Desestabilizar el cine

Me permito dirigir este texto al subsecretario del Ministerio de Cultura, Enrique Linde, dada la falta de contacto personal que desgraciadamente hemos tenido, con el ¨²nico ¨¢nimo de poder aclararle algunos t¨¦rminos que para ¨¦l aparecen confusos en mi actuaci¨®n sobre la pol¨¦mica del famoso Decreto Ley 19/93.Leo en el Abc del pasado d¨ªa 19 unas declaraciones de Linde en las que considera mi postura como "maximalista" e "?l¨®gica". Aunque no entiendo muy bien lo que quiere decir con es.tos t¨¦rminos, no creo que sea ni maximalista ni ?l¨®gico reivindicar con todos los medios a mi alcance el ser escuchado por quien detenta el poder cuando ¨¦ste legisla sobre temas que me afectan muy profundamente sin consultar, escuchar o, cuando menos, dialogar.

Nunca he mantenido una postura maximalista en este tema, y mucho menos ?l¨®gica; m¨¢s bien al contrario, todas mis discrepancias con este decreto ley han sido hechas mediante razonamientos a los cuales nunca he tenido contestaci¨®n, excepto mediante descalificaciones globales e incluso insultos por parte de determinadas personas del colectivo de la producci¨®n.

Afortunadamente tengo, o al menos creo tener, muchos amigos en dicho colectivo y conocen muy bien el respeto, admiraci¨®n y cari?o que tengo hacia el cine espa?ol, pero no hacia todo el cine espa?ol ni hacia muchos de los procedimientos existentes para su producci¨®n. Y ello lo hedemostrado en el d¨ªa a d¨ªa durante mis 23 a?os de profesi¨®n y no con grandes declaraciones, sino trabajando de forma continua y entusiasta. Mis cines se programan con un 50% de cine espa?ol, un 25% de cine comunitario y un 25% de cine de terceros pa¨ªses (incluyendo en este apartado al cine estadounidense). A mi historial me remito.

En tanto que distribuidor he sacado adelante (con mayor o menor fortuna, eso s¨ª) pel¨ªculas como Mientras haya luz, Ca¨ªdos del cielo, Nunca est¨¢s en casa, Don Juan en los infiernos, El hombre que perdi¨® su sombra, Un paraguas para tres, Una estaci¨®n de paso, Krapatchouk, al este del desd¨¦n, El diario de Lady M., El aliento del diablo, Madreg¨ªlda, Los a?os oscuros, etc¨¦tera, y los resultados no son precisamente boyantes.

No entiende Enrique Linde que en el ¨²nico encuentro que hemos tenido fuera yo acompafiado por el se?or Recoder, representante de Adican (agrupaci¨®n que engloba a las compa?¨ªas majors americanas). Hace m¨¢s de 20 a?os que conozco al se?or Recoder, y en efecto es la primera vez que acudimos juntos a alg¨²n lugar. Y la explicaci¨®n es muy sencilla: el famoso decreto ley va a desestabilizar muy profundamente todo el sector comercial del cine, y me refiero al cine con C may¨²scula. Nos guste o no, el cine americano sustenta la base industrial en la que se mueve la cinematograf¨ªa, y ello en Espa?a y en pr¨¢cticamente todo el mundo. Es cierto que quiz¨¢ lo haga con demasiada presencia y cuota de mercado, pero eso es algo que este decreto ley no va a limitar, sino potenciar, al poner en brazos de las distribuidoras americanas el cine europeo y espa?ol. Ante una amenaza de desestabilizacion estar¨¦ siempre a favor de todo el cine, porque s¨®lo as¨ª podr¨¦ estar a favor de nuestro cine nacional.

Otra cosa muy diferente ser¨¢n mis relaciones comerciales con las compa?¨ªas americanas, a las que sin duda hay que frenar, pero no con estos m¨¦todos.

Abogo por el cine comunitario en general y por el cine espa?ol en particular, pero reivindicando otros modos de hacer que lo potencien para que alcancen el lugar que sin duda y gracias a sus talentos les corresponde, pero nunca profundizando y aumentando los males en los que actualmente est¨¢ inmerso.

Duda Enrique Linde de mi esp¨ªritu dialogante. Puesto que no me conoce, le ruego que se informe con quienes s¨ª me conocen . Dudo mucho que alguien comparta su opini¨®n. Como prueba de ello, me pongo a su disposici¨®n para cuanto considere oportuno.

Enrique Gonz¨¢lez Macho es propietar¨ªo de los cines Renoir y Princesa de Madrid y Multicines de Cuenca.