Diana, traicionada por una c¨¢mara oculta
Las fotos de la princesa en un gimnasio ponen contra las cuerdas al sensacionalista 'Daily Mirror'
La princesa est¨¢ furiosa. Las fotograf¨ªas publicadas por el Sunday Mirror y el Daily Mirror constituyen "una grosera intromisi¨®n" en su vida privada, y Diana de Gales, "profundamente disgustada y escandalizada", estudia las acciones legales apropiadas, seg¨²n una nota inusualmente dura emitida ayer por sus abogados. Por una vez, casi todo el mundo comparte los sentimientos de la princesa. El Gobierno, la Comisi¨®n de Quejas contra la Prensa, la industria period¨ªstica y hasta los cortesanos de Buckingham se han puesto del lado de Diana.Las fotograf¨ªas no son gran cosa. El p¨²blico brit¨¢nico est¨¢ habituado a escuchar las confidencias er¨®ticas de sus pr¨ªncipes y a examinar la rolliza carnadura de duquesas reales ¨¢vidas de asesoramiento financiero, por lo que las im¨¢genes de Diana haciendo b¨ªceps no han podido causar sofocos. Lo escandaloso del asunto no est¨¢ en lo que se ve, sino en lo que no se ve: en la c¨¢mara oculta, en el zafio espionaje, en el descaro sin l¨ªmites del Mirror.
Las fotograf¨ªas fueron tomadas por el due?o del gimnasio al que acud¨ªa regularmente la princesa. Bryce Taylor, un industrioso neozeland¨¦s, decidi¨® redondear las rentas de su negocio con una incursi¨®n en el ramo del voyeurismo. Mont¨® una c¨¢mara en el techo del gimnasio, oculta tras el sistema contra incendios, y esper¨®. Cuando tuvo una colecci¨®n m¨¢s o menos amplia, Taylor cerr¨® el trato con el Mirror: 100.000 libras (casi 20 millones de pesetas) por todo el ¨¢lbum.
Est¨¢ por ver qui¨¦n se fiar¨¢ desde ahora del gimnasio en cuesti¨®n. Por de pronto, la princesa ha anunciado que va a demandar tanto al propietario del gimnasio como al grupo Mirror. Para el Mirror, las consecuencias del pillaje pueden ser dolorosas. Las ventas han subido, pero el diario se ha convertido, autom¨¢ticamente en el paria de las artes gr¨¢ficas. Un tribunal londinense prohibi¨® ayer la publicaci¨®n de nuevas fotograf¨ªas.
Por otra parte, un grupo de anunciantes, encabezado por el Real Autom¨®vil Club brit¨¢nico, retir¨® ayer toda su publicidad del peri¨®dico. Los directores de peri¨®dicos como The Guardian, The Sunday Times y The Daily Telegraph expresaron serias dudas sobre la actividad cef¨¢lica de los responsables del Mirror. Y un portavoz de Downing Street lanz¨® la ominosa advertencia de que el "flagrante abuso" contra la intimidad de la princesa justificaba la preparaci¨®n de leyes contra la intromisi¨®n en la vida privada.
Por vender unos cuantos ejemplares m¨¢s, el Mirror podr¨ªa haber condenado a toda la prensa brit¨¢nica al bozal de una ley restrictiva. El director del Daily Mirror, David Banks, no mostr¨® el menor arrepentimiento: "Se trata de unas fotograf¨ªas hermosas e inofensivas, que s¨®lo pueden realzar la imagen y la popularidad de la princesa", dijo ayer. Tras el cinismo de Banks se escond¨ªa, como de costumbre en estos casos, la guerra de ventas entre los peri¨®dicos sensacionalistas. El Mirror, con 2,6 millones de ejemplares diarios, est¨¢ perdiendo claramente frente a, su eterno rival, The Sun, que vende casi cuatro millones.
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