"Me rebelo contra la injusticia"
Danielle Mitterrand
Pasa la entrevista como si fuera un examen y una vez que la grabadora est¨¢ apagada respira y cuenta orgullosa c¨®mo el Gobierno belga en pleno firm¨® el Pasaporte Europeo contra el Racismo. Ha sido precisamente la presentaci¨®n de este documento que compromete a su titular a luchar contra el racismo lo que ha tra¨ªdo a Danielle Mitterrand a Madrid.
Tiene 69 a?os y una mirada de joven tigresa que, "tal vez por la educaci¨®n que recib¨ª de ni?a", dedica a la conquista de los derechos de los parias del mundo. Su causa es la de los kurdos, saharauis, palestinos, y la de todos aquellos que necesitan ayuda y buscan libertad. Como presidenta de France-Libert¨¦s, la fundaci¨®n humanitaria creada por ella en diciembre de 1985, Danielle Mitterrand recorre el planeta para darles a todos los que sufren, si no el pan, "al menos la levadura", como dice en su libro autobiogr¨¢fico La levadura del pan.
Pregunta. Usted ha estado siempre muy comprometida en la construcci¨®n de Europa. ?No cree que esa Europa est¨¢ naciendo racista?
Respuesta. Nunca quisimos que fuera racista. La idea de la Europa unida naci¨® durante la II Guerra Mundial. Quer¨ªamos un espacio de paz que deb¨ªa ser ejemplar, pero la construcci¨®n se ha tomado mucho tiempo y hay momentos de avance y momentos de retroceso. Ahora nos encontramos en un periodo de retroceso racista, de retraimiento ante las nuevas comunidades que pueblan nuestros pa¨ªses, pero la voluntad contin¨²a.
P. ?No cree que lo que falla son las bases de esa construcci¨®n?
R. No. Ha sido la crisis o el temor a perder lo que se tiene lo que ha provocado ese nacionalismo retr¨®grado que niega la hospitalidad. Pero sigue habiendo much¨ªsima gente que quiere una Europa de paz, de tolerancia y de respeto. Prueba de ello es el ¨¦xito del pasaporte europeo contra el racismo, que lanzamos en Francia a principios de a?o y que ya se ha llevado a Holanda, el Reino Unido, B¨¦lgica, Suiza, hoy a Espa?a y muy pronto a Portugal, Alemania y Grecia.
P. Francia modific¨® su Constituci¨®n para dejar de ser la "tierra de asilo" de la que usted se declaraba orgullosa.
R. S¨ª, desgraciadamente, pero m¨¢s que el cambio de la Constituci¨®n han sido otras leyes y la pr¨¢ctica las que han cerrado las puertas de Francia. Esas leyes las han hecho por motivos de seguridad, pero creo que engendran m¨¢s tensi¨®n.
P. Muerto el comunismo, ?vamos hacia el fin del socialismo?
R. No, la prueba es que ahora se le ve florecer por todas partes. Se tiene miedo de las palabras y hay que redefinirlas. Socialismo es una sociedad que comparte, m¨¢s justa y m¨¢s igualitaria. Los ¨²nicos que pueden temer una sociedad as¨ª son los m¨¢s privilegiados, que tienen miedo de compartir.
P. ?Se considera un ejemplo?
R. No quiero ser un ejemplo de nadie. Soy lo que soy, y si a alguien le interesa, bien, y si no, tambi¨¦n.
P. Ser la primera dama de Francia, ?ayuda o es un fardo?
R. Ni me ayuda ni me molesta. Siempre he sido muy libre en mis acciones. Creo que lo que hago es justo y nadie me ha pedido que no lo haga.
P. En 1995, Fran?ois Mitterrand dejar¨¢ la presidencia. ?Cambiar¨¢ su vida?
R. Fran?ois continuar¨¢ teniendo muchas actividades intelectuales y France-Libert¨¦s seguir¨¢ su marcha. Creo que no habr¨¢ cambios de fondo.
P. Pero ya no habr¨¢ razones de Estado como las que le impidieron viajar a los campos de los refugiados saharauis en Tinduf.
R. Soy una mujer responsable. Libertad no significa hacer cualquier cosa. Yo misma s¨¦ d¨®nde puedo o no ir. Si quisiera ir ahora a Tinduf ir¨ªa. Quise entonces llamar la atenci¨®n sobre una gente que estaba en dificultades, y con todo el revuelo que se form¨® lo consegu¨ª, por tando dej¨¦ de tener necesidad de ir.
P. Usted comenz¨® su tarea hace casi 50 a?os, en la Resistencia contra los nazis. ?Cu¨¢l es la raz¨®n de su lucha?
R. Tengo la facultad de rebelarme contra la injusticia. El porqu¨¦ persigo con tanto ah¨ªnco la justicia tal vez se deba a la educaci¨®n que recib¨ª de mis padres, que eran muy humanos.
