Fortuna alemana
El Deportivo fue superior al Eintracht, pero fue derrotado en el ¨²ltimo minuto
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ENVIADO ESPECIAL
El Deportivo complet¨® en Francfort una faena de profesional pero la fortuna le fue esquiva en el ¨²ltimo momento. Cuando los coru?eses hab¨ªan logrado hacerse con el control del encuentro e incluso encerraban en su ¨¢rea a un acobardado Eintracht, una pifia en el ¨¢rea gallega permiti¨® a los alemanes obtener un triunfo que ya nadie esperaba en el Waldstadion de Francfort.
La derrota m¨ªnima obliga a los de Arsenio Iglesias a echar el resto en Riazor. Sin embargo, del encuentro de ayer tambi¨¦n pueden sacarse lecturas positivas, porque los espa?oles no dieron en ning¨²n momento la impresi¨®n de ser inferiores a su rival. Es cierto que el juego coru?¨¦s apenas ofreci¨® brillantez y no fue capaz de crear ocasiones claras de gol. Sin embargo, los blanquiazules mantuvieron la compostura en condiciones que no eran las m¨¢s propicias como para apostar por el espect¨¢culo: los term¨®metros se acercaban a los 10 grados bajo cero y enfrente estaba el l¨ªder de la Bundesliga. Todo pudo salir redondo si a los alemanes no les echase una mano el azar cuando el p¨²blico ya regresaba para casa.
El partido nunca tuvo due?o. Los dos equipos vivieron pendientes del rival y fiaron sus posibilidades al contraataque.El Deportivo compareci¨® con el mismo sistema que ha ideado Arsenio Iglesias en las ¨²ltimas semanas para tratar de resolver el problema de compatibilizar a los brasile?os Donato y Mauro Silva. Ambos se escalonaron en el centro del campo y dejaron a Fran como ¨²nica media punta, recadero de balones para los dos atacantes, Claudio y Pedro Riesco. El otro brasile?o, Bebeto, fue una v¨ªctima que se cobr¨® el fr¨ªo anticipadamente: durante un breve paseo por las calles de Francfort el d¨ªa antes del encuentro, su menudo cuerpo tropical no aguant¨® la crudeza del invierno germ¨¢nico, que le dej¨® postrado en cama con una distensi¨®n muscular en el cuello.
El problema para los coru?eses no fue precisamente la ausencia de Bebeto. Los deportivistas trataron de no encerrarse en su ¨¢rea presionando en la casa del rival. Eso les permiti¨® robar buenos balones, que nunca pudieron culminar enjugadas de cierto peligro por una simple cuesti¨®n num¨¦rica. Fran se esforz¨® una y otra vez por conducir el ataque de su equipo pero todas las acciones mor¨ªan antes de tiempo y ante la falta de apoyo de los hombres que habitualmente le apoyan desde atr¨¢s. Los carrileros Nando y L¨®pez Rekarte prefirieron no lanzarse a la aventura mientras Mauro Silva y Donato apenas se atrev¨ªan a visitar la cocina contraria.
Tampoco los alemanes visitaron con demasiada frecuencia las inmediaciones de Lia?o. Acumularon hombres en el medio del campo buscando la pu?alada por la espalda. Sus mejores navajas fueron la rapidez del nigeriano Okocha y la verticalidad deBein. Este ¨²ltimo fue el protagonista de las mejores ocasiones del Eintracht en el primer tiempo, dos remates largos desde el borde del ¨¢rea en los minutos 5 y 28 que no encontraron la porter¨ªa de Lia?o. Todas las incursiones de los alemanes nacieron de balones perdidos por los espa?oles cuando intentaban acercarse al ¨¢rea contraria.
En la segunda parte el Deportivo pudo disfrutar de la propiedad del bal¨®n durante bastantes minutos. Lo jug¨® casi siempre sin arriesgar una peseta. Cuando despu¨¦s de mucho tejer acababa llegando a pies de Claudio o Pedro Riesco, ¨¦stos estaban demasiado rodeados de contrarios como para poder sacar alg¨²n provecho. Para entonces los alemanes navegaban ya sin rumbo, atrapados en la red coru?esa y lo suficientemente despistados como para acabar convirtiendo su f¨²tbol en una sucesi¨®n de imprecisiones.
El desconcierto del rival anim¨® al Deportivo, que en los minutos finales se volc¨® sobre el ¨¢rea alemana como no hab¨ªa hecho en todo el encuentro. Por un momento pareci¨® incluso que el Deportivo podr¨ªa resolver la eliminatoria, especialmente en una estupenda internada de Fran por la izquierda a falta de cinco minutos. Y entonces lleg¨® la jugada, aparentemente inofensiva, que cuando ya todo el mundo daba por hecho el 0-0 dio al Eintracht la posibilidad de acudir a La Coru?a con una m¨ªnima ventaja.
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