Mercado de trabajo
EL JUEVES se reanudan las negociaciones del pacto social. Los sindicatos han condicionado cualquier acuerdo sobre pol¨ªtica de rentas (moderaci¨®n salarial, reinversi¨®n de beneficios) a un acuerdo previo sobre las reformas del mercado de trabajo. Pero ese mismo d¨ªa se vota en el Consejo Econ¨®mico y Social (CES) el proyecto de dictamen sobre dicha reforma elaborado por los expertos que forman parte del consejo, y los representantes de los sindicatos han expresado ya su desacuerdo con tal proyecto (al igual que los de los empresarios). Aunque los dict¨¢menes del CES no son vinculantes para el Gobierno, el pacto social depende ahora mismo de que en su seno se produzca un acercamiento suficiente en torno a las enmiendas presentadas por la patronal y las centrales.Estas ¨²ltimas aceptaron en su d¨ªa el principio de moderaci¨®n salarial a cambio de m¨¢s empleo, admitiendo convenios trianuales con incrementos fijados sobre la base del ¨ªndice de precios al consumo (IPC) previsto. Es verdad que dijeron que a ese porcentaje habr¨ªa que a?adir los resultantes del aumento de la productividad en cada empresa (aumentos que en muchas de ellas han sido resultado de la reducci¨®n de plantillas), pero la oferta ofrece base suficiente para una negociaci¨®n. Ser¨ªa lamentable que la discrepancia sobre la reforma del mercado laboral impidiera el acuerdo, porque, si fuera cierto que la crisis ha tocado fondo en el ¨¢mbito internacional, una pol¨ªtica plurianual de moderaci¨®n salarial ser¨ªa la condici¨®n para que Espa?a se beneficiase de las oportunidades relacionadas con la reactivaci¨®n. Es decir, para que aumentase el empleo.
Pero el hecho mismo de que los salarios hayan seguido subiendo por encima de la inflaci¨®n en plena crisis es el argumento de quienes sostienen que sin esas reformas no ser¨¢ posible la moderaci¨®n salarial: la dualizaci¨®n del mercado laboral entre empleados fijos y temporales hace que estos ¨²ltimos -cuyo despido es m¨¢s barato- pierdan su trabajo cada vez que los aumentos salariales de los trabajadores con contrato indefinido fuerzan a la empresa a elegir entre el ajuste de plantilla o la repercusi¨®n en precios. Como esto ¨²ltimo no es posible en situaciones de crisis, especialmente en los sectores m¨¢s expuestos a la competencia exterior -y de ah¨ª tambi¨¦n la diferencia entre la inflaci¨®n en los servicios y en la industria-, el resultado es la destrucci¨®n acelerada de los empleos creados en la fase expansiva. Por tanto, seg¨²n esa teor¨ªa, lo prioritario es introducir flexibilidad en el mercado laboral, y la moderaci¨®n salarial vendr¨¢ por a?adidura. Adem¨¢s, esa flexibilidad es la principal exigencia de potenciales inversores extranjeros, los cuales ya est¨¢n tomando posiciones.
Sin embargo, en lo inmediato, y en tanto la reactivaci¨®n no sea un hecho, un abaratamiento de los despidos puede ser una invitaci¨®n a que el ajuste se haga siempre por la v¨ªa de la reducci¨®n de plantillas (renunciando a otras posibilidades de aumento de la productividad). Parece haber una cierta contradicci¨®n entre los efectos a largo plazo (los empresarios invertir¨¢n y contratar¨¢n m¨¢s en un mercado m¨¢s flexible) y los efectos a corto plazo (se agravar¨ªa el desempleo y, por tanto, el d¨¦ficit p¨²blico y los males a ¨¦l asociados).
La verdad es que no existen recetas infalibles, y la prueba son las iniciativas, en parte contradictorias, ensayadas ahora mismo en los diferentes pa¨ªses. Lo que puede considerarse seguro es que pol¨ªticas que aumenten el d¨¦ficit p¨²blico conspiran contra el empleo; que incrementos salariales y creaci¨®n de empleo son t¨¦rminos contrapuestos; que el mercado laboral espa?ol es menos flexible que los de nuestros principales competidores, y que ello acaba repercutiendo en la competitividad. Pero tambi¨¦n que no es razonable esperar que los sindicatos vayan a avalar medidas que faciliten el despido y que, no obstante, un pacto de rentas es ahora necesario para poder crear empleo ma?ana; y que la creaci¨®n de un clima de paz social y eliminaci¨®n de incertidumbres es un valor econ¨®mico tan importante o m¨¢s para estimular el empleo que la flexibilidad del mercado laboral.
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