Se vende pueblo por 90 millones de pesetas
El peque?o pueblo abandonado de Navalquejigo, integrado actualmente en El Escorial, est¨¢ en venta. Se trata de un complejo rural de una hect¨¢rea de extensi¨®n en donde se levantan una iglesia del siglo XIII, los restos de un Ayuntamiento, una picota, una plaza consistorial, una fuente y varias casas. Esta aldea, situada entre Galapagar y El Escorial, fue abandonada en los a?oscincuenta por sus habitantes y comprada por sus actuales propietarios. Hoy puede ser adquirida por 90 millones de pesetas. No obstante, su adquisici¨®n puede venir acompa?ada por importantes pleitos.
El alcalde socialista de El Escorial (7.300 habitantes), Mariano Rodr¨ªguez, pone en duda que un particular pueda vender edificios y construcciones p¨²blicas. "No tengo muy claro que un Ayuntamiento o una plaza puedan ser adquiridos como si se tratase de fincas. Si alguien las compra, se va a topar con graves problemas".Rodr¨ªguez asegura que su equipo de gobierno cuenta con proyectos para la recuperaci¨®n de estas edificaciones. "Tenemos ya un plan para adoquinar las calles y reconstruir las construcciones p¨²blicas", dice. Esta aldea, seg¨²n el alcalde, est¨¢ compuesta por 115 fincas r¨²sticas que fueron unificadas a principios de este siglo por una familia de Madrid. Hace un mes y medio, Navalquejigo fue adquirida por el empresario Antonio Redondo, que, a su vez, revende el pueblo por 90 millones de pesetas.
El empresario asegura que hasta el momento ha recibido unas 200 ofertas. Curiosamente, y a pesar de que la persona que Redondo utiliza como intermediaria en la venta asegur¨® ayer mismo a este peri¨®dico que "la iglesia y el ayuntamiento tambi¨¦n se venden", el actual propietario desmiente esta informaci¨®n: "La familia Arroyo no me vendi¨® ninguno de los edificios p¨²blicos. Por tanto, no los puedo vender".
La presi¨®n de Galapagar
La historia de esta aldea est¨¢ repleta de pleitos. Durante varios siglos, Navalquejigo perteneci¨® a Galapagar (9.800 habitantes). Seg¨²n el historiador Anastasio Miguel, "la aldea s¨®lo pudo ?conseguir su independencia bien entrado el siglo XVIII". Los casi 200 vecinos que habitaban el pueblo, agricultores y ganaderos, vivieron desde entonces presionados por los regidores de Galapagar.
Este municipio, incluso, logr¨® anexionarse Navalquejigo en una ocasi¨®n m¨¢s. Pero, sin embargo, fue El Escorial quien finalmente se qued¨® con la peque?a villa. En 1895 pas¨® a ser una pedan¨ªa de El Escorial.
A pesar de la anexi¨®n, la vida en Navalquejigo apenas vari¨®. Sus habitantes siguieron dedicados al campo, hasta que en los a?os cincuenta, acuciados por el escaso rendimiento de los trabajos agr¨ªcolas, se marcharon. Sus casas, no obstante, permanecieron en pie.
La iglesia dedicada a San Roque y Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n fue cerrada al culto. La picota (columna de piedra en donde se expon¨ªan las cabezas de los ajusticiados) no volvi¨® a ser utilizada. El ayuntamiento del siglo XIX qued¨® abandonado. Actualmente s¨®lo queda en pie el dintel de entrada con el escudo del pueblo y una inscripci¨®n en la que se lee: Plaza de la Constituci¨®n.
El pueblo debe su nombre a los abundantes bosques de quejigos (arbusto semejante a la encina) que poblaban las navas (tierras pantanosas) del lugar. Aquella vegetaci¨®n favorec¨ªa la existencia de una importante fauna. Por ejemplo, el cercano apeadero de Las Zorreras hace referencia a la abundancia de raposos de estos montes.
Sin embargo, en los a?os sesenta el entorno natural comenz¨® a cambiar. El antiguo t¨¦rmino rural se pobl¨® de peque?os chal¨¦s unifamiliares. Se construyeron bloques para veraneantes y surgi¨® un enorme complejo residencial (Los Arroyos) compuesto por una docena de urbanizaciones.
Se calcula que en verano unas 12.000 personas pasan all¨ª sus vacaciones. De hecho, ya hay registradas m¨¢s de 3.000 unidades censales estables. De esta manera, el primitivo casco urbano de Navalquejigo qued¨® atrapado entre las sinuosas calles del complejo residencial. Hoy en d¨ªa, los vecinos de las urbanizaciones celebran sus fiestas patronales el 16 de agosto (d¨ªa de San Roque) en el centro de Navalquejigo.
Vigilantes
La falta de infraestructuras municipales en las nuevas urbanizaciones han levantado las primeras voces de segregaci¨®n de El Escorial. Los vecinos se quejan de carecer de ambulatorio, colegios y polic¨ªa municipal. Los residentes deben pagar, adem¨¢s de los impuestos municipales, una tasa para mantenimiento de sus propios servicios. Han contratado vigilantes jurados para cuidar las fincas y mantienen sus propios sistemas de alumbrado urbano.
Los m¨¢s de cien ni?os residentes en Los Arroyos tienen que ser trasladados hasta el casco urbano de El Escorial (a ocho kil¨®metros) para poder asistir a clase. Antonio Javier P¨¦rez, vecino de una de las urbanizaciones, asegura: "Tenemos que desplazarnos a El Escorial para realizar cualquier gesti¨®n municipal o ir al m¨¦dico. Nos cobran los impuestos, pero no nos dan nada a cambio. A lo mejor ser¨ªa beneficioso tener nuestro propio Ayuntamiento".
Seg¨²n el portavoz del PP en El Escorial, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn, "si el Ayuntamiento no rectifica pronto y concede m¨¢s servicios a Navalquejigo, en breve puede encontrarse con un brote independentista importante". El edil considera que existen razones hist¨®ricas y sociales suficientes para intentar la segregaci¨®n. Pero a?ade que su partido no va a plantear, en principio, la independencia "porque resultar¨ªa demasiado oneroso para los vecinos".
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