Bosnia no admite utop¨ªas
La distribuci¨®n de ayuda humanitaria choca con la realidad de la guerra
ENVIADO ESPECIAL"En teor¨ªa, si todo funcionara perfectamente, si los acuerdos firmados se cumplieran ¨ªntegramente, si el clima fuera m¨¢s suave, si existiera una voluntad pol¨ªtica en todas las partes, podr¨ªamos alcanzar nuestro objetivo de salvar la vida de los casi tres millones de personas en la antigua Yugoslavia que dependen de la ayuda humanitaria. Desgraciadamente, no es as¨ª, y adem¨¢s es demasiado tarde". Veredicto fat¨ªdico y pesimista el de Ray Wilkinson, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), sobre el futuro de la poblaci¨®n de Bosnia-Herzegovina. Si todo fuera distinto en los Balcanes, probablemente no ser¨ªa una utop¨ªa la distribuci¨®n de 50.000 toneladas mensuales de ayuda que necesitan sus habitantes, seg¨²n palabras de Wilkinson.
La realidad tiene otra cara. El 29 de noviembre, los jefes militares bosnio, croata y el l¨ªder pol¨ªtico de los serbios de Bosnia-Herzegovina firmaron solemnemente un acuerdo en Ginebra, en presencia de los m¨¢ximos responsables de las fuerzas de las Naciones Unidas desplegadas en la antigua Yugoslavia, en el que se comprometen a autorizar sin restricciones el libre paso de los convoyes de la ONU y a garantizar la seguridad de sus miembros. El acuerdo establece que la Fuerza de Protecci¨®n de la ONU (Unprofor) utilizar¨¢ todos los medios a su alcance, incluida la fuerza, para asegurar la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria.
"Este punto [uso de la fuerza] est¨¢ muy bien para imponerlo en un acuerdo desde las canciller¨ªas de Washington o Londres, pero no tiene ning¨²n sentido. Para utilizar la fuerza har¨ªa falta enviar muchas m¨¢s tropas y no hay ning¨²n pa¨ªs dispuesto a ello. Al contrario, todos desear¨ªan retirar sus fuerzas de Bosnia cuanto antes", subraya Wilkinson.
A pesar de los acuerdos firmados, "impedir que los comandantes locales tomen sus propias iniciativas es el principal problema que hay que resolver", se?ala Robert Monin, jefe de misi¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Una semana despu¨¦s de la firma del acuerdo, los obst¨¢culos con que tropieza la ayuda humanitaria no han desaparecido. Ayer, 34 convoyes del ACNUR y Unprofor avanzaban por Bosnia-Herzegovina con 1.021 toneladas de ayuda humanitaria. En el control serbio de Zvornik, en la frontera con Serbia, seis de estos convoyes est¨¢n retenidos. "El clima tambi¨¦n juega en contra. La semana pasada, muchos convoyes quedaron atrapados en Zagreb por la nieve", explica Wilkinson.
La retenci¨®n de los convoyes se produce ahora no tanto por culpa de los combates como por las trabas burocr¨¢ticas impuestas en los controles para entorpecer el trabajo de las organizaciones humanitarias. Por ejemplo, los convoyes que utilizan la ruta Viper, que va desde la costa d¨¢lmata hasta Sarajevo para dirigirse despu¨¦s hacia Bosnia central, son retenidos constantemente en un control serbio porque su jefe ha decidido mantenerlo abierto una ora al d¨ªa. Ello significa que un convoy, que invierte normalmente dos d¨ªas para llegar a Zenica, tarda ahora cuatro d¨ªas. Otro ejemplo de la seriedad con que se toman los acuerdos algunos de sus firmantes es la carta enviada recientemente por el general Milovanovic, segundo jefe de las fuerzas serbias de Bosnia, al general Briquemont, comadante de los cascos azules en Bosnia , en la que dec¨ªa: "Tenemos el acuerdo firmado por nuestros jefes en Ginebra. Discutamos ahora los detalles". Y ofrec¨ªa una lista interminable.
Los croatas siguen poniendo problemas al paso de los convoyes, especialmente en Herzegovina y en Bosnia central. Los musulmanes son los que menos dificultades ponen ya que los territorios bajo su control son el destino final de los convoyes (Sarajevo y Bosnia oriental y central).
Las situaciones m¨¢s desesperadas se registran en Mostar, donde 50.000 mulsumanes sobreviven atrapados en el gueto en que se ha convertido la parte oriental de la ciudad, bajo el fuego constante de sus vecinos croatas, en la parte occidental; en el ¨¢rea de Konjic y Tarcin (el sureste de Sarajevo) y en los enclaves de Maglaj y Tesanj (al norte), completamente rodeados por los serbios. Los convoyes no pueden llegar por tierra hasta estas zonas, por lo que la ¨²nica ayuda que reciben sus habitantes es la que lanzan en paraca¨ªdas aviones de EE UU, Alemania y Francia. Wilkinson reconoce que la ayuda que cae del cielo "es simb¨®lica".
