El tenista que empez¨® dos veces
Petr Korda, campe¨®n de la Copa Grand Slam, se olvid¨® de c¨®mo golpear la bola tras un accidente en 1988
Petr Korda gan¨®, a un mes de cumplir los 26 a?os, el mayor premio de su carrera ten¨ªstica. Ser¨¢ dificil que este jugador checo, que ocupa la duod¨¦cima posici¨®n en la clasificaci¨®n mundial, vuelva a ganar 211 millones de pesetas en una semana. Fue el premio que obtuvo por imponerse en la Copa Grand Slam, el torneo mejor dotado del a?o, con seis millones de d¨®lares (unos 835 millones de pesetas) en premios. Korda jug¨® el mejor tenis de su vida y derrot¨® sucesivamente a Sergi Bruguera, cuarto de la ATP; Pete Sampras, primero, y Michael Stich, segundo, en la final. Korda, que perdi¨® parcialmente la memoria tras un accidente en 1988, puede olvidarse ya de aquel mal sue?o.Un vistazo a su historial revela que Korda no deber¨ªa ser un desconocido. Sin embargo, las hemerotecas guardan pocos detalles de su vida privada y de los hechos m¨¢s relevantes de su carrera ten¨ªstica. Ni siquiera cuando se clasific¨® para la final del torneo de Roland Garros en 1992 se le dedicaron grandes espacios. No es un chico carism¨¢tico. Y, por otra parte, suele intentar pasar bastante inadvertido. Adem¨¢s, aunque fue quinto jugador mundial en julio del a?o pasado, no cre¨® demasiada confianza en su juego.
El historial
Su historia fue bastante vulgar hasta el verano de 1988. No se distingu¨ªa mucho de la de otros grandes tenistas. Naci¨® en Praga. Empez¨® a jugar al tenis bajo la protecci¨®n y las ense?anzas de su padre, Petr, en la ex Checoslovaquia. Su madre, Jana, es empleada de banca. Probablemente, Ivan Lendl no era su ¨ªdolo, pero le hizo de recogepelotas cuando el ahora norteamericano disputaba todav¨ªa la Copa Davis con Checoslovaquia.Korda fue campe¨®n j¨²nior de su pa¨ªs en 1984, a los 16 a?os. Y a los 18 (1986) gan¨® el t¨ªtulo de dobles de Wimbledon junto al espa?ol Tom¨¢s Carbonell. Se convirti¨® en profesional en 1987 y su progresi¨®n fue buena. Acab¨® el a?o entre los 100 primeros del mundo. Nada muy especial.
Sin embargo, durante el verano de 1988 se produjo un hecho que cambi¨® por completo su vida. El veh¨ªculo en que circulaba fue arrollado por otro coche que se salt¨® una se?al de stop. Los hechos se produjeron cerca de su casa. Korda qued¨® en coma durante algunas horas. Perdi¨® parcialmente la memoria y su tenis se vio afectado. Cuando volvi¨® a las pistas no se acordaba de c¨®mo pegar a la pelota. No ten¨ªa ning¨²n repertorio de golpes. Tuvo que empezar de nuevo, hasta salvar por completo aquella laguna.
Como consecuencia, su clasificaci¨®n mundial cay¨® en picado. De ser el 870 del mundo se convirti¨® en el 1880. En 1989 no disput¨® ning¨²n torneo del Grand Slam y jug¨® 21 partidos individuales. Pero, a partir de aquel momento, sigui¨® al pie de la letra el consejo de su padre: "Siempre me dec¨ªa que deb¨ªa ser un luchador y que no me rindiese nunca. Y a¨²n lo sigo haciendo", revel¨® en M¨²nich.
En su regreso adquiri¨® importancia el t¨¦cnico checo Vlad¨ªmir Zednik. Fue ¨¦l quien le aconsej¨® que se entrenara unos meses en las instalaciones de Nick Bolletieri , en Florida, a principios de 1992, para preparar los torneos europeos de tierra batida. Aquel a?o logr¨® el mejor resultado de su carrera, al vencer a Henri Leconte en semifinales y clasificarse para la final de Roland Garros.
Aquel mismo a?o se cas¨® con Regina Rajchrtova, una jugadora habitual entre las 30 primeras de la WTA, que no dud¨® en abandonar su carrera profesional para dedicarse a su nueva familia. Ahora, ambos se desplazan juntos a la mayor¨ªa de torneos. "A mi esposa y a m¨ª no nos sorprendi¨® mi triunfo en M¨²nich", se?al¨® Korda minutos despu¨¦s de su victoria sobre Stich. "Nosotros conoc¨ªamos perfectamente mis posibilidades". La vida y la carrera profesional de Petr Korda parecen definitivamente encarriladas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.