El 'caso Bulger' enfrenta al Gobierno brit¨¢nico y la Iglesia por la educaci¨®n moral de los ni?os
Los peque?os asesinos ser¨¢n encerTados en habitaciones individuales con televisi¨®n
La sociedad brit¨¢nica sigue buscando responsables por la tragedia dej peque?o James Bulger. U severa condena impuesta a los dos j¨®venes asesinos, ambos de 11a?os, ha propiciado un ambiente de caza de brujas. Primero se culp¨® a las pel¨ªculas violentas. Ayer, la crispaci¨®n se traslad¨® a la pol¨ªtica y la religi¨®n. Un alto cargo del Ministerio del Interior y la jerarqu¨ªa de laIglesia anglicana se cruzaron acusaciones sobre qui¨¦n hab¨ªa propiciado la supuesta degradaci¨®n moral en una sociedad en la que, seg¨²n el pol¨ªtico, "la juventud ya no distingue entre el bien y el mal .
El subsecretario de Interior, David Maclean, encargado de un subdepartamento gr¨¢ficamente llamado Ley y Orden, acus¨® a la Iglesia Anglicana de haber renunciado al liderazgo social. Maclean afirm¨® que durante sus diez a?os como parlamentario hab¨ªa esperado in¨²tilmente "una cruzada moral de la Iglesia" para ense?ar a los ni?os la diferencia entre el bien y el mal. "El caso Bulger ha producido todo tipo de reacciones", sigui¨®, "pero echo en falta en la prensa una decisiva intervenci¨®n eclesi¨¢stica".Maclean ahond¨® en la acusaci¨®n: "Han tenido que ser los pol¨ªticos y los comentaristas en la prensa los encargados de resaltar la necesidad de ense?ar moralidad". "El problema tiene su origen, probablemente, en que la Iglesia Anglicana dedica casi todo su tiempo a opinar sobre asuntos sociales, y nos deja a los pol¨ªticos el asunto de la moralidad", a?adi¨®. "Que yo sepa, s¨®lo el Papa cat¨®lico, con su enc¨ªclica Veritatis Splendor, ha terciado de forma decidida en esta grav¨ªsima cuesti¨®n. Y eso, como presbiteriano que soy, me parece muy grave", concluy¨®.
La jerarqu¨ªa anglicana reaccion¨® furiosamente. El arzobispo de York, John Habgood, manifest¨® que Maclean era un hombre "con muy poca sabidur¨ªa y con mucha necesidad de ponerse a hacer sus deberes". "Como otros miembros del presente Gobierno, Maclean cae en el error de pensar que lo que no se publica en la prensa, no existe", remach¨® el arzobispo. El jefe de la Iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury George Carey, estaba de viaje en Malaysia, pero orden¨® a su oficina en Londres que exigiera por escrito "una clarificaci¨®n inmediata al Ministerio del Interior" sobre los comentarios del subsecretario. La clarificaci¨®n se produjo ayer mismo, en una carta al palacio de Lambeth, sede londinense del anglicanismo, firmada por el propio Maclean. Pero, aunque matiz¨® sus declaraciones, el subsecretario no pidi¨® excusas. Al contrario, insisti¨® en que "todos tenemos que examinar nuestras propias responsabilidades tras los terribles acontecimientos del caso Bulger". El examen de conciencia al que el caso Bulger ha forzado a los brit¨¢nicos tiene sus ribetes m¨¢s deleznables en la prensa sensacionalista. [El juez Michael Morland, que pronunci¨® la sentencia, pidi¨® ayer a los medios informativos que dejen tranquilos a los condenados, para no perjudicar su rehabilitaci¨®n.]
The Sun lanz¨® ayer una campa?a para que fueran quemados todos los v¨ªdeos con escenas violentas, a pesar de que todos los psiquiatras dejaran meridianamente claro que ni Robert Thompson ni Jon Venables, los dos jovenc¨ªsimos asesinos, hab¨ªan recibido una influencia especial de la televisi¨®n o los v¨ªdeos. Ahondando en la porquer¨ªa, la misma prensa clam¨® al cielo por la presunta comodidad con que vivir¨¢n Thompson y Venables.Clases particularesLos dos ni?os tendr¨¢n habitaci¨®n individual y recibir¨¢n clases particulares y tratamiento psiqui¨¢trico continuado. Dispondr¨¢n de televisi¨®n. Venables podr¨¢ tener su osito de peluche y sus p¨®sters; Thompson, sus maquetas de coches y aviones. Pero el r¨¦gimen ser¨¢ t¨ªpicamente carcelario: no habr¨¢ fluido el¨¦ctrico por la noche, se levantar¨¢n y acostar¨¢n a horas fijas, permanecer¨¢n siempre encerrados bajo llave y tendr¨¢n un par de horas para hacer ejercicio f¨ªsico al aire libre.
No se ha hablado de visitas, pero se da por supuesto que sus familiares po ran ver es menos una vez por semana. anto Venables como Thompson permanecer¨¢n en centros del noroeste ingl¨¦s, para facilitar un contacto familiar constante. Para algunos comentaristas, la situaci¨®n de ambos reclusos es "demasiado confortable", y el coste de manutenci¨®n, asistentes sociales, maestros y psiquiatras, unos 15 millones de pesetas al a?o, "excesivo". La mazmorra y la horca son, obviamente, m¨¢s baratas.
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