A contracorriente
Mientras Giro y Tour acortan los kil¨®metros contrarreloj para contrarrestar a Indur¨¢in, la Vuelta los aumenta
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CARLOS ARRIBAS, Los organizadores espa?oles dicen que no, que los ¨²nicos condlcionantes a la hora de plantearse el recorrido de la Vuelta son el trazado de anteriores ediciones, la disponibilidad de los ayuntamientos que acogen las etapas y la precariedad de las carreteras. Repiten que no, es su obligaci¨®n, que no piensan en qu¨¦ corredores puedan participar cuando deciden poner m¨¢s o menos monta?a, alargar o acortar los kil¨®metros contrarreloj, incluir cronoescaladas o sumar llegadas en alto.
Sin embargo, un vistazo comparativo a los recorridos de los ¨²ltimos a?os de Vuelta, Giro y Tour, y a lo presentado hasta ahora para las ediciones de 1994 -el plano de la Vuelta se desvelar¨¢ el pr¨®ximo viernes-, permite sacar alguna conclusi¨®n curiosa: paralelamente a un regular descenso del n¨²mero de kil¨®metros contrarreloj en el Giro y el Tour, se aprecia un aumento, s¨®lo roto en 1992, de esa modalidad en la Vuelta. En 1994 -si se confirma lo adelantado por los ayuntamientos- la ronda espa?ola ser¨¢ la carrera que m¨¢s kil¨®metros contrarreloj tenga, por tercera vez en los ¨²ltimos 35 a?os. En las dos ocasiones anteriores, curiosamente, se hizo para facilitar la participaci¨®n de Anquetil.
Los datos fundamentales para analizar la cualidad de un recorrido son el n¨²mero de puertos que se deban franquear -incluidas las llegadas en alto- y la cantidad de kil¨®metros dedicados a la lucha contrarreloj individual. Y, en este sentido, hay tendencias cuya curva coincide con el tipo de corredor que domina el ciclismo mundial en cada momento.
Contra la monoton¨ªa
Hay como un efecto de acci¨®n-reacci¨®n. En un primer momento, los tipos de recorrido seleccionan de forma natural un determinado tipo de corredor apto para enfrentarlo y derrotarlo, y en una segunda fase, causan la monoton¨ªa: puede haber algunos ciclistas tan adaptados a ese recorrido -como en su tiempo, Jacques Anquetil o ahora Miguel Indur¨¢in- que dominen sin aparentes problemas. Llega entonces el momento de reacci¨®n: buscar un recorrido que no beneficie al ciclista en boga. El ¨²nico objetivo: que la carrera gane en emoci¨®n y no pueda ser bloqueada desde el principio, que se decida en las ¨²ltimas etapas. Para ganar su cuarto Tour en 1994, el mejor contrarrelojista del mundo, Indur¨¢in, tendr¨¢ a su disposici¨®n casi la mitad de kil¨®metros contrarreloj en llano que los que tuvo cuando su primer triunfo, en 1991 (70 contra 137 entonces). En el Giro, la diferencia es a¨²n mas llamativa: 55 kil¨®metros llanos previstos para 1994 frente a los 112 de 1992, en que Indur¨¢in se adjudic¨® la carrera rosa por primera vez.
La intenci¨®n no declarada de Unipublic, organizador de la Vuelta, le¨ªda por el mundillo del ciclismo es clara: si los dem¨¢s le dan ca?a, nosotros haremos una carrera atractiva para su forma de correr. La Vuelta podr¨ªa contar en su pr¨®xima edici¨®n con 125 kil¨®metros contrarreloj y todos llanos. Ser¨ªa una longitud muy similar a la de la carrera de 1991, ganada por Melcior Mauri, un corredor de nuevo cu?o, mejor rodador que escalador. La mayor diferencia ser¨ªa la inexistencia de una cronoescalada, como entonces. Precisamente, la ¨²ltima aparici¨®n de Indur¨¢in por la ronda espa?ola data de aquel a?o, y qued¨® segundo.