El acuerdo firmado en Ginebra ha supuesto, sin embargo, una ligera mejora en algunos aspectos de la distribuci¨®n de la ayuda. Hasta hace dos semanas, los serbios prohib¨ªan la entrada de mantas, ropa, estufas y otros materiales para hacer frente al invierno en los tres enclaves musulmanes asediados en Bosnia oriental -Srebrenica, Zepa y Gorazde-. Ahora han dado luz verde al transporte, en peque?as cantidades, de este tipo de ayuda. En el ¨¢rea de Zenica (Bosnia central), el CICR est¨¢ distribuyendo ayuda para unos 350.000 desplazados que se encuentran en situaci¨®n muy precaria. En la zona de Tuzla (al norte), hay entre 30.000 y 40.000 personas desplazadas.
En Sarajevo han entrado por primera vez desde agosto 100 toneladas de combustible, cantidad que apenas cubre las necesidades de tres semanas. Sin gas ni electricidad en buena parte de la ciudad, con pocos ¨¢rboles que cortar y las reservas de combustible bajo m¨ªnimos, Sarajevo es una ciudad helada.
Algunas voces cr¨ªticas hacia la pasividad de la comunidad internacional en el conflicto de los Balcanes sostienen que el mantenimiento de la ayuda humanitaria es tan s¨®lo un parche que sirve, en ¨²ltima instancia, para prolongar la guerra. "?Cu¨¢l es la alternativa?", pregunta Wilkinson. "Nuestra misi¨®n es intentar salvar la vida de las v¨ªctimas de este conflicto. No creo que suspender la ayuda sirviera para detener la guerra. S¨®lo condenar¨ªa a muerte a gente inocente. Estas cr¨ªticas responden a una posici¨®n filos¨®fica evidentemente discutible". a?ade el portavoz del ACNUR. "?Prolongar la guerra? No tengo respuesta. ?Tenemos que dejar morir a la gente? Es una cuesti¨®n moral", dice Robert Monin. La amenaza de una intervenci¨®n militar internacional ya no hace temblar a los serbios porque nadie cree en ella. "Cuando Estados Unidos amenaza, juegan a ser buenos chicos durante unos d¨ªas y reducen la presi¨®n. Luego vuelven otra vez a las andadas", concluye Wilkinson.
El azaroso destino de los heridos y enfermos
En abril de este a?o, serbios y musulmanes comenzaron a permitir la evacuaci¨®n de heridos y enfermos hacia el extranjero por parte del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Las operaciones, realizadas con cuentagotas, revisten numerosos problemas, tanto a la hora de llegar a un acuerdo con los beligerantes en el n¨²mero y la identidad de las personas a evacuar, que implican negociaciones interminables, como a la hora de encontrar el pa¨ªs de acogida. Conseguir un gobierno dispuesto a aceptar a heridos o enfermos de Bosnia-Herzegovina supone no menos de dos meses desde el inicio de las gestiones. Las trabas burocr¨¢ticas se mantienen hasta ¨²ltima hora, momento en el que se producen retrasos y cancelaciones.La evacuaci¨®n necesita la aprobaci¨®n del Gobierno bosnio y el permiso de los serbios para poder llegar hasta el aeropuerto de Sarajevo. Estos ¨²ltimos suelen poner las mayores dificultades "porque exigen el criterio de uno por uno, lo que es inaplicable en Sarajevo, donde los serbios son s¨®lo el 20%"; seg¨²n declara la doctora Genevi¨¦ve Begkoyian, coordinadora de las evacuaciones m¨¦dicas del ACNUR.
Los criterios seguidos por la ONU a la hora de proponer una evacuaci¨®n son: deben ser enfermos en situaci¨®n desesperada o que necesiten decidir un tratamiento m¨¦dico que no existe en Sarajevo; la evacuaci¨®n debe suponer un beneficio a largo plazo para el enfermo o herido, por ejemplo, el tratamiento de un c¨¢ncer a base de quimioterapia o radioterapia, imposible en las condiciones sanitarias de Bosnia, y que el transporte no empeore su estado f¨ªsico.
Italia es el pa¨ªs que se ha mostrado m¨¢s receptivo a la hora de aceptar a este tipo de pacientes. 65 de las m¨¢s de 300 personas evacuadas hasta la fecha se encuentran en ese pa¨ªs. Arabia Saud¨ª y los Emiratos ?rabes han mostrado buena predisposici¨®n. Espa?a, por el contrario, figura en ¨²ltimo lugar de la lista de pa¨ªses receptores, junto a Lichtenstein y Jordania, con tan s¨®lo un evacuado desde el comienzo de la guerra en Bosnia-Herzegovina.
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