El reto de la reforma laboral
El empleo en Europa ha crecido nueve meses menos que el PIB
?Por qu¨¦ el empleo s¨®lo ha aumentado un 9% en Europa desde 1970 mientras el PIB ha crecido un 81%, es decir, nueve veces menos? Detr¨¢s de la gran traca de la eurodeuda, el Libro Blanco sobre el empleo (ver EL PA?S de ayer) esconde un profundo campo de reflexi¨®n sobre las causas y las posibles soluciones al mal cr¨®nico que sufre Europa, el paro. El texto, que el viernes concitar¨¢ la atenci¨®n de los jefes de Estado y de Gobierno de los Doce en el Consejo Europeo, es tambi¨¦n un repaso a sus retos tecnol¨®gicos, a las necesidades de sus medianas y peque?as empresas y a los motivos que han llevado al continente a perder competitividadEl presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, se ha guardado para la cumbre las grandes. reflexiones sobre el paro. La pol¨ªtica, en una palabra. El Libro Blanco sobre el empleo no quiere ser un remedio m¨¢gico, pero s¨ª una reflexi¨®n al m¨¢s alto nivel. Una reflexi¨®n llamada a desentra?ar por qu¨¦ Europa crea mucho menos empleo que los dem¨¢s bloques eco n¨®micos cuando su econom¨ªa crece.
Entre 1970 y 1992 la econom¨ªa de Estados Unidos creci¨® un 70% en t¨¦rminos reales y el empleo un 49%. En ese mismo pe riodo, Jap¨®n creci¨® un 173% y su empleo un 25%, Europa un 81% y un 9%. El clamor de la ¨¦stad¨ªstica lo representa Espa?a, donde la econom¨ªa creci¨® un 103% pero el empleo era en 1992 incluso un 0,3% inferior al de dos d¨¦cadas antes.
El Libro Blanco reclama una "nueva solidaridad" para acabar con este desfase y para conseguir que el crecimiento econ¨®mico se traduzca en empleo. La Comisi¨®n pide una desregulaci¨®n del mercado de trabajo -pero evitando una desreglamentaci¨®n pura y dura- y advierte que la salida de la recesi¨®n no significa r¨¢ el fin de los problemas del empleo.
Reglamentaciones
Los Doce saben que las reglamentaciones que han contribuido a formar un eficaz sistema de protecci¨®n social ha ayudado de alguna manera a generar un efecto perverso: han beneficiado a aquellos que ya ten¨ªan un trabajo, convirtiendo en m¨¢s s¨®lida su posici¨®n y consolidando ciertas ventajas frente a los que no tienen empleo. El camino para corregir esto pasa por la flexibilizaci¨®n de la organizaci¨®n del trabajo (empleo a tiempo parcial, distribuci¨®n del tiempo de trabajo, reducci¨®n o anualizaci¨®n de la jornada, movilidad sectorial, funcional y geogr¨¢fica), reducci¨®n de los costes del trabajo, abrir el camino del primer empleo a los j¨®venes -a¨²n a costa de reducir los actuales beneficios sociales, pol¨ªticas activas de empleo (servicios de empleo, agencias de empleo)... Ninguna de ellas es una soluci¨®n nueva, aunque algunas est¨¢n ya superando el terreno del debate para entrar en el de la aplicaci¨®n.
El Libro Blanco dedica especial atenci¨®n a la cuesti¨®n de los costes salariales y su relaci¨®n con la creaci¨®n de empleo. La Comisi¨®n advierte que los costes fijos obligatorios del trabajo (el conjunto de impuestos y de cotizaciones sociales obligatorias) ha pasado en la Comunidad del 34% al 40% del PIB entre 1970 y 1991, mientras en Estados Unidos permanec¨ªan estables en torno al 30% y en Jap¨®n crec¨ªan desde una base muy inferior pero se estabilizaban tambi¨¦n en torno a un 31% del PlB. Estas cifras son a¨²n m¨¢s llamativas si se compara no sobre el PIB, sino sobre los costes totales de la mano de obra: 20% en Jap¨®n, 30% en Estados Unidos y 40% en Europa.
Reducir costes
La Comisi¨®n alerta sobre el peso de esta, carga, pero advierte que no se trata de eliminarla pura y simplemente. Bien al contrario, se trata de buscar f¨®rmulas que permitan reducir los costes del factor trabajo sin que ello implique una reducci¨®n del nivel de protecci¨®n social de la econom¨ªa europea ya que esa es precisamente una de sus carecter¨ªsticas distintivas que la hacen superior en muchos aspectos a la de los otros bloques. La Comisi¨®n no quiere abrir las puertas al capitalismo saj¨®n que s¨®lo piensa en el d¨ªa a d¨ªa y el beneficio a corto. Se trata de reducir algunos de los efectos perversos del capitalismo renano, de dar m¨¢s consistencia a su visi¨®n social y de medio plazo.
Se busca, en fin, acabar con algunos c¨ªrculos viciosos como el que implica que en ¨¦poca de coyuntura baja las cargas sociales se hagan insoportables, favoreciendo as¨ª decisiones de inversiones intensivas en capital y desligadas de la mano de obra; eso provoca despidos que a su vez generan mayor necesidad de gasto social que debe ser aportado por las otras empresas, que a su vez entran en dificultades y se ven ante la disyuntiva de recurrir a la reducci¨®n de mano de obra.
La Comisi¨®n propone soluciones que no han sido del agrado de algunos ministros de Econom¨ªa de los Doce. Quiz¨¢ por ello no ser¨¢n ¨¦stos, sino los de Exteriores, quienes asesoren a los jefes de Estado y de Gobierno.
Las propuestas de Jacques Delors pasan por reducciones de las cargas de la seguridad social y su sustituci¨®n por otros tipos fiscales. "Los resultados de diversos modelos econom¨¦tricos confirman que las reducciones de cargas sociales compensadas por el alza de otras figuras fiscales se traducen en una acci¨®n positiva significativa para el empleo", se?ala el Libro. "Los resultados m¨¢s positivos se han observado en los casos en que la reducci¨®n de cotizaciones sociales patronales se dirige a las categor¨ªas salariales de menor nivel de cualificaci¨®n y en caso de introducci¨®n de una tasa sobre el CO2/ energ¨ªa m¨¢s que en el caso de una subida del IVA", advierte la Comisi¨®n, en contra del criterio de los empresarios europeos. "En una hip¨®tesis favorable" concluye el texto, "una bajada de las cotizaciones sociales patronales equivalente al 1% del PIB supone una disminuci¨®n del 2,5% de la tasa de paro en cuatro a?os".
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