No bast¨® la fuerza de Giulietta

"No quer¨ªamos que llegara nunca este d¨ªa. Pens¨¢bamos que Federico durase siempre por la fuerza de Giulietta", manifest¨® ayer Mar¨ªa Luisa Masina, la hermana de la viuda de Federico Fellini, cuando entraba en el piso de V¨ªa Marguta donde la estrella de La Strada lloraba la muerte de su marido."Han sido 50 a?os no s¨®lo brev¨ªsimos, sino con tanto tiempo perdido, porque, ya ves, t¨² al menos has tenido hijos, no has perdido nada. Yo, en cambio, no los tengo", coment¨® la propia Masina a un amigo que la visit¨® el s¨¢bado, el d¨ªa triste de sus bodas de oro con Fellini.

Nadie sabe lo que pasa de puertas adentro en una casa, pero es un hecho que la relaci¨®n de Giulietta y Federico constituye un arquetipo de armon¨ªa profesional y sinton¨ªa personal sin parang¨®n en la historia del cine. La propia Giulietta ha hablado de "una comuni¨®n de almas" y de una fusi¨®n total de dos personas que se complementan". "Tal vez nos haya ayudado a seguir unidos el hecho de no ser una familia, porque, al no tener hijos, hemos seguido siendo una pareja. Nadie nos ha obligado o vivir juntos. Lo hemos querido d¨ªa a d¨ªa", ha dicho la actriz.

Se conocieron un invierno de 1942 en Roma, en el despacho de un dirigente de la televisi¨®n estatal. El era guionista y ella una joven actriz de teatro, a la que aparentemente no le impresion¨® el joven Federico. Pero ¨¦ste le llam¨® semanas m¨¢s tarde, con la excusa de pedirleuna fotografia para un proyecto cinematogr¨¢fico. De all¨ª arranc¨® un noviazgo de s¨®lo nueve meses y el matrimonio, en plena guerra, bajo el toque de queda y la amenaza de que Fellini, con 23 a?os, pudiera ser enviado al frente.

Fue una boda ¨ªntima celebrada en casa, con un amigo pintor por testigo. Poco despu¨¦s, una ca¨ªda por las escaleras y un aborto. Y el 1 de abril de 1945, la muerte del ¨²nico hijo, s¨®lo dos semanas despu¨¦s de su nacimiento. Un dolor que se enterrar¨¢ en el silencio.

No siempre ha sido f¨¢cil la relaci¨®n de.Giulietta y Federico, encerrado en los estudios con tanta mujer despampanante. Pero fue con su esposa con la que obtuvo los dos primeros Oscar. Ambos se han seguido sin perderse, durante los ¨²ltimos diez lustros. ?l, a distancia y sol¨ªcito; ¨¦lla, con la mirada curiosa de sus mejores personajes. "Giulieta sufre mucho, y temo que no sobreviva a Federico", dijo su hermana hace d¨ªas.