La destrucci¨®n del virus de la viruela causa una pol¨¦mica cient¨ªfica internacional
La enfermedad podr¨ªa renacer aunque se erradicaran las reservas
La viruela puede renacer en el mundo a trav¨¦s de cad¨¢veres congelados, muestras perdidas en laboratorios y mutaciones como la del virus del sida, seg¨²n un grupo de especialistas en infecciones virales. Estos cient¨ªficos se oponen a la destrucci¨®n de los virus almacenados en Rusia y EE UU antes del pr¨®ximo 31 de diciembre, como ha recomendado la OMS. La discusi¨®n se intensifica a medida que se acerca la fecha, ya que ser¨ªa la primera vez que el ser humano destruye voluntariamente y con conocimiento de causa una especie biol¨®gica.
La pasada semana, dos grupos de investigadores de varios pa¨ªses expresaron opuestos puntos de vista en la revista Science. Los que se oponen a la destrucci¨®n del virus son tres estadounidenses, un brit¨¢nico y un ruso. Entre sus argumentos est¨¢ el que recuerda que los almacenes oficiales de virus no son la ¨²nica fuente posible de renacimiento de la enfermedad.Est¨¢n tambi¨¦n los cad¨¢veres de v¨ªctimas de la viruela que han quedado congeladas en ciertas condiciones (permafrost) en algun momento de la historia, aunque reconocen que en ellos no se ha encontrado todav¨ªa el virus, sino s¨®lo ant¨ªgenos. Tambi¨¦n es posible, se?alan, que existan muestras del virus perdidas y sin identificar en algunos laboratorios del mundo. Finalmente, est¨¢ el virus de la viruela de los monos, muy semejante al humano, pero dif¨ªcilmente transmisible. Los investigadores recuerdan el ejemplo del sida, causado por un virus cuyo origen parece ser otro de los monos, para apoyar su tesis de que destruir el virus de la viruela no resuelve nada y no podr¨ªa siquiera tranquilizar psicol¨®gicamente a la poblaci¨®n.
Los partidarios de la destrucci¨®n del virus parecen m¨¢s numerosos, ya que firman el art¨ªculo ocho cient¨ªficos, entre ellos el director de la divisi¨®n de enfermedades virales del organismo oficial situado en Atlanta (EE UU), donde se guardan los peligrosos microorganismos. Son tres estadounidenses, un brasile?o, un brit¨¢nico, un ruso, un sueco y un australiano.
Estos investigadores reconocen que existen otras posibles fuentes del virus, pero se?alan que la destrucci¨®n de las reservas oficiales actuales es la ¨²nica forma de declarar ilegal la posesi¨®n de cualquier virus y considerar un crimen su manipulaci¨®n, sea cual sea el objetivo. Si la enfermedad renaciese, se combatir¨ªa con las vacunas almacenadas -obtenidas del virus de la viruela vacuna-.
Ambos grupos de cient¨ªficos recuerdan que, como recomend¨® tambi¨¦n la OMS, se ha realizado en los dos ¨²ltimos a?os la secuencia completa del genoma de dos de las variantes m¨¢s importantes del virus y se est¨¢ terminando el de otra menos patog¨¦nica. Pero para los primeros, esto no ser¨ªa nunca igual que tener los virus de verdad en caso de necesidad cient¨ªfica, mientras que para los segundos resultar¨ªa injustificable volver a trabajar con ¨¦l cuando ya existen millones de personas actualmente que no est¨¢n vacunadas. Esto significa que cualquier escape de un virus de un laboratorio ser¨ªa muy peligroso. Adem¨¢s se?alan que emergen o reemergen continuamente enfermedades infecciosas cuyo estudio es mucho m¨¢s urgente.
Resurrecci¨®n
Destruir voluntariamente esta especie es, para los partidarios de erradicar el virus, aceptable, sobre todo si se tiene en cuenta la Continua destrucci¨®n de especies por la intervenci¨®n del hombre en los ecosistemas naturales.En cuanto al peligro de que alguien intente resucitar el virus a partir de la secuencia gen¨¦tica publicada, los partidarios de su destrucci¨®n reconocen que ser¨ªa posible aunque muy complicado y que en todo caso la toxicidad s¨®lo se podr¨ªa conseguir si se combina con otro virus parecido y se prueba en seres humanos, "algo que nunca se podr¨¢ defender desde el punto de vista moral". No citan, sin embargo, el peligro de que esta resurrecci¨®n sea hecha con fines perversos.
Los opuestos a la destrucci¨®n consideran que secuencias y clones del virus no son suficientes para resucitarlo ni para conocer el hasta ahora desconocido mecanismo de infecci¨®n humana de este microorganismo, que se ha revelado mucho m¨¢s complejo de lo que se cre¨ªa y que puede resultar incluso de ayuda para combatir el virus del sida.
La recomendaci¨®n de destruir el agente infeccioso fue hecha en 1986 por la OMS, con el acuerdo de los dos ¨²nicos pa¨ªses -Rusia y EE UU- en que se concentraron los virus, tras quedar erradicada la enfermedad en 1979.
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