"Los comunistas fuimos los ateos m¨¢s creyentes"
Instalado en un despacho muy pr¨®ximo a una antigua sede del PCE, sigue hablando como siempre, pausadamente, pero ahora las fotos que le arropan son las de sus nietos.Pregunta. Hace diez a?os usted declin¨® apadrinar al hijo de un militante comunista porque el bautismo, dijo, era una ceremonia para creyentes. Hace cinco d¨ªas, Mart¨ªn Villa le augur¨® que puede usted ir al cielo, y no pareci¨® molestarle...
Respuesta. Mire usted, no es el ¨²nico creyente que me ha dicho que esperaba verme en el cielo. Pilar Urbano tambi¨¦n me ha dado ya cita all¨ª.
P. ?El comunismo actu¨® como una religi¨®n, y los partidos comunistas como iglesias?
P. S¨ª. La verdad es que durante muchos a?os el comunismo se desarroll¨® en muchos pa¨ªses bajo la persecuci¨®n, y tuvo sus santos, sus papas, un sentido de la predestinaci¨®n, una Meca y lo que ven¨ªa de all¨ª era infalible. Eso dur¨® casi hasta que Jruschov denunci¨® los cr¨ªmenes de Stalin. Hasta el XX Congreso del PCUS [febrero de 19561 el comunismo tuvo mucho de secta.
P. ?Los comunistas han sido los ateos m¨¢s creyentes?
R. Pues s¨ª. En aquella ¨¦poca pr¨¢cticamente todos ¨¦ramos ateos. No cre¨ªamos en Dios, pero cre¨ªamos en Lenin, en Stalin, en lo que sal¨ªa del Krenilin.
P. Tras una trayectoria tan larga como la suya, ?los recuerdos son tan numerosos como los olvidos?
R. Creo que son m¨¢s numerosos los recuerdos. Pero por si acaso usted tratase de hacer alusi¨®n a olvidos intencionados, le dir¨¦ que en mis Memorias no hay tales olvidos.
P. Delibes acaba de ver reconocido el acierto de su tambi¨¦n larga trayectoria con el Premio Cervantes. ?Echa usted de menos alg¨²n premio?
P. No. Yo he desechado recibir no ya premios pero s¨ª condecoraciones que daban Estados del Este en fechas se?aladas, porque no creo en eso de chapas en la solapa y porque no quer¨ªa medallas extranjeras.
P. ?Su vida ha sido una aventura con un itinerario equivocado?
R. Ha tenido mucho de aventura, pero no dir¨ªa que con un itinerario equivocado. El comunismo no ha conseguido sus fines y hay un fracaso hist¨®rico en los pa¨ªses en los que han gobernado los PC. Pero, en conjunto, creo que la acci¨®n de los comunistas en defensa de las libertades, de los trabajadores, en la resistencia antifascista fue un camino acertado.
P. Su acercamiento al PSOE ?es el de quien al pairo siente mucho fr¨ªo?
R. En 1976, cuando escrib¨ª Eurocomunismo y Estado, el fr¨ªo me ven¨ªa de que todav¨ªa no ¨¦ramos legales, est¨¢bamos perseguidos. Y entonces ya dije que hab¨ªan desaparecido las razones hist¨®ricas para que socialistas y comunistas estuvi¨¦ramos separados en distintos partidos. La prueba de que no he buscado calor es que yo no he ingresado en el PSOE.
P. ?Pero acabar¨¢ por entrar?
P. No. Tengo una larga historia de comunista, y probablemente ni yo me encontrar¨ªa a gusto en otro partido ni mis compa?eros de ese partido se encontrar¨ªan a gusto conmigo. Puedo ser muy inc¨®modo, siempre he dicho lo que pensaba.
P. Por ejemplo, en 1982 dijo que la victoria electoral del PSOE fue el resultado "del posibilismo surgido del golpe".
R. En el peri¨®dico que usted representa, Ignacio Sotelo ha sostenido el mismo criterio de que el voto del PSOE en 1982 fue un voto de "madrecita que nos quedemos como estamos".
P. En la campa?a previa a aquellas eleciones usted dijo que ven¨ªa el socialfascismo, que obtuvo 10 millones de votos.
P. Nunca he dicho yo en esa campa?a que venia el socialfascismo. Usted ha podido leerme esa frase, pero no encontrar¨¢ ni en mis escritos ni en mis discursos nada que hable de socialfascismo en esa campa?a.P. ?Ve¨ªa en Alfonso Guerra un hombre tan de izquierdas, como le ve ahora, cuando era vicepresidente del Gobierno?
P. Guerra le ha hecho el trabajo duro y dif¨ªcil a Felipe Gonz¨¢lez, y el lucimiento se lo ha llevado Felipe. Siempre vi a Alfonso Guerra como el alter ego de Felipe. Cuando convoca a una serie de te¨®ricos en J¨¢vea y busca nuevos caminos para el socialismo, empiezo a ver en ¨¦l posiciones diferentes y de izquierda, un Guerra que no hab¨ªa visto antes.
P.?Secundar¨¢ usted la huelga general?
R. Si yo fuera trabajador de una empresa y CC OO y UGT me llamaran en estas circunstancias a una huelga general, yo participar¨ªa. Tienen raz¨®n al oponerse al proyecto del Gobierno, que' crea en el empleo una inseguridad inaceptable. No obstante, hay un h¨¢bito en los sindicatos de pasar de las manifestaciones a la huelga general que sugiere falta de imaginaci¨®n para encontrar otra forma efectiva y menos aparatosa o preocupante.
P. ?Los sindicatos favorecen en ocasiones lo contrario de lo que dicen perseguir?
R. Los sindicatos est¨¢n en muchos aspectos burocratizados. Est¨¢n necesitados de un proceso de democratizaci¨®n profunda y de una real participaci¨®n de la masa de los sindicados en las decisiones.
Yo estoy convencido de que el plan del Gobierno no va a crear empleo. Sin un new deal de la comunidad internacional, no veo posibilidades serias de superar la crisis. Hasta me queda la sospecha de que hay gobernantes tecn¨®cratas que intentan crear un clima para que parezcan aceptables los sacrificios m¨¢s grandes por parte de los trabajadores. Y no estoy pensando exclusivamente ni principalmente en Espa?a.
P. Usted que fue un hombre de pactos en la transici¨®n ?comprende que ahora haya miedo, verg¨¹enza, a pactar?
R. No. No comprendo c¨®mo Izquierda Unida, con la carta de Anguita, de hecho impide una negociaci¨®n. Estoy convencido de que si IU tuviera una direcci¨®n inteligente y fuera capaz de negociar podr¨ªa ejercer hoy una influencia real sobre las posiciones del Gobierno. No lo hacen porque no quieren mezclarse. Est¨¢n marginados en una pol¨ªtica visionaria, sectaria, en la que parece que sobre todo les preocupa su virginidad. Y en pol¨ªtica, ya nadie tiene virginidad en este pa¨ªs.
P. Usted dedica en su libro una extensa referencia a Franco. Hace poco el hijo de un ministro centrista le pregunt¨® a su padre si Franco era de UCD...
R. Je, je. Yo comprendo que para los j¨®venes, Franco es la prehistoria. Para m¨ª tambien Franco empieza a ser un pasado lejano, intelectualmente.
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