Sin embargo, la Vuelta cuenta con un condicionante que se escapa de las posibilidades de Unipublic para hacerla m¨¢s atractiva que el Giro para Indur¨¢in: las fechas de celebraci¨®n. "El tiempo dulcifica la dureza del Giro y endurece la posible suavidad de la Vuelta", se?ala Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, director del Banesto. Las actuales fechas de la Vuelta -desde finales de abril hasta mediados de mayo- traen, por un lado, la irregularidad meteorol¨®gica -una primavera fr¨ªa y lluviosa como la ¨²ltima podr¨ªa poner en peligro el resto de la temporada para Indur¨¢in- y, por otro, su alejamiento del n¨²cleo de la temporada, del mes de julio y del Tour, lo que obligar¨ªa al ciclista navarro a cambiar una forma de preparaci¨®n que se ha demostrado ideal las dos ¨²ltimas temporadas.
El inconveniente meteorol¨®gico lo intenta resolver Unipublic con un viaje hacia el sur: desde Valladolid, lugar de salida, se bajar¨ªa r¨¢pidamente hasta Andaluc¨ªa, y se dejar¨ªa el norte para el ¨²ltimo tercio, ya metidos en mayo. La otra cortapisa parece que s¨®lo la sufrir¨¢ hasta el a?o pr¨®ximo. Para 1995 la Vuelta se anuncia en septiembre. Entonces puede ser m¨¢s irresoluble. "Indur¨¢in a¨²n podr¨¢ ganar el Tour en 1995, y para hacerlo tendr¨¢ que disputar antes otra ronda, porque las tres en una temporada no puede hacerlas", dice Ech¨¢varri.
Hasta el ¨²ltimo segundo
El sue?o de Jean Marie Leblanc, organizador del Tour, es que se repita el final de 1968 o el de 1989: varios corredores igualados, con posibilidad de ganar hasta el ¨²ltimo d¨ªa.Entonces en el centro de Par¨ªs millones de espectadores contendr¨ªan la respiraci¨®n durante la normalmente mon¨®tona contrarreloj final. Los ¨²ltimos en salir se jugar¨ªan la victoria y hasta que el ¨²ltimo verdaderamente no cruzara la l¨ªnea blanca junto al Arco del Triunfo nadie podr¨ªa cantar victoria. En 1968, Jan Janssen logr¨® su Tour as¨ª, frente a Hermann van Springel y Ferdinand Bracke; en 1989, Greg LeMond super¨® a Laurent Fignon por unos rid¨ªculos ocho segundos despu¨¦s de 22 d¨ªas Henos de alternativas en la cabeza.
Pero ese sue?o lo tiene a¨²n vedado Leblanc, y por culpa de un monstruo de pesadilla: Indur¨¢in. Una contrarreloj el ¨²ltimo d¨ªa ser¨ªa un regalo para el mejor rodador.
Pasa con el navarro lo ocurrido con Jacques Anquetil. En 1961, en su segundo Tour, el corredor normando fue silbado en el Parque de los Pr¨ªncipes porque hab¨ªa sido l¨ªder desde el primer d¨ªa hasta el ¨²ltimo. En 1962, los organizadores introdujeron una cronoescalada, pero se repiti¨® la jugada: m¨¢s silbidos. "Hay que mantener el inter¨¦s hasta el ¨²ltimo d¨ªa", dec¨ªan prensa, organizadores y p¨²blico. "Hay que reducir las contrarreloj". Imposible. Al a?o siguiente Anquetil ganaba su cuarto Tour, tercero consecutivo, y el segundo clasificado, Bahamontes, declaraba: "Anquetil estaba muy fuerte. No he tenido fuerzas para atacarle en monta?a". El monstruo hab¨ªa derrotado al Tour.
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