Clinton se juega en un debate televisivo la aprobaci¨®n del Tratado de Libre Comercio con Canad¨¢ y M¨¦xico
A s¨®lo once d¨ªas de su votaci¨®n en el Congreso, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢, una de las grandes prioridades de la Administraci¨®n de Bill Clinton, ha resucitado la pasi¨®n de la campa?a electoral con un pr¨®ximo duelo televisivo Ross Perot-Al Gore en el que el Gobierno se juega tanto como en los pasados debates entre candidatos a la presidencia. El popular millonario tejano, testimonio vivo de todos los prejuicios norteamericanos hacia su vecino del Sur, ha aceptado el reto del vicepresidente y ha propuesto que la discusi¨®n sea ma?ana en Tampa (Florida).
Un debate con Ross Perot, cuya popularidad se ha mantenido intacta -incluso en ascenso- desde que sorprendi¨® con un 19% de votos en las elecciones de 1992, supone un gran reto para el Gobierno y demuestra hasta qu¨¦ punto la Administraci¨®n tiene miedo de perder la votaci¨®n del pr¨®ximo d¨ªa 17 en la C¨¢mara de Representantes.El presidente Clinton declar¨® ayer que est¨¢ convencido de que Gore ganar¨¢ ese debate "porque es un brillante polemista y porque los hechos est¨¢n de su lado". Obviamente, el vicepresidente acude a la cita de Florida porque Clinton no ha querido asumir personalmente el riesgo de una derrota que hubiera sido fatal.
La Casa Blanca asegura que Gore quiere aprovechar ese debate, que ser¨¢ moderado por el popular locutor de la cadena CNN Larry King, para explicar las ventajas del TLC. Seg¨²n el Gobierno, el tratado con M¨¦xico y Canad¨¢ crear¨¢ decenas de miles de puestos de trabajo en los pr¨®ximos a?os y abrir¨¢ las puertas a un mayor comercio con Am¨¦rica Latina.
Ross Perot es el m¨¢s activo y carism¨¢tico enemigo del TLC, sobre el que incluso ha publicado un libro de considerable ¨¦xito. La tesis de Perot y de otros pol¨ªticos antitratado es la de que el pacto favorecer¨¢ la huida de empresas hacia el m¨¢s barato mercado de mano de obra mexicano y, como consecuencia, provocar¨¢ desempleo en EE UU.
El debate sobre el TLC ha adquirido desde hace varias semanas una gran pasi¨®n. La clase pol¨ªtica est¨¢ tan dividida frente a esa iniciativa que se han creado alianzas inconcebibles en otros asuntos. En contra del tratado est¨¢n, por ejemplo, el reverendo Jesse Jackson, del ala m¨¢s izquierdista de los dem¨®cratas, y Pat Buchanan, la derecha de los republicanos. A favor del TLC se muestran al mismo tiempo los ex presidentes Ronald Reagan y Jimmy Carter.
En el Congreso, Clinton se ve obligado a luchar contra sus aliados dem¨®cratas tradicionales, entre ellos el poderoso l¨ªder de los dem¨®cratas en la C¨¢mara de Representantes, Richard Gephardt.
Para ganar la votaci¨®n del d¨ªa 17, el presidente tendr¨¢ obligatoriamente que contar con el apoyo de los diputados republicanos, que, por supuesto, est¨¢n vendiendo muy caro su respaldo. La decisi¨®n de la C¨¢mara es decisiva. Si el TLC salva ese obst¨¢culo, no debe tener problemas para superar despu¨¦s el del Senado, pero, hoy por hoy, Clinton no tiene los votos necesarios para ganar en la C¨¢mara baja.
La defensa del TLC ocupa estos d¨ªas la mayor parte de la agenda de Clinton. En varios discursos pronunciados a lo largo del pa¨ªs, el presidente norteamericano ha advertido que si el tratado es rechazado, Europa y Jap¨®n se adue?ar¨¢n del mercado mexicano y del resto del latinoamericano.
Informe de la CIA
Hasta la CIA ha intervenido en la pol¨¦mica con un informe, presentado el pasado jueves ante un comit¨¦ del Senado, en el que asegura que las relaciones pol¨ªticas de Estados Unidos con los pa¨ªses del continente se resentir¨ªan gravemente si no se aprueba el TLC.
Todos los pesos pesados de la Administraci¨®n, incluidos los secretarios del Tesoro, Lloyd Bentsen; y de Estado, Warren Christopher; est¨¢n pasando por el Capitolio para evitar lo que puede ser un desastre pol¨ªtico.
Uno de los argumentos que se exponen a favor es el de que sin tratado la situaci¨®n econ¨®mica de M¨¦xico empeorar¨¢ y, con ello, aumentar¨¢ el n¨²mero de emigrantes ?legales mexicanos en Estados Unidos.
La televisi¨®n norteamericana emite con la misma frecuencia que si se tratase de elecciones presidenciales propaganda a favor y en contra del tratado. Entre estos ¨²ltimos, los m¨¢s activos y los que m¨¢s dinero invierten son los sindicatos.
Bill Clinton, que en la campa?a electoral mantuvo una posici¨®n incierta sobre el asunto, respald¨® fervientemente el TLC despu¨¦s de incluir algunas reformas que afectan a los problemas ecol¨®gicos en la frontera con M¨¦xico.
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