El reparto de la miseria condiciona los programas de las elecciones en Serbia
La campa?a electoral para las elecciones legislativas de ma?ana en Serbia no ha provocado sonrisas, grandes promesas ni previsiones optimistas. S¨®lo las caras serias y cansadas de los l¨ªderes pol¨ªticos, presentes en los miles de carteles publicitarios pegados por toda Serbia, recuerdan a los siete millones de electores que deben votar en las terceras elecciones legislativas que se celebran en la rep¨²blica desde 1990. Para los electores es m¨¢s f¨¢cil distinguir a los partidos pol¨ªticos por las caras, elocuencia y el estilo personal de sus l¨ªderes que por el contenido de sus programas.
No existen diferencias ideol¨®gicas notables entre los candidatos a ocupar los 250 esca?os del Parlamento. La salvaje inflaci¨®n que ronda el 31 % diario, los sueldos por debajo de los 10 marcos mensuales, la carest¨ªa de alimentos, el colapso del transporte, la escasez de medicamentos, el paro, el contrabando, la ca¨ªda estrepitosa de la producci¨®n, el cierre masivo de f¨¢bricas, la ausencia de carburante para las calefacciones, la ca¨ªda del Producto Nacional Bruto a unos 300 d¨®lares per c¨¢pita (unas 40.000 pesetas), dentro del aislamiento financiero, econ¨®mico, cultural y de comunicaciones internacional, reducen las ofertas electorales de los partidos a las t¨ªmidas promesas de organizar mejor la supervivencia. S¨®lo los insignificantes grup¨²sculos comunistas prometen la vuelta al socialismo "cuando todos los obreros pod¨ªan veranear en la playa".
Ni siquiera el Partido Socialista Serbio ha sido capaz de distribuir prebendas sociales para crear un falso ambiente de bienestar. Por ello, los socialistas, en el poder, han centrado su campa?a en recordar los m¨¦ritos pasados. Serbia no a estado en la guerra". "Serbia ha defendido con ¨¦xito los intereses de los serbios en Croacia y en Bosnia". "Ni nuestros enemigos pueden cuestionar el ¨¦xito de nuestra pol¨ªtica", dice Milosevic.
Contra el crimen
El Partido Radical Serbio no cuestiona los m¨¦ritos de Milosevic en defensa de los intereses serbios, pero su l¨ªder, Vojislav Seseli exige la eliminaci¨®n del crimen y de la mafia, y promete parar la inflaci¨®n y repartir mejor los sueldos para que el peso de la miseria sea m¨¢s equitativo.El Partido Democr¨¢tico asegura que reavivar¨¢ las moribundas instituciones del Estado y afirma tener un programa eficaz contra la inflaci¨®n.
El Partido Democr¨¢tico de Serbia subraya que las sanciones no son la causa ¨²nica de la pobreza, y exige que se aclaren los grandes robos, la corrupci¨®n y las transferencias millonarias de divisas a los bancos occidentales.
Vuk Draskovic, el l¨ªder de la coalici¨®n Depos, afirma c¨ªnicamente: "No es el Vaticano quien imprime nuestro dinero sin valor, ni Butros Gali tiene la culpa de que no haya patatas".
En lugar de prometer democracia al estilo occidental y el mercado libre, como en 1990, los partidos de oposici¨®n ahora intentan convencer a los 1,2 millones de jubilados, la tradicional base electoral socialista, de que distribuir¨ªan comida y medicamentos gratis.
Los diferentes sondeos apuntan hacia un alto ¨ªndice de abstenci¨®n: ninguno prev¨¦, sin embargo, la victoria absoluta de los socialistas, que les permiti¨® formar Gobierno en solitario. Por el momento, los principales partidos de oposici¨®n rechazan de antemano la coalici¨®n con los socialistas.
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