pesqueros y en la evoluci¨®n de los caladeros". O sea, estudiar qu¨¦ peces -de qu¨¦ especies y qu¨¦ tama?os- quedan atrapados en la red y cu¨¢les se escapan. El intr¨ªngulis est¨¢ en que ahora en el Golfo de C¨¢diz se utiliza para la pesca de arrastre mallas de 40; y la CE reclama que pasen a mallas de 65 -con los agujeros m¨¢s grandes, y, por lo tanto, que dejan escapar m¨¢s peces-, como en otras partes del Atl¨¢ntico de la Pen¨ªnsula.

Espa?a ha estado defendiendo que es absurdo aplicar la tabla rasa; que el Golfo de C¨¢diz es una zona muy peculiar, de tr¨¢nsito entre- el Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo, con mucha diversidad de especies y h¨¢bitos de pesca de minifundista -por aplicar un s¨ªmil terrestre-. Un cambio de malla no ser¨ªa imprescindible para una pesquer¨ªa sostenible y, sin embargo, resultar¨ªa un duro golpe para las econom¨ªas de infles de familias. Pero claro, eso, dicho as¨ª en Bruselas, pueden cre¨¦rselo o no. Hay que llevar datos. Ah¨ª nacen las campa?as de investigaci¨®n del IEO en el Golfo de C¨¢diz. La de ahora es la tercera, y cuenta con ayuda financiera de la CE.

Argumentos para Bruselas

Lo explica Jos¨¦ Loira, secretario general de Pesca Mar¨ªtima: "Se procura que las decisiones en materia de pesca se sustenten en una base cient¨ªfica. Cuando en un Consejo de Ministros de la CE se definen los TAC (total admisible de capturas) y se deciden las cuotas, hay detr¨¢s un trabajo tremendo, tremendo, de an¨¢lisis de los muestreos hechos en estas campa?as y en las lonjas, de extracci¨®n y medida de otolitos (formaciones calc¨¢reas a la altura. del cogote de los peces en las que queda impresa su edad en forma de anillos), para ver los reclutas de cada a?o".

Efectivamente, para ver las japonesas, brecas, sargos, bacaladillas, chocos, aced¨ªas, besugos, salmonetes, gambas, cigalas... que cada a?o llegan a la categor¨ªa de reclutas. O sea, cuando se hacen lo suficientemente mayores como para quedar atrapados entre los aparejos pesqueros, como para hacer esa mili tan peculiar -sin opci¨®n a escoger destino- que les lleva de su ambiente natural al barco y el plato. Loira explica que, a pesar de que se intenta hacer las cosas bien, siempre hay pesqueros ilegales, con banderas de conveniencia, sin leyes ni escr¨²pulos, que no respetan lo acordado. Por eso, y por m¨¢s cosas, ve bien el sentido cr¨ªtico de organizaciones ecologistas como Greenpeace que continuamente alertan de que se sobreexplotan los mares.

Y ah¨ª est¨¢n, durante ocho d¨ªas, los marineros venga a largar y virar (tirar al mar y recoger) sus artes. Treinta lances en total, treinta catas de una hora justa en zonas seleccionadas por medios estad¨ªsticos. Y los bi¨®logos venga a triar y triar -seleccionar por especies los cientos de peces, moluscos, crust¨¢ceos y otros invertebrados que caen en las redes de la investigaci¨®n-. Y, despu¨¦s, la ardua tarea de medirlos -uno a uno- y pesarlos; y, con las especies de mayor inter¨¦s comercial -como aced¨ªas y merluzas-, mirarles el sexo, estado de madurez y edad.

Midiendo y midiendo reclutas, pero tambi¨¦n alevines, porque, como excepci¨®n, estas campanas llevan copo y sobrecopo. O sea, la red con la densidad reglamentaria, m¨¢s una tupida malla en la retaguardia, donde cae todo. Porque se trata de saber lo que se atrapa con un determinado arte y lo que hay, pero se ha colado, se ha escapado.