Gore lima asperezas

El vicepresidente estadounidense, Albert Gore, ten¨ªa previsto iniciar ayer en la capital mexicana una visita de trabajo de 24 horas, la primera de alto nivel de la Administraci¨®n de Bill Clinton a M¨¦xico desde la ratificaci¨®n por el Congreso norteamericano del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Am¨¦rica del Norte, que unir¨¢ partir del 1 de enero pr¨®ximo este pa¨ªs latinoamericano con EE UU y Canad¨¢.Gore se reunir¨¢ con el presidente Carlos Salinas de Gortari, con un sector de la clase pol¨ªtica gobernante y con importantes empresarios mexicanos para hablar del TLC.

Este viaje, pese a la relaci¨®n de vecindad, se integra en la nueva estrategia de la Casa Blanca de desplegar las alas de su vicepresidente, un hombre que ha demostrado que sabe resolver problemas, para lustrar la imagen diplom¨¢tica del Gobierno estadounidense en el mundo.

El vicepresidente tendr¨¢ que rectificar, aunque ya lo ha hecho en algunos peri¨®dicos, una desafortunada apreciaci¨®n, hecha para consumo interno de los norteamericanos, que se le escap¨® en el reciente debate que sobre el TLC sostuvo con el multimillonario texano Ross Perot. Compar¨® al TLC con las grandes adquisiones territoriales de los Estados Unidos, como fue la compra de Alaska al entonces imperio ruso, y Luisiana a Francia.

Tambi¨¦n lo compar¨® con la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN), pero esto pas¨® inadvertido, y fue lo anterior lo que se recibi¨® con enojo en M¨¦xico. "Deb¨ª darme cuenta de que este desafortunado comentario iba a ser entendido como difamatorio por los mexicanos", dijo posteriormente Gore.

Salvado este obst¨¢culo, que irrit¨® en su d¨ªa a la oposici¨®n e incluy¨® en el mismo saco del desconocimiento de M¨¦xico a Gore y Perot, la visita del vicepresidente norteamericano tiene como objetivo aclarar tambi¨¦n a los mexicanos, esta vez en casa, que el TLC propiciar¨¢ una relaci¨®n de socios iguales y no de vecinos distantes, al tiempo que servir¨¢ de est¨ªmulo para el resto de Am¨¦rica Latina.