Suerte

Yo siempre he seguido la vieja regla de hacerme el Cojo cada vez que algo me sal¨ªa bien para no llamar la atenci¨®n del destino. El caso es que hace poco tuve dos golpes de buena suerte y pens¨¦ que, adem¨¢s de cojear un poco, convendr¨ªa escayolarme el brazo derecho por si acaso. Al poco me llamaron de una asociaci¨®n de no s¨¦ qu¨¦ para entregar un premio, pero al subir a la tarima pis¨¦ mal, de manera que me romp¨ª el brazo escayolado y el pie presuntamente cojo. Como siempre trato de ver el lado bueno de las cosas, pens¨¦ que aquello era un golpe de suerte, pues ya no me ver¨ªa obligado a fingir, que no me gusta. Estaba cojo y manco de verdad, pero val¨ªa la pena.Entonces me present¨¦ a unas oposiciones y aprob¨¦. No se lo dije a nadie por miedo a despertar envidias, pero me puse un parche en el ojo derecho para conjurar el peligro de que algo malo viniera a equilibrar todo lo bueno. Mira por d¨®nde, al subir al autob¨²s una se?ora me meti¨® el paraguas por el ojo tapado y me lo vaci¨®. En realidad, como hab¨ªa pensado no volver a usarlo, igual me daba tenerlo que no. En cierto modo, era mejor as¨ª, pues ya digo que no me gusta presumir de cosa . s que no son. Entonces sucedi¨® algo raro: me romp¨ª las narices sin que me hubiera pasado nada bueno, y, por ver qu¨¦ suced¨ªa, empec¨¦ a decir por ah¨ª que hab¨ªa heredado una fortuna: al poco muri¨® una t¨ªa m¨ªa muy rica y me lo dej¨® todo. No sab¨ªa c¨®mo equilibrar tanto bien, de manera que me vend¨¦ la cabeza. Enseguida me descubrieron un tumor del que hube de operarme. Aunque me puse en muy buenas manos, el m¨¦dico me toc¨® un nervio importante y ahora me he quedado paral¨ªtico. Por un lado, lo prefiero: as¨ª, en el pr¨®ximo golpe de suerte me hago directamente el muerto y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria. Qu¨¦ descanso.