El PSOE intentar¨¢ "pactos a la carta" con todos los partidos sin renunciar al apoyo estable de CiU

Los socialistas van a tratar de consolidar sus acuerdos con CiU, recuperar el afecto pol¨ªtico del PNV, acordar con el PP las reformas institucionales m¨¢s significativas y, si es posible, coincidir en alg¨²n proyecto legislativo con Izquierda Unida (IU). Una suerte de programa de "pactos a la carta" en expresi¨®n de un dirigente. El PP, cuya c¨²pula cree que la voluntad dialogante del Gobierno "esta vez puede ir en serio", espera obtener el reconocimiento como interlocutor del Ejecutivo y una cierta corresponsabilidad en asuntos considerados de Estado, que le confirmen definitivamente como alternativa.

La voluntad de abrir frentes de di¨¢logo con todas las fuerzas pol¨ªticas la expres¨® el secretario general, Felipe Gonz¨¢lez, el pasado mi¨¦rcoles, en la reuni¨®n de la ejecutiva federal, y cont¨® con el asentimiento de los miembros de la direcci¨®n del PSOE, una hora antes de que se produjera la entrevista entre Gonz¨¢lez y Aznar.La reflexi¨®n sobre la pol¨ªtica de acuerdos en el Parlamento se sit¨²a en el "ideal m¨¢ximo" de los socialistas, con independencia de que pueda o no ser posible. Los dirigentes consultados diferencian entre la necesidad objetiva de sumar sus votos a los de otra u otras fuerzas para alcanzar la mayor¨ªa absoluta y el deseo de aprobar las leyes con el m¨¢ximo respaldo posible, para evitar en lo posible su descalificaci¨®n.

El secretario de organizaci¨®n del PSOE, Txiki Benegas, ha afirmado que "el inter¨¦s de abrir conversaciones con el PP no se debe a la necesidad de votos".

"El Gobierno puede ser d¨¦bil matem¨¢ticamente por falta de mayor¨ªa absoluta, aunque hasta ahora no se ha puesto de manifiesto, y en un asunto tan importante como los presupuestos hemos tenido m¨¢s apoyo que nunca", recordaba Benegas.

Dirigentes socialistas reconocen, no obstante, que intentar¨¢n a toda costa mantener "alg¨²n tipo de relaci¨®n institucional con el PP", porque la propia Constituci¨®n obliga a que los partidos se pongan de acuerdo para cuestiones fundamentales, al exigir el apoyo de tres quintos de las c¨¢maras para las leyes org¨¢nicas.

As¨ª, nunca un partido ha podido aprobar por s¨ª solo una ley org¨¢nica, y no es previsible, por el sistema electoral proporcional, que una sola fuerza pueda tener tan abrumadora mayor¨ªa.

Condenados al acuerdo

El presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Carlos Solchaga, y Txiki Benegas saben que tienen que llegar a un acuerdo con el PP para ofrecer a las c¨¢maras un nombre com¨²n para ocupar el puesto de defensor del pueblo. Los socialistas propondr¨¢n una amplia reforma en el Consejo de Administraci¨®n de RTVE, de forma que sus miembros no reproduzcan mim¨¦ticamente el funcionamiento del Parlamento, sino que act¨²en de manera m¨¢s profesionalizada. El, PSOE considera que el PP tiene dificil oponerse a esta reforma.

La elecci¨®n de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, la ampliaci¨®n de las competencias del Tribunal de Cuentas y la elaboraci¨®n de la Ley de Partidos Pol¨ªticos requerir¨¢n m¨¢s tiempo y el trabajo entre delegaciones de los grupos parlamentarios, aunque en el PSOE se insiste en la necesidad del acuerdo con el PP para estos asuntos.

Dirigentes socialistas aportan como prueba de que su intento de hablar con el PP no obedece a la debilidad num¨¦rica en el Parlamento una cierta institucionalizaci¨®n de los contactos cuando ten¨ªan 202 diputados y Manuel Fraga encabezaba el partido de la oposici¨®n. Gonz¨¢lez y Fraga tuvieron diversos encuentros, auspiciados por el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba.

Para el PP, las v¨ªas de di¨¢logo ofrecen algunos atractivos, aunque persiste una desconfianza casi instintiva, despu¨¦s de una legislatura anterior marcada por las cr¨ªticas frontales y un arranque de la actual en el que tampoco han sido complacientes. Si los acuerdos se fraguan "en condiciones aceptables", los populares consideran que obtendr¨ªan el reconocimiento como interlocutores del Gobierno. "No se puede gobernar contra m¨¢s de 140 diputados", afirmaban, despu¨¦s de las elecciones de junio, los miembros de la ejecutiva del PP. El equipo de Aznar piensa ahora que el tiempo les ha dado la raz¨®n y que el PSOE "necesita llegar a acuerdos" con el primer partido de la oposici¨®n. El di¨¢logo con el Gobierno, ¨²nico interlocutor que acepta el presidente del PP para las conversaciones, reforzar¨ªa ante los ciudadanos el papel de ¨¦ste como alternativa al PSOE.

Estrechos colaboradores de Aznar han sacado la impresi¨®n de que, tras el encuentro de La Moncloa, "todo va bien, excepto la Televisi¨®n Espa?ola", en la que los populares quieren garant¨ªas tangibles de pluralismo y neutralidad. Gonz¨¢lez parece haber renunciado a modificar las mayor¨ªas necesarias para ciertos nombramientos en los llamados ¨®rganos constitucionales, lo que le obliga a ponerse de acuerdo con el PP para designar nuevo defensor del pueblo o cubrir vacantes en el Poder Judicial.

Por primera vez, fuentes de la direcci¨®n del PP consideran "aceptable" un nombre citado para el primero de los puestos, Gonzalo Casado. El defensor de Jos¨¦ Amedo en el proceso contra los GAL "responde al perfil que hemos definido, ajeno a la militancia en partidos", reconoce un responsable. Sobre las vacantes del Poder Judicial, los populares ven v¨ªa libre para que los candidatos no lleguen apadrinados por un partido, sino que resulten "aceptables" para las dos grandes fuerzas.