El colista da el golpe en el Camp Nou
El Lleida es el primer equipo que gana este a?o en el estadio del Barcelona
Los ordenadores del Patronato de Apuestas Mutuas seguramente rastrear¨¢n hoy infructuosamente un pleno en la quiniela futbol¨ªstica. S¨®lo a un visionario o a alguien deseoso de hacerse millonario se le habr¨¢ podido ocurrir incluir un 2 en la casilla correspondiente al Barcelona-Lleida. L¨ªder contra colista. El condicionante ideal para hacer saltar la banca. Y salt¨® en el Camp Nou. El Llelda, un modesto reci¨¦n ascendido, dio el golpe de la forma m¨¢s espectacular y dolorosa para el colectivo que lidera Johan Cruyff, que anoche estuvo tan espeso como sus jugadores, a quienes acus¨® de estar pensando todav¨ªa en el Mundial de Estados Unidos.No es una novedad que el Bar?a sufre para sacar adelante sus partidos en su te¨®rica fortaleza, que ayer fue asaltada por primera vez esta temporada. Cruyff y sus hombres hab¨ªan sorteado hasta ahora la crisis gracias a los goles de Romario, que se ha mantenido inamovible en las alineaciones. Para el resto, el t¨¦cnico holand¨¦s ha utilizado recetas de economista al acortar forzosamente su jornada laboral. Ayer le toc¨® el turno a Koeman, mientras Zubizarreta segu¨ªa con sus vacaciones forzosas.
Con el libre holand¨¦s en el banquillo y ausente Guardiola por sanci¨®n -Goikoetxea tampoco estuvo ya que se recupera de una lesi¨®n en Holanda-, el Bar?a careci¨® de sus puntos de referencia habituales y se convirti¨® en un equipo vulgar, incapaz de resolver las situaciones elementales que le plante¨® el Lleida. El conjunto ilerdense acudi¨® al Camp Nou a ver si sonaba la flauta a base de cinco defensas, cuatro centrocampistas y un guerrillero dan¨¦s reci¨¦n fichado, Andersen, que llev¨® por el camino de la amargura a la defensa azulgrana.
Es cierto que el colectivo azulgrana mostr¨® s¨ªntomas de cierta resaca mundialista, pero tambi¨¦n Cruyff deb¨ªa de tener la mente en la selecci¨®n holandesa porque sus errores fueron de bulto. Olvidarse de Koeman durante 54 minutos, teniendo sobre el campo tan s¨®lo a un hombre clarividente como Laudrup, es un sacrilegio futbol¨ªstico que el Bar?a pag¨® muy caro.
Los defectos de un equipo son una consecuencia de su movilidad, y el Bar?a pareci¨® anoche un grupo de jubilados.
El efecto Romario, en muchas ocasiones, perjudica a un equipo que estaba acostumbrado a jugar de otra forma. Anoche todos buscaron al brasile?o y se olvidaron de las bandas, donde Stoichkov y Quique Estebaranz fueron meros jueces de l¨ªnea.
Todas las opciones de pase seleccionadas por el voluntarioso Laudrup se perdieron, entre otras cosas porque Cruyff, en el colmo de los desprop¨®sitos, sac¨® a Romario de su lugar natural, el ¨¢rea, en uno de los cambalaches a los que tan acostumbrada est¨¢ la hinchada cul¨¦. El brasile?o redonde¨® su noche negra fallando un penalti que se invent¨® el madrile?o Jos¨¦ N¨²?ez Manrique. ?sa fue la ¨²nica oportunidad clara del Bar?a en todo el partido, al margen de un disparo, en el segundo tiempo, del l¨ªder de los goleadores de la Liga espa?ola.
Ni siquiera la presencia de la top model catalana Judith Masc¨® en el palco presidencial sirvi¨® para enervar a los chicos de Cruyff, que en la ¨²ltima fase del encuentro tuvo que recurrir a Julio Salinas y al suced¨¢neo de Alexanco cuando las cosas se ponen feas; es decir, a Nadal. Curiosamente, instantes despu¨¦s de que el mallorqu¨ªn abandonara su marcaje al correoso Andersen, lleg¨® el gol del Lleida. Fue una jugada preciosa de Jaime que hizo enmudecer al Camp Nou y volvi¨® locos a los 5.000 ilerdenses que acudieron al coliseo azulgrana para gritar durante casi todo el encuentro: "?No pueden, no pueden!".
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