La frialdad gana al alboroto
La lucha del Atl¨¦tico fue in¨²til ante un Deportivo m¨¢s equilibrado y con oficio
La fiel infanter¨ªa del Atl¨¦tico busc¨® el cuerpo a cuerpo y se desangr¨® frente al Deportivo en un partido intenso y conflictivo, con el p¨²blico encendido contra varias decisiones del ¨¢rbitro. Fue un retorno a la l¨ªnea heroica que condujo a la victoria sobre el Bar?a, pero el esfuerzo fue insuficiente para ganar al Deportivo, un equipo equilibrado, con oficio y clase. Contest¨® con frialdad a la calentura del Atl¨¦tico y gan¨® el encuentro con la precisi¨®n de los equipos que miran al t¨ªtulo.Acostumbrado a navegar en mares agitados, el Atl¨¦tico se ha creado los anticuerpos para sobrevivir a todas las crisis Posibles. Esa condici¨®n de superviviente le permite encarar con ciertas garant¨ªas y alineaciones de desecho partidos de gran pelaje. Medio equipo estaba ayer en la enfermer¨ªa y el otro medio con mala cara. Y en el banco, el pen¨²ltimo entrenador en la larga cadena de t¨¦cnicos que ha decretado Gil. Estos desbarajustes son los que arruinan la confianza de los jugadores y derrumban los resultados. Pero el Atl¨¦tico es una especie diferente. El pasado a?o, en un proceso autodestrucci¨®n sin precedentes, fue capaz de alcanzar su puesto en la Copa de la UEFA. Es un milagro y un estilo. Ante el Deportivo, el Atl¨¦tico brind¨® una noche llena de coraje y ruido, con las armas que determinaron su espectacular victoria ante el Barcelona. Pero esta vez el alboroto no fue suficiente para ganar. S¨®lo le sirvi¨® para comulgar con su hinchada, que agradeci¨® tanto coraz¨®n.
El partido con el Deportivo ten¨ªa mal aspecto para el Atl¨¦tico: una alineaci¨®n atada a duras penas, con algunas cojeras pronunciadas en un par de futbolistas y la presencia de un rival competente. Todos los signos previos al encuentro anunciaban lo que sucedi¨® despu¨¦s. El Atl¨¦tico se blind¨® cerca de Diego y busc¨® la oportunidad de vivir de las sobras que le dej¨® el Deportivo. Siempre estuvo la posibilidad de alg¨²n error o del contragolpe inesperado. Porque la pelota fue del Deportivo.
El Deportivo utiliz¨® la pelota con criterio y paciencia, pero le falt¨® poder¨ªo en el ¨¢rea. Tuvo su juego algo de gaseoso, un f¨²tbol m¨¢s aparente que real en muchas fases del partido, traducido todo en las escasas llegadas al ¨¢rea del Atl¨¦tico. Un remate de cabeza de Bebeto golpe¨® el larguero y un tiro cruzado de Claudio fueron las credenciales del Deportivo en la primera parte. El Atl¨¦tico encontr¨® pocas ocasiones para comprometer a Lia?o. Casi siempre rastre¨® los fallos de los defensores gallegos para producir sus escasas oportunidades. La mejor vino en un fallo de Liafio en el juego con el pie, una deficiencia de moda entre los porteros espa?oles.
La contestaci¨®n del Atl¨¦tico en la segunda parte fue m¨¢s ruidosa. Apel¨® a un juego f¨ªsico, muy entregado. El Deportivo se sorprendi¨® un poco ante la propuesta de los locales. F¨²tbol no hab¨ªa en el Atl¨¦tico, pero el coraje estaba all¨ª. Se buscaba el campo del Deportivo con un juego desesperado, un plan que estuvo a punto de funcionar. Pidi¨® un penalti Manolo por falta de Djukic y luego cant¨® un gol que el ¨¢rbitro anul¨® por el empuj¨®n del delantero rojiblanco a Donato. El Atl¨¦tico quer¨ªa alborotar el partido y pescar algo bueno en la confusi¨®n. Pero justo en ese momento lleg¨® la fr¨ªa contestaci¨®n del Deportivo. Una jugada bien hilada por los centrocampistas gallegos acab¨® con el bal¨®n suelto para Pedro Riesco. El delantero adelant¨® un poco la pelota y Caminero lleg¨® tarde a la intercepci¨®n. Djukic, un tipo que dict¨® una noche de gran f¨²tbol, se apunt¨® el gol. El Deportivo estaba donde quer¨ªa. Ten¨ªa el partido de su lado y a un rival que se desmembr¨® poco a poco, con mucho esp¨ªritu y pocas ideas, un equipo desgarrado que retrata en el campo el estado de confusi¨®n que vive el club del Manzanares.
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