Traumas de la infancia

Desde que a comienzos de la d¨¦cada de los sesenta un inexperto actor norteamericano de treinta y tantos a?os llega a Italia para protagonizar la trilog¨ªa de famosos spaghetti-westerns, integrada por Un pu?ado de d¨®lares (1964), La muerte ten¨ªa un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966), a las ¨®rdenes de Sergio Leone, hasta hoy han pasado 30 a?os de intenso trabajo que han convertido a Clint Eastwood en uno de los grandes del cine norteamericano.Especializado en historias de acci¨®n, policiacos y westerns en concreto, entre medias Clint Eastwood rueda producciones mucho m¨¢s personales, como pueden ser El aventurero de medianoche (1982), Bird (1988) o Cazador blanco, coraz¨®n negro (1989), que le convierten en un director no s¨®lo apreciado por el p¨²blico, sino tambi¨¦n por la cr¨ªtica. Lo que confirma el enorme ¨¦xito y la gran cantidad de premios alcanzado por Sin perd¨®n (1992), un western de gran calidad que deja muy claro que el g¨¦nero no est¨¢ tan muerto como muchos creen.

Situado no s¨®lo entre los grandes actores, sino tambi¨¦n entre los mejores directores, hab¨ªa una cierta expectaci¨®n por la sucesiva obra de Clint Eastwood, la reci¨¦n estrenada Un mundo perfecto. Y ha resultado ser un policiaco que se mueve dentro de una de las l¨ªneas m¨¢s tradicionales del g¨¦nero pero, al tiempo, es el mejor de los rodados por ¨¦l y uno de los m¨¢s atractivos de estos ¨²ltimos tiempos. Est¨¢ protagonizado por la extra?a pareja formada por un delincuente fugado de prisi¨®n, encarnado por un excelente Kevin Costner, y un ni?o de ocho a?os, el tan personal como apropiado debutante T. J. Lowther, mientras el propio Clint Eastwood se ha reservado un papel mucho menos brillante, el del polic¨ªa que les persigue.

Un mundo perfecto es un tradicional policiaco con estructura de itinerario, donde una pareja, envuelta en un asunto criminal huye de la polic¨ªa, que les persigue sin descanso. Seg¨²n el esquema que se repite desde S¨®lo se vive una vez(1937), de Fritz Lang, Los amantes de la noche (1947), de Nicholas Ray, y El demonio de las armas (1950), de Joseph H. Lewis, hasta Bonnie y Clyde (1967), de Arthur Penn, La huida (1972), de Sam Peckinpah, y Thelma y Louise (199 l), de Ridley Scott, por poner s¨®lo ejemplos muy conocidos donde a lo largo de los a?os la pareja protagonista ha pasado de ser falsos culpables, delincuentes de segunda fila y famosos asesinos, en una l¨ªnea ascendente de violencia, hasta convertirse en dos mujeres cuyas relaciones con los hombres las llevan al crimen, y un pr¨®fugo y el ni?o a quien han secuestrado en Un mundo perfecto.

La novedad y el m¨¢ximo inter¨¦s de Un mundo perfecto radica en las relaciones de amistad entre el asesino protagonista y el ni?o a quien ha secuestrado para poder huir.

Esta relaci¨®n de amistad que surge entre dos seres tan diferentes, separados por casi todo y un mont¨®n de a?os, mientras huyen en un viaje imposible hacia Alaska por las carreteras de Texas, es perfecta. Est¨¢ muy bien desarrollada y hace que las casi dos horas y media de duraci¨®n se hagan cortas, al tiempo que confirma que Kevin Costner es un gran actor cuando tiene un buen personaje entre manos y, adem¨¢s, no se dirige a s¨ª mismo, sino que lo hace un buen realizador.

La peor parte de este tipo de pel¨ªculas que se limitan a ser una larga huida, siempre la han tenido los perseguidores, por lo que las mejores son aqu¨¦llas cuya funci¨®n es m¨ªnima o ni tan siquiera existe. En Un mundo perfecto, Clint Eastwood no s¨®lo ha decidido darle una gran importancia, sino convertirse en su eje, narrarla con un peculiar humor y hacer de su personaje una especie de caricatura de sus habituales polic¨ªas violentos e infalibles. Sin embargo, el resultado no acaba de estar logrado, es muy inferior al resto de la pel¨ªcula, aunque no llega a molestar.

Lo que confirma que Clint Eastwood es un gran realizador no es tan s¨®lo la larga y compleja escena Final, donde perseguidos y perseguidores finalmente se encuentran y se subraya el mensaje que Un mundo perfecto intenta transmitir sino, muy especialmente, las largas conversaciones entre el criminal y el ni?o, la compra de ropa y provisiones en la tienda de un perdido pueblo, la breve estancia en la casa de unos negros, su cada vez mayor habilidad para resolver con facilidad y claridad las m¨¢s complejas situaciones.