?ngeles ca¨ªdos
La criminalidad infantil se contagia. La culpa de todo la tiene la televisi¨®n. Esa es la conclusi¨®n sumaria que acompa?a la muerte, por apaleamiento, de Pierre Boura, un SDF (sin domicilio fijo) alcoh¨®lico, ocurrida el 29 de octubre pasado en Vitry-sur-Seine, en las afueras de Par¨ªs. Los palos, pu?etazos y patadas los propinaron tres ni?os, uno de 8 a?os y los otros dos de 10.La historia parece sacada de un relato de Dickens: dos vagabundos llegan a Vitry y se instalan en una caba?a hecha de ramas y lat¨®n. No saben que es el refugio de los juegos robinsonianos e un grupo de ni?os y adolescentes. Cuando los muchachos descubren a los inesperados inquilinos, deciden adoptarles, fascinados por el mito de la libertad errante del vagabundo. Cada d¨ªa llevan un poco de comida a sus SDF, Jean Marc y Jacques. El juego se desarrolla sin problemas hasta que aparece Pierre Boura, un viejo conocido de Jean Marc, cuyos excesos en materia de bebida le hacen pendenciero e inestable. El d¨ªa 29 intenta quemar la caba?a y se jacta de ello. Los ni?os, al descubrir que su refugio ha sido destruido y, quiz¨¢s, instigados por Jean Marc, la emprenden con Boura, al que propinan, en t¨¦rminos jur¨ªdicos, "voluntariamente golpes y heridas que provocan la muerte sin que hubiese intenci¨®n de causarla". El cad¨¢ver acaba en un pozo, y es encontrado por la polic¨ªa tres d¨ªas despu¨¦s gracias al testimonio de un adolescente de 13 a?os'
Ahora los tres ni?os son objeto de un auto de procesamiento, al igual que Jean Marc y Jacques. No han sido detenidos porque la ley francesa no lo permite con menores de 13 a?os, sino que han quedado bajo la custodia de sus familias. El juicio de los tres chicos, en el caso de que se llegue a ¨¦l, no se desarrollar¨¢ en un tribunal ordinario, sino bajo la jurisdicci¨®n espec¨ªfica para ni?os, creada en 1945 y que establece que no puede ser dictada una pena de c¨¢rcel o encierro contra un menor de 13 a?os. En enero de 1993 hab¨ªa en las c¨¢rceles francesas 594 menores de 18 a?os, de entre los cuales s¨®lo 38 ten¨ªan entre 13 y 16 a?os.
El crimen de Vitry se produjo despu¨¦s del de Liverpool y en plena oleada de asesinatos adolescentes: dos chicos de 12 a?os apu?alaban esos d¨ªas, en dos ciudades distintas, a compa?eros de clase. La opini¨®n p¨²blica ha tendido a culpar al cine y la televisi¨®n, por "haber banalizado las escenas de muerte y violencia".
Paul Messerschmitt, psiquiatra infantil del hospital Trousseau de Par¨ªs, recuerda que "ni?os de entre seis y siete a?os, la llamada edad del uso de raz¨®n, han participado en la guerra entre Ir¨¢n e Irak" y que "nos encontramos con suicidios consumados de criaturas de ocho a?os". Para Messerschmitt, no conviene disculpar a los ni?os con el argumento de que "no saben lo que hacen". "Los pediatras nos hablan de la hipersensibilidad de los beb¨¦s, pero nosotros, en cambio, no estamos dispuestos a admitir que los ni?os act¨²an por voluntad propia. En casos as¨ª me parece contraproducente disculparles, diciendo que no han querido matar. Eso equivale a banalizar la muerte".
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