EE UU debate el uso de la marihuana con fines m¨¦dicos
La utilizaci¨®n de la marihuana con fines m¨¦dicos para enfermos muy graves se empieza a extender en Estados Unidos, aunque todav¨ªa de forma totalmente ilegal. Aquellos que consideran esta droga como un medicamento susceptible de ser prescrito por un m¨¦dico acaban de conseguir una cadena importante de ¨¦xitos. El pasado mes de agosto, la asamblea legislativa de California pidi¨® al Gobierno federal la despenalizaci¨®n de esta droga en casos de uso m¨¦dico. En octubre y en el mismo Estado, un tribunal de San Diego absolvi¨® a un hombre de 39 a?os, enfermo de sida, que cultivaba marihuana en su casa para usarla como medicina contra las n¨¢useas.El mismo mes, en el Estado de Nueva York, una mujer de 79 a?os, Mildred Kaitz, que tambi¨¦n cultivaba la hierba en su casa, ha sido simplemente amenazada por el juez con sanciones si no dejaba de hacerlo. La mujer dec¨ªa que con esta droga abr¨ªa el apetito a su hijo, que sufre una enfermedad degenerativa denominada esclerosis en placas.
El gesto de esta madre, que nunca antes hab¨ªa tenido ninguna relaci¨®n con la justicia, ha reavivado el debate. La organizaci¨®n nacional para la reforma de las leyes sobre la marihuana se ha hecho cargo de este caso para actuar ante el Estado federal, mientras toda una cadena de solidaridad se ha organizado para hacer llegar la droga al hijo enfermo.
Actualmente, s¨®lo nueve americanos, enfermos de c¨¢ncer, sida y glaucoma, han conseguido autorizaci¨®n legal para consumir marihuana, plantada para ellos por el Gobierno federal en los locales de la Universidad de Misisip¨ª. El acceso de m¨¢s pacientes a este tratamiento especial ha sido congelado por el momento, despu¨¦s de que la Agencia para el Control de las Medicinas y los Alimentos (FDA) estimara que marihuana no tiene ning¨²n valor medicinal.
Diversas asociaciones y ciudadanos particulares vienen sosteniendo en los ¨²ltimos a?os que la marihuana estimula el apetito, surime las n¨¢useas y calma el dolor a los enfermos graves. En un barrio de Brooklyn, en Nueva York, el rabino Isaac Fried distribuye regular y abiertamente marihuana a una docena de enfermos graves. Este religioso, de a?os, que no consume droga, afirma que "si la marihuana puede aliviar el dolor y el sufrimiento, no deber¨ªa estar prohibida".
La distribuci¨®n de esta planta parece beneficiarse de cierta tolerancia por parte de la polic¨ªa neoyorquina, m¨¢s preocupada por la lucha contra las drogas duras, como el crak, la coca¨ªna y la hero¨ªna.
Los partidarios de la despenalizaci¨®n de esta droga para un estricto uso medicinal est¨¢n empezando a encontrar aliados incluso entre la clase m¨¦dica. Una encuesta realizada por investigadores de la Universidad de Harvard entre 1.035 onc¨®logos americanos revel¨® que la mitad de estos especialistas recetar¨ªan marihuana si la ley fuera modificada, y entre ellos, varios ya hab¨ªan aconsejado a sus pacientes que la usaran.
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