La emigraci¨®n quiere la revancha

Uno de cada tres espectadores que se sienten hoy en las gradas del Waldstadiom puede ser espa?ol. La polic¨ªa alemana y el Consulado de Espa?a en Francfort prev¨¦n que entre 5.000 y 7.000 emigrantes acudan al partido. La afici¨®n local est¨¢ bastante retra¨ªda y el Eintracht estima que ni siquiera se cubrir¨¢ la mitad del aforo del estadio, con capacidad para 55.000 espectadores.

La Casa Democr¨¢tica de Espa?a y el Centro Cultural Gallego se han esforzado en los ¨²ltimos d¨ªas por calentar el ambiente entre los 6.000 espa?oles que residen en Francfort. Hay tambi¨¦n excursiones organizadas desde otras ciudades de Alemania e incluso desde Holanda y Suiza.

Los emigrantes espa?oles se han tomado el encuentro como una especie de revancha tras la humillaci¨®n que sufrieron hace unas semanas al ver c¨®mo el Valencia ca¨ªa aplastado en Karlsruher por 7-0. Antonio Fern¨¢ndez, un orensano que regenta el bar del Centro Cultural Gallego de Francfort, tardar¨¢ tiempo en olvidar ese partido: "Recorrimos los 300 kil¨®metros que hay hasta Karlsruher para ir a verlo y al final lo ¨²nico que hicimos fue sufrir. Ahora necesitarnos una satisfacci¨®n porque aqu¨ª los equipos espa?oles no nos han dado m¨¢s que disgustos. Incluso los m¨¢s grandes, como el Madrid o el Barca".

En la Casa Democr¨¢tica todos esperan repetir la fiesta de la semana pasada, cuando cientos de personas se reunieron en su local para ver a trav¨¦s de una antena parab¨®lica el partido entre Espa?a y Dinamarca. "Cuando se consum¨¦ la victoria de la selecci¨®n; aquello fue un desmadre", comenta Jos¨¦ ?lvarez Casal, un coru?¨¦s con 33 a?os de emigraci¨®n a sus espaldas. "Es cierto que partidos como el de hoy se convierten para algunos de nosotros en una cuesti¨®n de nacionalismo", explica otro miembro de la colonia espa?ola en Francfort que prefiere guardar el anonimato.