Un cient¨ªfico muy latino
Junto a un indudable prestigio como gran cient¨ªfico, Carlo Rubbia, 59 a?os, es c¨¦lebre por su car¨¢cter vehemente, impetuoso, imaginativo y chill¨®n. A menudo es implacable con sus colaboradores, a los que exige que trabajen tan intensa y constantemente como ¨¦l mismo. Su personalidad, de acentuados rasgos latinos, siempre ha chocado con la comunidad f¨ªsica intemacional dominada por el car¨¢cter y las formas anglosajonas, pero al mismo tiempo es reconocido y respetado por su val¨ªa como investigador.Rubbia estudi¨® y empez¨® su carrera profesional en Europa y posteriormente se traslad¨® a EE UU. All¨ª, en los a?os setenta quiso hacer un experimento crucial para la f¨ªsica de altas energ¨ªas: encontrar dos part¨ªculas elementales, la Zo y la W, que confirmar¨ªan la validez de la teor¨ªa que explica el comportamiento del universo subat¨®mico, el llamado modelo est¨¢ndar. No logr¨® hacerlo al otro lado del Atl¨¢ntico y se traslad¨® al CERN, donde, con la colaboraci¨®n fundamental del holand¨¦s Simon van der Meer, y dirigiendo un grupo de 200 investigadores, modific¨® el acelerador SPS para hacer con ¨¦l su experimento UA1. Y en 1982 triunf¨® al demostrar la existencia de las Zo y las W. Rubbia y Van der Meer fueron galardonados por ello con el Premio Nobel de F¨ªsica en 1984.
En 1989 Rubbia asumi¨® la direcci¨®n general del CERN, el mayor laboratorio de f¨ªsica de part¨ªculas del mundo, y durante estos a?os ha mantenido una relaci¨®n pr¨®xima con Espa?a, impulsando proyectos cient¨ªficos e interviniendo en las negociaciones para solventar el actual conflicto debido al impago de la cuota espa?ola al laboratorio.
Su hiperactividad no le ha permitido limitarse a dirigir el CERN. Desde Ginebra, por ejemplo, el f¨ªsico italiano proyecta tambi¨¦n experimentos en otro gran laboratorio de f¨ªsica, el centro de Gran Sasso, situado bajo los Apeninos.
Rubbia, que dejar¨¢ el cargo del director general del CERN el pr¨®ximo 1 de enero, empez¨® a hacer experimentos en ese laboratorio europeo en los primeros a?os sesenta. Era un joven f¨ªsico ya entonces brillante, ambicioso y muy competitivo. El austriaco Victor Weisskopf, que dirig¨ªa entonces el centro llamaba a Rubbia y a otro f¨ªsico italiano (Antonio Zichichi) los condottieri. Tal era el griter¨ªo que organizaban que Weisskopf se preguntaba a menudo: "?Soy el director del CERN o de La Scala de Mil¨¢n?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.