"De d¨ªa, Ant¨®n Mart¨ªn; de noche, El Candela"
Ten¨ªa nueve a?os el d¨ªa que se lanz¨® de espont¨¢neo a un escenario por buler¨ªa y por unirse a un homenaje a Rafael de Paula. Su padre, de primer sorprendido, pas¨® a ser su primer admirador. Eran movimientos, los de en tonces, sin escuela, y a¨²n se considera un estudiante, que con 25 a?os se ve a s¨ª mismo a medio hacer. Su capacidad de adaptaci¨®n le ha plantado en los m¨¢s dispares escenarios. En Madrid, Joaqu¨ªn Grilo machaca las baldosas de un t¨ªpico tablao en un bar de moda, un oscuro templo de rock and roll, y ahora en teatro, el de la Zarzuela. Por estrujar bailando el suelo donde pisa ha estado siete veces en Jap¨®n; pero en los bares de Madrid acude como un gato al olor de pescadito adobado, que le trae recuerdos de su Jerez natal. Junto a Merche Esmeralda y Joaqu¨ªn Cort¨¦s, baila cada nohe en el teatro de la Zarzuela un espect¨¢culo llamado Cibayi.Pregunta. Estando tan de moda su tocayo Cort¨¦s, ?es usted el otro Joaqu¨ªn?
Respuesta. Por l¨®gica los soy. Hay dos Joaquines. Si uno es Cort¨¦s, el otro debo ser yo.
P. Sin problemas de celos ni competencias.
R. En absoluto. Joaqu¨ªn Cort¨¦s me ha contratado en su compa?¨ªa y trabajamos muy bien. Todo se habla, todo se ensaya, los tres estarnos muy a gusto.
P. El teatro de la Zarzuela, ?un escenario que impone?
R. Yo disfruto donde veo que el p¨²blico disfruta, pero no se baila s¨®lo con el cuerpo ni con el coraz¨®n. El cerebro sale contigo a escena, y aqu¨ª, adem¨¢s de moverte m¨¢s porque el sitio es m¨¢s grande, t¨ªo puedes ir a tu bola. Andas derecho, pendiente de la m¨²sica, de los focos, de tus compa?eros. Porque uno no baila solo.
P. Los bailarines j¨®venes todav¨ªa pueden castigarse un poco el cuerpo, ?no?
R. El flamenco se vive por las noches. En esas fiestas donde aprendes muchas cosas que luego das en escena. Hombre, tambi¨¦n hay que descansar, pero mientras se tenga juventud...
P. Una juventud que se refleja en su imagen. Por ejemplo, la coleta. ?La lleva por moderno, por torero, por valiente?
R. La llevo por comodidad y porque me ha dado por ah¨ª. Soy muy variable.
P. De esas noches que tanto le ense?an, ?podr¨ªa explicarme la mejor lecci¨®n?
R. Pues s¨ª. Es un espect¨¢culo y se llama En El Candela [se refiere a un bar muy flamenco de la calle del Olivar]. Miguel, su due?o, nos dejaba la cueva para ensayar, y ah¨ª naci¨® una historia donde contamos lo que se callan las paredes de un sitio tan especial como ¨¦se, por el que han pasado tantos artistas.
M¨¢s de Lavapi¨¦s, imposible. Juan Diego, mi guitarrista, y yo ya lo hemos llevado a Taiwan, y esperamos estrenarlo en Madrid.
P. Ser¨¢ el principio de su propia compa?¨ªa.
R. Claro, es la meta de todos los bailaores. Pero es dif¨ªcil mover un ballet propio.
P. Usted, que trabaj¨® en un t¨ªpico tablao madrile?o para extranjeros, ?c¨®mo se baila delante de un turista?
R. Por desgracia siempre se le ha dado gato por liebre, pero cada d¨ªa entienden m¨¢s. Entienden que es algo completo y primitivo. Pero la esencia s¨®lo la conocen quienes lo viven.
P. ?Los gitanos quiz¨¢?
R. No, porque yo no soy gitano, soy flamenco. El flamenco es una raza, un pellizco, un rollo muy profundo.
P. Desde hace un par de a?os su casa est¨¢ en Madrid.
R. S¨ª, por cuestiones de trabajo ten¨ªa que venir. Mi barrio favorito es mi Ant¨®n Mart¨ªn y la calle del Amor de Dios. All¨ª est¨¢ la gente que sabe. Y por la noche, eso. En El Candela.
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