P. ?No cree que eso de la humanidad est¨¢ anticuado?
R. ?Entonces, qu¨¦ es lo que est¨¢ de moda, apartarse cuando se ve una piel negra?
P. ?No cree que hoy d¨ªa lo que cuenta es el dinero?
R. Hay una juventud que habla de dinero. Est¨¢n programados y estudian para eso, pero hay otra que no piensa as¨ª.
P. Al convertirse en primera dama dijo que quer¨ªa ser el ¨²ltimo recurso de los que no pudieron ser defendidos ?Lo ha sido?
R. He recibido miles de cartas de personas que no conoc¨ªan sus derechos y por ello se encontraban en situaciones dif¨ªciles. Era cuesti¨®n de estudiar los casos y encaminarlos por donde les correspondiera. Ahora es distinto, la mayor¨ªa de la correspondencia que recibo versa sobre problemas de alojamiento y desempleo.
P. En Espa?a hay 25 personas en huelga de hambre para presionar al Gobierno para que ceda al Tercer Mundo un 0,7% del producto interior bruto. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen?
R. Estoy totalmente de acuerdo. Todo lo que se d¨¦ no ser¨¢ suficiente.
P. Se le acusa de ser demasiado pol¨ªtica en lugar de dedicarse a misiones caritativas, como la mayor¨ªa de las primeras damas.
R. Cuando se defienden los derechos humanos no hay m¨¢s remedio que hacerlo desde un plano pol¨ªtico, pero por eso jam¨¢s tomo partido. La poblaci¨®n, es' la que me mueve contra las violaciones de los derechos humanos y no me interesa lo que digan los Gobiernos. No estoy del lado de los opresores.
P. ?Qui¨¦n aconseja: usted al presidente, o el presidente a usted?
R. Hace 50 a?os que vivimos juntos y despu¨¦s de tanto tiempo cada uno tiene sus reacciones, pero suelen coincidir.
P. Usted es mucho m¨¢s de izquierdas.
R. No. Todos los que han querido cargarse a Fran?ois se han inventado que no es un hombre de izquierdas, pero no es verdad.
P. Pero con el paso del tiempo usted se ha vuelto m¨¢s luchadora, y el presidente, menos.
R. Yo no tengo las restricciones del poder y es m¨¢s f¨¢cil para m¨ª afirmar mis convicciones.
P. ?Es cierto que realiza una diplomacia paralela?
R. No. No intento jugar a ser diplom¨¢tica; digo lo que pienso, sea diplom¨¢tico o no. Expreso lo que considero conveniente ante una situaci¨®n y me revuelvo de forma suficiente ante la miseria de unos o de otros.
P. Le llaman la reina de los kurdos.
R. ?La reina? No. La madre, la madre de los kurdos.
P. ?Ha cambiado su opini¨®n sobre ¨¦stos tras los muchos atentados cometidos en Europa por el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK)?
R. No soy una partisana y nunca tuve contacto con las gentes del PKK, que es una organizaci¨®n armada. Pero los kurdos sufren un aut¨¦ntico genocidio, y esas gentes son las que nos piden ayuda. La fundaci¨®n tiene un enorme proyecto en el norte de Irak para la reconstrucci¨®n de las escuelas.
P. ?Y en la parte turca?
R. En la parte turca existe hoy d¨ªa la misma situaci¨®n de genocidio. Nosotros condenamos las acciones violentas del PKK, que adem¨¢s busca una independencia que la poblaci¨®n no quiere, pero est¨¢ claro que si esta organizaci¨®n se refuerza es porque la poblaci¨®n no encuentra a nadie que la defienda m¨¢s que el PKK. El Gobierno turco no les ayuda y est¨¢n bajo la amenaza del Ej¨¦rcito turco, ?qu¨¦ alternativa tienen?
P. En el atentado frustrado contra usted en Suleiman¨ªa (Irak) hubo siete muertos. ?Qu¨¦ supuso para usted?
R. Fue el momento m¨¢s duro de mi vida, el m¨¢s triste. Yo deb¨ªa estar en ese coche, me cambi¨¦ unos kil¨®metros antes y pensar que se ha delegado la muerte es muy triste.
P. ?Esas muertes le impulsan a continuar?
R. Ni me impulsan ni me frenan. Estoy comprometida en una organizaci¨®n humanitaria y voy a continuar. Muchos de nuestros equipos, de nuestras gentes, hacen frente a diario a una inseguridad cada vez m¨¢s fuerte, y yo me siento responsable por ellos.
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