Brindis con cava en la factor¨ªa Ikusi
Los trabajadores de la empresa lograron movilizar a la sociedad vasca en contra del secuestro
A. I. El edificio de la empresa lkusi, en el pol¨ªgono 27 del barrio donostiarra de Martutene, estuvo durante la ma?ana de ayer silencioso, pero horas antes se hab¨ªan podido escuchar las manifestaciones de alegr¨ªa de los trabajadores y de vez en cuando el descorche de alguna que otra botella de cava. "Estamos muy contentos y emocionados", indic¨® una de las empleadas que se encontraba all¨ª.
Desde que salt¨® la noticia de la liberaci¨®n de Julio Iglesias, un grupo de empleados de lkusi se fue concentrando en la f¨¢brica. Celebraron en el comedor una peque?a fiesta hasta poco despu¨¦s de las tres de la madrugada de ayer. ?ngel Iglesias, propietario de la empresa, se reuni¨® a esa hora con el medio centenar de trabajadores que se encontraban en las instalaciones y les inform¨® de la situaci¨®n en la que se encontraba Julio: "Est¨¢ en buen estado", indic¨®.
A las preguntas de c¨®mo lo hab¨ªa pasado durante estos ¨²ltimos cuatro meses, ?ngel Iglesias fue radical: "No se puede decir si bien o mal porque una vez que te meten en un agujero te da igual... Como si te dan de besos", afirm¨®. Los trabajadores de Ikusi consiguieron celebrar el fin de los 117 d¨ªas de lucha diaria por conseguir la liberaci¨®n de su compa?ero, el ingeniero Julio Iglesias Zamora
Han sido algo menos de media docena, de los 340 que configuran la plantilla de Ikusi, los que han permanecido al margen de cualquier actividad en la lucha que han mantenido los trabajadores de esa empresa en la exigencia a ETA de la liberaci¨®n del ingeniero donostiarra.
La vinculaci¨®n ideol¨®gica a las tesis de la izquierda radical vasca ha provocado que ese peque?o grupo de personas no participase en las asambleas que semanalmente han llevado a cabo en las instalaciones de la empresa, para analizar nuevas iniciativas, o en las acciones que han estado realizando desde que ETA arrebatase la libertad a uno de sus compa?eros.
El tes¨®n de los compa?eros del ingeniero Iglesias se ha contagiado a la mayor¨ªa de la sociedad vasca, que ha adoptado el lazo azul en el pecho como s¨ªmbolo de la rebeli¨®n pac¨ªfica y silenciosa contra ETA.
Todos los lunes en el interior de la f¨¢brica y cada jueves en la calle la plantilla, desde una semana despu¨¦s del secuestro, ha mantenido las movilizaciones. Las manifestaciones culminaron con la masiva concentraci¨®n contra el terrorismo que tuvo lugar en San Sebasti¨¢n el pasado 11 de septiembre. Ese d¨ªa los partidarios de la violencia, a decir de los analistas, perdieron el dominio de la calle, quiz¨¢s para siempre.
Durante los casi cuatro meses transcurridos desde que Iglesias fue secuestrado por ETA, el estado an¨ªmico de los trabajadores de Ikusi que ha sido capaz de movilizar, junto a las asociaciones pacifistas que trabajan en el Pa¨ªs Vasco, semanalmente a miles de ciudadanos para exigir la liberaci¨®n de Julio Iglesias, tan solo decay¨® en una ocasi¨®n, en el mes de agosto.
"Las noticias relativas a una inminente liberaci¨®n o a el pago de una parte del rescate nos hicieron creer que pod¨ªa ser cierto que Julio quedase en libertad. El tiempo nos sac¨® del error y es una lecci¨®n que aprendimos. A partir de ah¨ª fuimos conscientes de que no pod¨ªamos cejar en nuestro trabajo en pro de su liberaci¨®n hasta que supi¨¦semos que estaba en la calle, con su familia", indic¨® uno de los trabajadores de lkusi.
Durante quince semanas, miles de donostiarras han acompa?ado cada jueves a los trabajadores de Ikusi, empresa en la que trabaja desde hace 15 a?os el ingeniero donostiarra y de la que es propietario su t¨ªo ?ngel Iglesias, para pedir en silencio la libertad del reh¨¦n. Los asistentes que han participado en las manifestaciones han configurado una variada mezcla -empresarios, trabajadores, amas de casa, heavys, j¨®venes, pol¨ªticos- unidos en esta ocasi¨®n por su deseo de vivir en paz.
El trabajo de los empleados de Ikusi en pro de la libertad de su compa?ero junto al de las asociaciones pacifistas ha conseguido como nunca movilizar a la gran mayor¨ªa de la sociedad vasca en contra de la actividad terrorista de ETA.
El salto cualitativo de la acci¨®n contra la violencia es que la denuncia contra el terrorismo ha trascendido a los grupos pol¨ªticos y se ha convertido en una protesta mayoritaria y, a la vez, individual, simbolizada en el lazo azul que portan sobre el pecho miles y miles de ciudadanos vascos.
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